SAÚL GODOY GÓMEZ | EL UNIVERSAL
martes 10 de enero de 2012 12:00 AM
Cuando María Corina Machado habla del Capitalismo Popular, lo hace con el propósito de romper con la idea que el capitalismo solo comprende a las grandes corporaciones o a los gobiernos poderosos, no, el capitalismo en su larga historia lo que demuestra una y otra vez, es la necesidad del pequeño emprendedor, de las empresas familiares, del industrial y del comerciante que se inician en pequeño, en su localidad, con la semilla de sus sueños, en un cuarto de su casa, con los elementos más básicos para arrancar con su proyecto.
El capitalismo es un proceso de aprendizaje, es un camino hacia la independencia personal que trata de experimentar con lo que funciona y lo que no, el capitalismo no es una forma de vivir, sino un método, el mejor, porque ha sido probado, para conseguir resultados económicos y sociales de verdadero cambio, algunos de quienes lo practican tendrán éxito desde el inicio, los que verdaderamente se aplican, los que se arriesgan, los que consiguen interesar a otros de que inviertan y se asocien a su idea, los que tienen fe en lo que hacen, los que trabajan y no le tienen miedo a los problemas y tropiezos, los que no "arrugan" si hay que volver a comenzar.
El Capitalismo Popular trata de disfrutar de la libertad, del ensayo y del error, del conocimiento que se adquiere haciendo las cosas, de la innovación y el conocimiento, relacionándose con la gente, "pateando" pueblos y ciudades, sus mercados, buscando las ofertas y las oportunidades, perdiendo y ganando, sabiendo que allá afuera hay un mundo de necesidades, de gustos, de tendencias, que hay gente que quiere lo que uno hace y que paga por ello, que intercambia, que compra, que vende, el Capitalismo Popular trata de la inteligencia de la calle, de cómo hacer que los bienes y servicios que uno presta se hagan interesantes, que los clientes queden satisfechos porque es bueno, barato y oportuno.
Vean ustedes las grandes empresas del mundo, la gran mayoría de ellas empezaron chiquito, dentro de la familia, en un barrio, en una ciudad, los pequeños emprendedores son la savia y la sangre del capitalismo, las empresas y negocios pequeños de hoy serán los grandes de mañana, no les quede la menor duda.
Pero para que el Capitalismo Popular pueda funcionar tenemos que hacer que muchas piezas encajen en el rompecabezas del país, lo primero que tenemos que hacer es desechar todas esas telarañas del socialismo, de la ideología colectivista, del comunismo y del jefe único que nos dice lo que tenemos que hacer, tenemos que olvidarnos que podemos vivir sin trabajar, mantenidos por el papá Estado, que vamos a vivir el resto de nuestras vidas con la beca, la pensión, los favores de los políticos, el que piense eso, ya está condenado a la pobreza.
Necesitamos un gobierno que desee, nos superemos, que desmonte todos esos controles y normas que entorpecen la libertad de emprendimiento, que nos dé las herramientas y las condiciones necesarias para salir de abajo, entre ellas un plan nacional para microcréditos con su programa de adiestramiento, y eso solo se logra si tenemos nuestras propias cosas, por lo que la propiedad privada tiene que ser sagrada, lo que nos ganamos por nuestro propio esfuerzo es de nosotros, de nadie más, es la única manera de llegar a ser un país de propietarios.
Tenemos que estar claros que existe la división del trabajo, la gente se especializa en algo para hacerlo bien, que hay competencia, pero el Capitalismo Popular es tan amplio que incluso, si las personas no quieren o no pueden ser empresarios o comerciantes, siempre podrán contar con un buen empleo, digno, bien pagado, con todas las prestaciones de ley para que podamos vivir bien, esos puestos de trabajo tienen que venir de las empresas privadas, no del Estado.
Por último, la única razón para que el Estado sea el dueño de la riqueza petrolera, es justamente para contar con el capital para colocarlo entre los emprendedores, grandes, medianos y pequeños, para ayudar con créditos y facilidades a quienes tienen una idea y quieren comenzar a producir algo que la sociedad necesite, todo lo contrario a la promesa de otro candidato que usará la renta petrolera para pagar deuda social, que hay que honrarla sin duda, pero no hacerla lo principal, lo inteligente es poner esos reales a trabajar y generar más riqueza, puestos de trabajo, impuestos para pagar por el mantenimiento de nuestra infraestructura, la renta petrolera debe servir para mover la maquinaria del emprendimiento, para que tengamos luz y agua de la mejor calidad, comida sana y abundante, hospitales limpios y dotados, para pagar la policía que nos protege, para una seguridad social digna y suficiente, que pague por las escuelas, los maestros, los equipos y materiales a donde enviamos a nuestros muchachos para aprender cosas útiles, y no como ahora sucede, con un Estado monstruoso, deforme, inepto, mentiroso y sumamente costoso, que solo atiende a los rojos rojitos.
