En: http://www.lapatilla.com/site/2011/11/02/orlando-viera-blanco-maria-corina-nos-quiere-gobernar/
Orlando Viera-Blanco
yo encantado, le sigo y le sigo la corriente!
Capítulo aparte en materia de momento-poder, merece esta venezolana de pura cepa, que ha inscrito su candidatura en las primaras, acompañada-responsable y acertadamente- de los tres elementos que debe exhibir cualquier alternativa política frente a Chávez: i.- Oferta País; ii.- Contraste político y iii.- Pasión y coraje para convencer y para vencer.
Lo anterior no lo decimos por mera simpatía, menos por simple especulación. Sí repasamos e intentamos de resumir cuáles han sido (a su vez), las tres variables esenciales en la permanencia de Chávez en el poder, no dudaría en afirmar al rompe: Populismo, telegenia y ausencia de un contendor real.
Con relación a lo primero, Chávez las ha tenido fácil para vender su socialismo a la cubana, despilfarrando la mayor cantidad de recursos que Presidente o dictador alguno, haya tenido a disposición en la historia del país. Aquí se han ‘administrado’ la bagatela de un millón de millón de dólares, y no digamos que todo se ha despachado por las alcantarillas, porque una porción importante se ha dedicado, a lisonjear al pueblo. Si…han tratado a la gente como bocazas pidiendo cacao, dándole lo básico para hacerles sentir un mínimo de dignidad.
Con gasa, aspirinas y untas mentoladas, han querido resolver el problema de la salud pública. Con médicos cubanos, vender la idea de que en Fidel debemos confiar. Se han prometido más que villas y castillos, es decir, ciudades zamoranas con “plaza Bolívar, aceras forestadas, carro en el garaje, comida en la nevera y un manual de trueque y permuta al lado de la biblia”, siendo el resultado, lo que tenía que ser: nada. Lo más doloroso es que para subsidiar esta carrera populista y limonera, han acabado con PDVSA, han desmontado la majestad de las instituciones (FFAA, Poderes Públicos) y han sometido a un país a un estado de violencia y fractura social imperdonable.
Chávez ha aprovechado un incuestionable poder de comunicación y conectividad con las masas, para manipular sus sentimientos, y volcarlos en contra de unos supuestos enemigos-oligarcas, escuálidos, apátridas de mierda e hijos de papá-haciendo de nuestra sociedad, un núcleo de odios, revanchas y tirantez, caldo de cultivo para un resentimiento inconmensurable, que en mucho ha contribuido a la instalación de un Estado criminoso. Si le sumamos la impunidad, la corrupción y la expropiación como política de reparto, el resultado no es otro que un pueblo sin ley, perdón, un país con un solo orden: el del capataz.
Y Chávez ha gobernado sólo. No por no-tener perro que le ladre en su mismo patio, sino desde la oposición. La falta de una visión disidente estadista, organizada y a largo plazo, le ha adjudicado la percepción de haber sido una oposición errática, cortoplacista y encumbrada. Chávez ha avanzado sin resistencia ideológica real y sin un contendor armado de razones, de ideas o de soluciones, sino de críticas e insulsas devoluciones verbales.
Lo anterior generó no sólo un peligroso y perverso anclaje político (polarización), sino una migración de preferencias nula, por lo cual, se expandieron los ni-ni y los abstencionistas. Un sector de la población, mal entendido como apático (que los estudios revelan son en mucho ex-chavistas decepcionados), no encuentran simpatía en ningún actor de la oposición. Y esa ha sido la tragedia del país. Vivir en un estado de pérdida, de violencia, de descomposición y retroceso, sin otra alternativa, ¡que seguir así ¡
La candidatura de María Corina viene a romper todos los esquemas. Y lo digo con la propiedad que nos asiste haber estudiado el fenómeno de anclaje político, la polarización y la migración negativa de preferencias, desde el Referéndum Revocatorio, evento que marcó el apoltronamiento de una sociedad derrotada por expectativas difusas de victoria (la oposición), y de otra sociedad a la deriva política (no asistida ni en mensaje ni en oferta palmaria), que no le quedó otra opción que quedarse con lo que hay (Chávez), o en la nada (Ni-ni). Frente a este diagnóstico de estancamiento-poder, el remedio es CONTRASTE, CONTRAFIGURA, DIVERGENCIA.
Frente al hombre mesiánico y providencial, el hombre (o mejor mujer) terrenal, como tú y como yo, que no ofrezca milagros, sino trabajo y dejar trabajar. Frente al colectivismo y al socialismo igualitario, capitalismo productivo, competitivo y generador de riqueza. Frente al intervencionismo del Estado, la inteligencia del sujeto creativo; frente a la imposición, la libertad; frente a la soberanía popular, la soberanía del pensamiento individual; ante lo militar, lo civil, contra lo miliciano, lo corporativo; contra el verde guerrerista o el rojo revolucionario, el blanco de la paz o el azul de la esperanza; contra la grosería y el insulto, el respeto y la decencia; contra la impunidad, la justicia; frente a la criminalidad, el orden/ la ley; contra el continuismo y la eternalización, la democracia alternativa; contra el narcisismo y el culto a la personalidad, la humildad y la majestad del gobernante. Contra la miseria, la riqueza y la oportunidad de emprender; frente al abuso, el derecho; frente a la bota, la constitución; contra Fidel, el himno Nacional (abajo cadenas); antes las cadenas, el recato, frente a la verborrea, discreción, ante la intemperancia, prudencia, contra la disputa, tolerancia y frente la adulancia, spoude (seriedad, mucha seriedad).
