Nitu Pérez Osuna
La verdad es que no se aguanta la vergüenza que sentimos los venezolanos al ser conocidos en el mundo como un país donde gobierna un narco régimen, en el cual, el recién nombrado ministro de interior, justicia y paz ha sido señalado como jefe de un cartel de drogas.Tal nombramiento no asombra ante la amoralidad desplegada por quienes se han adueñado del país. Es hasta lógico que sus altos funcionarios sean personajes señalados en el mundo como narcotraficantes, total, hasta sobrinos e hijos de crianza de quienes despachan desde Miraflores, están acusados y “privados de libertad” por los mismos delitos de este recién nombrado ministro.
Mientras la dictadura militar, marcada con el sello de “narco”, acciona retadoramente a la democracia y a la decencia, los venezolanos sudamos la gota gorda, sufrimos hartazgo de hambre, de incapacidad de comprar lo poco que se consigue porque los reales no alcanzan. Vivimos torturados por la inseguridad que nos acecha cada minuto, en cada esquina y hasta dentro de nuestros hogares. ¡Queremos comer! es el coro de miles de voces que se escucha en las colas extendidas por todo el territorio nacional, que nos cambió el paisaje de montañas, sábanas y costas por filas de hombres, mujeres y niños con mirada triste y desesperanzada porque se descubren solos, sin nadie que los convoque a una rebelión libertaria de la pesadilla en que se convirtió la llamada revolución.
Nadie que viva en Venezuela puede negar la hambruna que nos azota. Ante la posibilidad de morir como Brito -sin habernos declarado en huelga de hambre- tenemos el legítimo derecho a defendernos de quienes quieren aniquilarnos poco a poco. Y para ello, para poder comer… hay que salir de Maduro ya. No en noviembre o diciembre, sino ahora, porque esto no se aguanta más. Los niños desnutridos, los viejitos que no consiguen medicamentos, las embarazadas carentes de cuidados mínimos para traer sus hijos al mundo, no tienen tiempo… no pueden esperar.
Al CNE, Padrino, Maduro, los hermanos Rodríguez, Flores, Istúriz, Diosdado, los Tarek, Reverol, Jaua, y a todos sus aliados y cómplices los podemos sacar de inmediato si los parlamentarios obedecen el mandato de sus electores y realizan el único Revocatorio que no necesita ni el 1, 4 o 20 por ciento de firmas ni informe de ningún Ministerio Público ni sentencia alguna de Tribunal Supremo. Un Revocatorio Express, que deje sin efecto – en ejercicio del principio de autotutela administrativa de la Asamblea Nacional- el acto de juramentación del causante de esta pesadilla, por no presentar la partida de nacimiento venezolana y el certificado de no poseer otra nacionalidad como lo exige la Constitución Nacional.
El Revocatorio Express lo tienen que activar mañana los diputados, para evitar que el narco régimen continúe destruyendo a Venezuela y matando de hambre a su gente.
pereznitu@gmail.com
@NituPerez
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