Pastor Heydra. Sin Rodeos
Jean Maninat en su columna del viernes en El Universal
(refiriéndose a la convocatoria de los presos políticos López y Ceballos a la
marcha que se realizó el sábado, y la negativa de la jerarquía caraqueña de la
MUD a participar en ella) escribió que suplantar la realidad con los deseos es
un viejo vicio de la humanidad. Agregaba que la política es terreno fértil para
el autoengaño y el delirio, sobre todo cuando hay dirigentes que mueren por su
cuarto de hora de fama. Le daba razones a la cúpula de AD, PJ y UNT, que no
debía actuar sobre la base de hechos cumplidos, pero al final reflexionaba,
como si hubiese hecho un master en
tautología, con una perogrullada: “Mañana es sábado, y luego será
domingo, entonces sabremos quién tiene la razón” . Se le olvidó un detalle significativo
los encarcelados políticos no son de AD, Copei, PJ o UNT, que hacen la mayoría
en la MUD. Son estudiantes y de VP.
Y vimos el esperado hecho. Hasta el domingo fue mayo, ya amanecimos en junio, diría con una
de esas redundancias que tanto usan como comodines algunos ductores políticos
cuando deben llenar el espacio de su oratoria con lugares comunes, que suenan a
verdades profundas.
La marcha se dio. Y fue todo un éxito. Pacifica,
multitudinaria, gracias no solo a la convocatoria de López y Ceballos, sino
porque sumó un enorme sentimiento de solidaridad y protesta, que derivó en
desavenencias y fisuras en las MUD de regiones como Zulia, Táchira, Mérida,
Lara, Carabobo, Miranda, Guárico, Nueva Esparta, y de destacadas figuras como
Henrique Capriles Radonsky, Pablo Pérez, y partidos como ABP, Bandera Roja,
Copei, Vente, Cuentas Claras y VP, con la jerarquía caraqueña. La Unidad,
paradójicamente, nos guste o no,
apareció resquebrajada por una decisión antojadiza que no interpretó las
realidad de un país donde hay gente que, como dijo Marta Colomina el domingo,
se pelea por un trozo de pan, mientras la oposición partidista aparece
peleándose por cuotas de poder. Pero a la vez fue fortalecida con la entrada en
escena de actores solidarios y combativos que no estaban en el guion.
La MUD tiene una razón de ser que se debe preservar.
Ciertamente es un concierto de Partidos que ha hecho esfuerzos por garantizar
la Unidad. Nadie puede quitarles lo bailado, (aun cuándo hay sus crasos
errores como ese sutil y caprichoso
desliz de la inolvidable abstención de 2005, que le regaló la institucionalidad nacional a Hugo Chávez) El
problema es que hay un concepto de Unidad cerrado, excluyente, estructurado
sólo sobre la base de ellos, de sus ombligos. que constituyen un pequeño, pero
vanguardista porcentaje con respecto a la mayoría silvestre del pueblo
opositor, que también sabe organizarse, como quedó demostrado el sábado. La
Unidad no es una abstracción. Tiene sus interpretaciones, y son muy diversas.
Ni unos, ni otros pueden seguir actuando con la tesis de
“yo pico adelante o se montan o se encaraman” en el mejor estilo estaliniano.
La lógica y la racionalidad, sabemos que lamentablemente son instrumentos de poco uso por la escuela de
las triquiñuelas, esa que tiene una cierta forma poco ética de hacer política,
en la cual han sido educados buena parte de los dirigentes actuales. Ahora lo
cierto es que todo este cumulo
indiciario señala que estamos frente a una lucha dura que amerita un
trabajo sin imposiciones, ni hechos sobrevenidos. Y menos aún con el errático
concepto que hace un par de días me expresó petulante un dirigente local que demostró en las primarias que tenía el
control de la primera minoría partidista y de la alianza que hace el 70%
reglamentario para el consenso local: “La MUD soy yo”.
Vienen tiempo difíciles, de lucha dura, donde lo que se
requiere es sumar, no restar. Donde hay que entender que todos somos
necesarios, pues de lo que se trata no es cuál es el primer partido de la
oposición, como dijera Fausto Masó, sino lo trascendente es luchar juntos para
que tengamos a esa unidad amplia al frente de un nuevo gobierno. Sin agendas
ocultas. Con propuestas y proyectos viables que interpreten el sentir nacional.
El deber de la UNIDAD pues, es como lo señaló El Nacional en su editorial del
viernes: apoyar, articular, y dar organicidad a ese pueblo que ya está en la
calle protestando o a punto de hacerlo para transformar la indignación en
fuerza del cambio. Y eso no es una tautología, una circunstancia, ni una
sinrazón, es el deber ser. Viene la madre de las batallas, la de la AN. Y
guerra avisada no mata soldado…
pastorheydra24680@gmail.com @PastorHeydra @Qpasamargarita
No comments:
Post a Comment