El capitalismo es un proceso de aprendizaje, es un camino hacia la independencia personal que trata de experimentar con lo que funciona y lo que no, el capitalismo no es una forma de vivir, sino un método, el mejor, porque ha sido probado, para conseguir resultados económicos y sociales de verdadero cambio, algunos de quienes lo practican tendrán éxito desde el inicio, los que verdaderamente se aplican, los que se arriesgan, los que consiguen interesar a otros de que inviertan y se asocien a su idea, los que tienen fe en lo que hacen, los que trabajan y no le tienen miedo a los problemas y tropiezos, los que no "arrugan" si hay que volver a comenzar.
El Capitalismo Popular trata de disfrutar de la libertad, del ensayo y del error, del conocimiento que se adquiere haciendo las cosas, de la innovación y el conocimiento, relacionándose con la gente, "pateando" pueblos y ciudades, sus mercados, buscando las ofertas y las oportunidades, perdiendo y ganando, sabiendo que allá afuera hay un mundo de necesidades, de gustos, de tendencias, que hay gente que quiere lo que uno hace y que paga por ello, que intercambia, que compra, que vende, el Capitalismo Popular trata de la inteligencia de la calle, de cómo hacer que los bienes y servicios que uno presta se hagan interesantes, que los clientes queden satisfechos porque es bueno, barato y oportuno.
Vean ustedes las grandes empresas del mundo, la gran mayoría de ellas empezaron chiquito, dentro de la familia, en un barrio, en una ciudad, los pequeños emprendedores son la savia y la sangre del capitalismo, las empresas y negocios pequeños de hoy serán los grandes de mañana, no les quede la menor duda.
Pero para que el Capitalismo Popular pueda funcionar tenemos que hacer que muchas piezas encajen en el rompecabezas del país, lo primero que tenemos que hacer es desechar todas esas telarañas del socialismo, de la ideología colectivista, del comunismo y del jefe único que nos dice lo que tenemos que hacer, tenemos que olvidarnos que podemos vivir sin trabajar, mantenidos por el papá Estado, que vamos a vivir el resto de nuestras vidas con la beca, la pensión, los favores de los políticos, el que piense eso, ya está condenado a la pobreza.
Necesitamos un gobierno que desee, nos superemos, que desmonte todos esos controles y normas que entorpecen la libertad de emprendimiento, que nos dé las herramientas y las condiciones necesarias para salir de abajo, entre ellas un plan nacional para microcréditos con su programa de adiestramiento, y eso solo se logra si tenemos nuestras propias cosas, por lo que la propiedad privada tiene que ser sagrada, lo que nos ganamos por nuestro propio esfuerzo es de nosotros, de nadie más, es la única manera de llegar a ser un país de propietarios.
Tenemos que estar claros que existe la división del trabajo, la gente se especializa en algo para hacerlo bien, que hay competencia, pero el Capitalismo Popular es tan amplio que incluso, si las personas no quieren o no pueden ser empresarios o comerciantes, siempre podrán contar con un buen empleo, digno, bien pagado, con todas las prestaciones de ley para que podamos vivir bien, esos puestos de trabajo tienen que venir de las empresas privadas, no del Estado.
Por último, la única razón para que el Estado sea el dueño de la riqueza petrolera, es justamente para contar con el capital para colocarlo entre los emprendedores, grandes, medianos y pequeños, para ayudar con créditos y facilidades a quienes tienen una idea y quieren comenzar a producir algo que la sociedad necesite, todo lo contrario a la promesa de otro candidato que usará la renta petrolera para pagar deuda social, que hay que honrarla sin duda, pero no hacerla lo principal, lo inteligente es poner esos reales a trabajar y generar más riqueza, puestos de trabajo, impuestos para pagar por el mantenimiento de nuestra infraestructura, la renta petrolera debe servir para mover la maquinaria del emprendimiento, para que tengamos luz y agua de la mejor calidad, comida sana y abundante, hospitales limpios y dotados, para pagar la policía que nos protege, para una seguridad social digna y suficiente, que pague por las escuelas, los maestros, los equipos y materiales a donde enviamos a nuestros muchachos para aprender cosas útiles, y no como ahora sucede, con un Estado monstruoso, deforme, inepto, mentiroso y sumamente costoso, que solo atiende a los rojos rojitos.
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