El mesianismo funciona. Millones de eunucos emocionales se entregan al mensajero y el mensaje
LUIS JOSÉ UZCÁTEGUI | EL UNIVERSAL
jueves 17 de febrero de 2011 12:00 AM
Que cambian, cambian los humanos cuando toman el poder y hasta llegan a sentirse Mesías. Algunos creen que sus "reinos" no son de esta tierra, y ensartados con tal boato mental, piensan que no pueden morir. (Significa que nunca deben dejar el poder.) El mesianismo lo patentó hace dos milenios un Dios verdadero, Jesús de Nazaret, y desde entonces, los amantes mórbidos del poder fácilmente se convierten en falsos Mesías.
Mesías carnal. Son seres que su vida sexual tiene matices propios de semidioses. Berlusconi es amo y señor de las prostitutas; pero aduce que "nunca ha pagado por tener sexo", tampoco ha "eyaculado con alguna de ellas". Clinton bajo profundos "coitos por la boca", se convierte en superhombre para Mónica Lewinsky; pero según él, no fue sexo, no pasó de una "relación inapropiada".
Mesías verdugo. La lista es muy larga. Se perciben dueños de la verdad. Personajes como el exdictador Jean-Claude Duvalier que llamó a la "reconciliación nacional": "Estoy aquí para mostrar mi solidaridad en este difícil momento". Lo que le faltó a este tirano, quien junto a su familia hizo bestialidades a granel, fue decir que por su condición de "omnisciente" las muertes y torturas eran necesarias para limpiar de pecadores a Haití. Y acaso algo más desfasado que la fijación de déspotas como Alí Abdalá Saleh (Yemen), Mahmud Ahmadineyad (Irán), Fidel Castro (Cuba) y Hosni Mubarak (Egipto) de sentirse poseídos para justificar cientos de crímenes.
Mesías macabro. Lo más actual es el caso Venezuela. Un país que flota en oro negro donde su gobernante ha logrado instalar el infierno; pero bajo la conjura de ideas perturbadas y dotes histriónicos la nación es vendida como un paraíso. Ha perfeccionado la estrategia del Jesucristo funesto, quien por sentirse hijo de la historia improvisada, tener dinero a granel, aterrorizar, implantar una guerra mediática y ser portador de mentiras decimonónicas al ciudadano lo incita a convertirse en falsario, rufián, improvisado, dependiente, irresponsable, vivaracho insulso, pedigüeño, transgresor, etc.
Lo dantesco es que el mesianismo funciona. Millones de eunucos emocionales se entregan al mensajero y el mensaje. Hasta que los pueblos se lanzan a las calles a derrocar a los falsos Mesías como sucedió en Egipto, Túnez y sucederá en...
Mesías carnal. Son seres que su vida sexual tiene matices propios de semidioses. Berlusconi es amo y señor de las prostitutas; pero aduce que "nunca ha pagado por tener sexo", tampoco ha "eyaculado con alguna de ellas". Clinton bajo profundos "coitos por la boca", se convierte en superhombre para Mónica Lewinsky; pero según él, no fue sexo, no pasó de una "relación inapropiada".
Mesías verdugo. La lista es muy larga. Se perciben dueños de la verdad. Personajes como el exdictador Jean-Claude Duvalier que llamó a la "reconciliación nacional": "Estoy aquí para mostrar mi solidaridad en este difícil momento". Lo que le faltó a este tirano, quien junto a su familia hizo bestialidades a granel, fue decir que por su condición de "omnisciente" las muertes y torturas eran necesarias para limpiar de pecadores a Haití. Y acaso algo más desfasado que la fijación de déspotas como Alí Abdalá Saleh (Yemen), Mahmud Ahmadineyad (Irán), Fidel Castro (Cuba) y Hosni Mubarak (Egipto) de sentirse poseídos para justificar cientos de crímenes.
Mesías macabro. Lo más actual es el caso Venezuela. Un país que flota en oro negro donde su gobernante ha logrado instalar el infierno; pero bajo la conjura de ideas perturbadas y dotes histriónicos la nación es vendida como un paraíso. Ha perfeccionado la estrategia del Jesucristo funesto, quien por sentirse hijo de la historia improvisada, tener dinero a granel, aterrorizar, implantar una guerra mediática y ser portador de mentiras decimonónicas al ciudadano lo incita a convertirse en falsario, rufián, improvisado, dependiente, irresponsable, vivaracho insulso, pedigüeño, transgresor, etc.
Lo dantesco es que el mesianismo funciona. Millones de eunucos emocionales se entregan al mensajero y el mensaje. Hasta que los pueblos se lanzan a las calles a derrocar a los falsos Mesías como sucedió en Egipto, Túnez y sucederá en...
No comments:
Post a Comment