Monday, June 1, 2015

Realidades y caprichos cupulares de la MUD

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Pastor Heydra. Sin Rodeos

Jean Maninat en su columna del viernes en El Universal (refiriéndose a la convocatoria de los presos políticos López y Ceballos a la marcha que se realizó el sábado, y la negativa de la jerarquía caraqueña de la MUD a participar en ella) escribió que suplantar la realidad con los deseos es un viejo vicio de la humanidad. Agregaba que la política es terreno fértil para el autoengaño y el delirio, sobre todo cuando hay dirigentes que mueren por su cuarto de hora de fama. Le daba razones a la cúpula de AD, PJ y UNT, que no debía actuar sobre la base de hechos cumplidos, pero al final reflexionaba, como si hubiese hecho un master en  tautología, con una perogrullada: “Mañana es sábado, y luego será domingo, entonces sabremos quién tiene la razón” . Se le olvidó un detalle significativo los encarcelados políticos no son de AD, Copei, PJ o UNT, que hacen la mayoría en la MUD. Son estudiantes y de VP.

Y vimos el esperado hecho. Hasta el domingo fue  mayo, ya amanecimos en junio, diría con una de esas redundancias que tanto usan como comodines algunos ductores políticos cuando deben llenar el espacio de su oratoria con lugares comunes, que suenan a verdades profundas.

La marcha se dio. Y fue todo un éxito. Pacifica, multitudinaria, gracias no solo a la convocatoria de López y Ceballos, sino porque sumó un enorme sentimiento de solidaridad y protesta, que derivó en desavenencias y fisuras en las MUD de regiones como Zulia, Táchira, Mérida, Lara, Carabobo, Miranda, Guárico, Nueva Esparta, y de destacadas figuras como Henrique Capriles Radonsky, Pablo Pérez, y partidos como ABP, Bandera Roja, Copei, Vente, Cuentas Claras y VP, con la jerarquía caraqueña. La Unidad, paradójicamente, nos guste o no,  apareció resquebrajada por una decisión antojadiza que no interpretó las realidad de un país donde hay gente que, como dijo Marta Colomina el domingo, se pelea por un trozo de pan, mientras la oposición partidista aparece peleándose por cuotas de poder. Pero a la vez fue fortalecida con la entrada en escena de actores solidarios y combativos que no estaban en el guion.

La MUD tiene una razón de ser que se debe preservar. Ciertamente es un concierto de Partidos que ha hecho esfuerzos por garantizar la Unidad. Nadie puede quitarles lo bailado, (aun cuándo hay sus crasos errores  como ese sutil y caprichoso desliz de la inolvidable abstención de 2005, que le regaló la   institucionalidad nacional a Hugo Chávez) El problema es que hay un concepto de Unidad cerrado, excluyente, estructurado sólo sobre la base de ellos, de sus ombligos. que constituyen un pequeño, pero vanguardista porcentaje con respecto a la mayoría silvestre del pueblo opositor, que también sabe organizarse, como quedó demostrado el sábado. La Unidad no es una abstracción. Tiene sus interpretaciones, y son muy diversas.

Ni unos, ni otros pueden seguir actuando con la tesis de “yo pico adelante o se montan o se encaraman” en el mejor estilo estaliniano. La lógica y la racionalidad, sabemos que lamentablemente son  instrumentos de poco uso por la escuela de las triquiñuelas, esa que tiene una cierta forma poco ética de hacer política, en la cual han sido educados buena parte de los dirigentes actuales. Ahora lo cierto es que todo este cumulo  indiciario señala que estamos frente a una lucha dura que amerita un trabajo sin imposiciones, ni hechos sobrevenidos. Y menos aún con el errático concepto que hace un par de días me expresó petulante un dirigente local  que demostró en las primarias que tenía el control de la primera minoría partidista y de la alianza que hace el 70% reglamentario para el consenso local: “La MUD soy yo”.

Vienen tiempo difíciles, de lucha dura, donde lo que se requiere es sumar, no restar. Donde hay que entender que todos somos necesarios, pues de lo que se trata no es cuál es el primer partido de la oposición, como dijera Fausto Masó, sino lo trascendente es luchar juntos para que tengamos a esa unidad amplia al frente de un nuevo gobierno. Sin agendas ocultas. Con propuestas y proyectos viables que interpreten el sentir nacional. El deber de la UNIDAD pues, es como lo señaló El Nacional en su editorial del viernes: apoyar, articular, y dar organicidad a ese pueblo que ya está en la calle protestando o a punto de hacerlo para transformar la indignación en fuerza del cambio. Y eso no es una tautología, una circunstancia, ni una sinrazón, es el deber ser. Viene la madre de las batallas, la de la AN. Y guerra avisada no mata soldado…

pastorheydra24680@gmail.com    @PastorHeydra    @Qpasamargarita


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