Editorial de www.analítica.com
La asonada militar del 4 de febrero de 1992 fracasó, y la de noviembre de ese mismo año también, incluso más ruidosamente. El movimiento que progresivamente fue difundiendo la imagen de Hugo Chávez, no fue militar, fue civil
Es más bien triste el empeño del propio Hugo Chávez en afincar y en destacar al máximo el carácter militarista de la revolución popular que él proclama. Implica, como mínimo, que es un desagradecido.La asonada militar del 4 de febrero de 1992 fracasó, y la de noviembre de ese mismo año también, incluso más ruidosamente. Aparte de la angustia generada, los destrozos, los heridos y los muertos -para no hablar de los desgarros a una Constitución que no estaba "moribunda" sino en plena vigencia-, militarmente hablando sólo quedaron unos efectivos del ejército presos, preocupación y dolor.
El movimiento que progresivamente fue difundiendo la imagen de Hugo Chávez, no fue militar, fue civil, con políticos, periodistas, empresarios, opinadores, simpatizantes, todos ciudadanos civiles; la organización y los recursos que permitieron a Chávez, una vez liberado por Rafael Caldera, hacer campaña política; fueron civiles.
La estructura partidista que ayudó a Chávez a competir electoralmente y a ser electo Presidente, fue civil. La revolución chavista que llegó al poder en 1999 era civil. Los soñados 10 millones de votos que asegura el Presidente obtendrá el 7 de octubre próximo, son civiles, y los 6 millones y pico que hasta ahora ha obtenido en procesos anteriores, son civiles.
Pero Hugo Chávez se ha encargado de ir llenando el camino de esa revolución de militares, retirados y activos; de tanques, aviones, misiles y fusiles de asalto, de uniformes y adjetivos militares. El costoso y muy ruidoso despliegue de este sábado será militar, pero no revolucionario y mucho menos democrático ni popular.
No comments:
Post a Comment