Pero hay una ‘contraste’ que en lo personal considero el más oportuna para el momento-poder que atravesamos. Aunque luzca menos relevante o incluso más débil, a nuestro juicio, es inmensamente contundente. Es el contraste de género. Sí. Frente al Chávez mandón, retrechero y todopoderoso, una mujer. Una fémina digna representante del matriarcado Venezolano. Nuestra mujer que es padre, madre, hija, hermana y ¡padre y madre otra vez! La que madruga para hacerles la comida a sus hijos, los baña y adecenta, los lleva al colegio, y se va después a trabajar para volver a madrugar al día siguiente.
Nuestras madres que jamás tienen un ‘no’ para sus hijos, y aunque eso signifique malcriarlos, comporta una lucha, una entrega y una nobleza incontenible, que termina siendo referencia de logro, de generosidad y de mérito para sus vástagos.
Una mujer que nos devuelva el sentido de la convivencia porque su condición no le permite en pensar en bayonetas, tanques o fusiles para asegurar la paz. Una mujer que gire su mirada a los niños, no para utilizarlos en la portada de una propaganda revolucionaria, sino para ponerlos de pie frente a su futuro. Y una mujer preparada, culta, estudiada, viajada, curtida de referentes de bienestar, de calidad de vida, estilistas, de superación, que con deseos de compartir sus dotes y capacidades, que con ganas de conducir un país por caminos prósperos, tenga la firme decisión de imponer el respeto, la dignidad y los valores, por encima del ‘ven a mi que tengo flor’ o el ‘no soy monedita de oro’.
María Corina a quién conozco más como ciudadano que en lo personal, no sólo intitula un curriculum impresionante en lo académico (se formó como Ingeniero en la UCAB, máster en Finanzas en el IESA y en Liderazgo en YALE), sino también en lo gerencial, habiendo trabajado en la industria automotriz y en la de acero exitosamente; amén de lo fundacional, como creadora de la Fundación Oportunitas y Ateneas, para la lucha contra la infancia abandonada y la recuperación de niños delincuentes y de la calle.
Esta mujer madre de tres críos, ha puesto su coraje y su pasión por Venezuela, tanto como lo siente por los suyos, para ofrecer sus talentos al servicio de un país posible. Y no tiene miedo, por lo cual, ha sido factor de inspiración de triunfo, para aquellos en embutidos en sus propias dudas y temores, ahora han decidido pararse de sus mecedoras y de su oscuridad.
Logró ser la candidata a la Asamblea Nacional más votada con su ‘Es hora’, y ahora, no descansa en su carrera por la presidencia de la república, haciendo lo que tiene que hacer un candidato serio y comprometido de oposición: recorriendo repetidas veces las calles, caseríos, barriadas y zonas rurales / urbanos del país, llevando un mensaje claro y diáfano: capitalismo para la gente, plata para el pueblo, capitalismo popular, pero no a cuenta de miserias del Estado, sino de tu propio esfuerzo.
María Corina ha confrontado grandes obstáculos. Contradictoriamente, quienes menos les han abierto los brazos, son los sectores a los que ella pertenece, los A, B C+. Este segmento piensa que Machado carece de base popular y que las masas no se identifican con ella. Pero se equivocan. Los sectores populares que hemos dicho, ya no esperan la llegada de un redentor, ven su candidatura con agrado, con ilusión, con certeza. La gente se identifica por su condición de mujer, con su sensibilidad de madre y su don de querer estar y escuchar a la gente. También la ven como un ser humano exitoso, hermosa y echada para adelante…
Anécdotas sobre su fuerza, sencillez y valentía sobran. Desde montarse en una motocicleta de forma improvisa para llegar a tiempo a destino, como encarar agresores en medios de niples y bombas lacrimógenas a plena noche (UCV), hasta increpar el diálogo ante hordas de manifestantes en contra. Tampoco le ha faltado derramar una lágrima ante esa Venezuela depauperada que nos duele y que no queremos ver.
Esta mujer garantiza mucho más que otros actores políticos en aspectos sensibles de poder, como transición, gobernabilidad y capacidad de generar consenso. No sólo es una gerente eficiente para resolver problemas, sino una mujer capaz para la persuasión y la negociación. Y eso es un plus de ascendencia que sólo puede ofrecer una mujer en estos momentos, frente a una Venezuela militarista, miliciana y reaccionaria, que aun subyacerá en un nuevo gobierno.
María Corina nos quiere gobernar, y no dudo es la opción de mayor peso, madurez y calidad política, para conducir el país a un nuevo destino. Un arrojo de aire fresco, matizado de solidez intelectual y valores familiares, que incorporado a un nuevo gobierno, nos devolverá el país que alguna vez oímos, que alguna vez supimos, pero que nuestra generación jamás ha podido ver.
Nos quiero despedir esta entrega sin felicitar igualmente a los pre-candidatos Cecilia Sosa, Leopoldo López, Henrique Capriles, Diego Arria y a la propia María Corina, por la excelente demostración de civismo y profesionalismo político que están demostrando, y que les está valiendo frente a los Venezolanos de todas la preferencias y frente al mundo (así lo percibimos desde España), una percepción de talante democrático, liberal y progresista, como en mucho tiempo, no se había palpado en el país. Esa esfuerzo de todos, amén de quién resulte vencedor, será la garantía de triunfo, contra un lustro de excesos, de crisis y de involución de todo orden…el más doloroso, el ético.
Pues nada, Venga María Corina, venga Venezuela ¡Ya era hora
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