Thursday, February 17, 2011

O democracia liberal o comunismo? (I)

Nota del Blog: Publicamos a continuación la primera parte del interesante artículo del escritor Roberto J. Lovera De Sola, titulado: O democracia liberal o comunismo?. La segunda parte será publicada en la próxima crónica de este mismo día.

En: http://www.lapatilla.com/site/2011/02/17/roberto-lovera-de-sola-%c2%bfo-democracia-liberal-o-comunismo/

Roberto Lovera De Sola: ¿O democracia liberal o comunismo?


Para entender las raíces de la democracia y de la anti democracia en nuestros días el historiador español César Vidal nos propone en su rico libro Momentos cumbres de la historia que cambiaron su curso(Madrid: Edaf, 2009.311 p.) dos fechas a tener en cuenta. Su análisis es un tan preciso y tan hondo que lo seguimos en estas notas, citándolo extensamente, dada la exactitud con la que explora tan importante asunto. La primero se sucedió alrededor de la génesis y desarrollo de la Independencia de los Estados Unidos: especialmente en su Declaración de Independencia(1776) y en su Constitución(1787): fue la democracia liberal. Fue este un hecho positivo. El segundo, en sus consecuencias negativo, se espigó desde la publicación del Manifiesto Comunista(1847) de Carlos Marx(1818-1883) y Federico Engels(1820-1895), fue la anti-democracia.
RAICES DEL PROCESO
Todo lo que tratamos sucedió en el mundo moderno desde, 1517, momento de la Reforma Protestante, encabezada por Martín Lutero(1483-1546), uno de los hechos esenciales del proceso social sin duda engendrado décadas antes por la invención de la imprenta de caracteres móviles(1454), la caída de Constantinopla(1453) y el descubrimiento de América(1492).
Esencia del pensamiento de Martín Lutero fue su proposición del libre examen de los textos bíblicos. Cada persona podía examinarlos y llegar a sus propias conclusiones. Era distinto a lo que había existido: era la iglesia hasta ese momento la que los analizaba y señalaba como debían ser interpretados cada uno de sus cincuenta y dos libros, como debía leerse cada capítulo, como debía comprenderse cada versículo. La proposición de Lutero arrojó consecuencias decisivas en la historia cultural de occidente, surgió con ello el pensamiento crítico, que es el carácter definitorio de la modernidad. Por cultura, desde luego, consideramos todo aquello que crea el hombre, desde las invenciones de las diversas formas del arte, literatura, música, artes plásticas, hasta los principios y las concepciones de la política.
Así lo propuesto por Lutero, un pensador religioso, tuvo trascendencia social y política: ”La cosmovisión espiritual protestante…no triunfó en toda Europa…[pero]no deja de ser revelador que algunos de los valores éticos, derivados directamente de su teología, acabaran con el paso de los siglos transcendiendo de sus límites confesionales y fueran aceptados por sociedades no protestantes”(p.187), ”el protestantismo afirmaba la libertad de ser humano frente a las autoridades no solo religiosas, sino también políticas”(p.187).
El 25 de Septiembre de 1555, la Dieta del Imperio Alemán al promulgar la Paz de Augsburgo proclamó la libertad religiosa para los protestantes. Anota César Vidal: “Los representantes de la Dieta lo ignoraban, pero acaban de consagrar legalmente la libertad política de la Historia Moderna”(p.187).
Es bueno otro escolio: una de las tareas que realizó Lutero, de diversas consecuencias, como veremos ahora, fue la traducción de la Biblia al alemán, con ello, primero fundó la literatura en lengua alemana y pudo todo el pueblo leer el antiguo texto en su lengua de todos los días, la Biblia comenzó a normar la vida de varias naciones, como veremos, cuyos derroteros están vivos en el mundo en que vivimos.
Así ”la Reforma, en cualquiera de sus formulaciones, implicó un regreso directo, concreto, sin mediación, a la Biblia…El regreso a la Biblia de los reformadores se tradujo…en una afirmación del valor del trabajo…y del ahorro…Los países protestantes iban, por lo tanto, a lanzarse a un culto al trabajo que les proporcionaría una ventaja de al menos dos siglos sobre los católicos. Hasta fines del siglo XVIII no eximirá Carlos III(1718-1788) de España de su carácter infante el trabajo manual. Para entonces Inglaterra ya había experimentado el inicio de la Revolución Industrial e iniciado una hegemonía económica que duraría hasta el final de la Primera Guerra Mundial(1914-1918). Sería entonces sustituida por los Estados Unidos, una nación más protestante”(p.187-188).
Todo ello tuvo consecuencias religiosas con la lucha, propuesta por Lutero, contra la imágenes, lo hizo apelando al mandato bíblico(Génesis: XX,4). Pero a la vez creció la alfabetización para que todos pudieran leer la Biblia. Ello tuvo consecuencias sociales muy importantes porque “El acceso a la educación y la valoración del trabajo facilitó también la recuperación de otro de los principios neo-testamentarios, el igualitario y meritocrático. La sociedad europea del siglo XVI descansaba en una división estamental procedente de la herencia bárbara. Esta estratificación comenzaría a cuartearse también con la Reforma. El protestantismo, en especial cuanto más apartado del catolicismo se ubicó, abogó por un modelo en el que, por utilizar las palabras del apóstol Pablo(Gálatas: III,2 no deberían existir diferencias raciales, sociales o de género sexual”(p.188-189).
A partir de la Reforma “la ciencia iba a convertirse en casi un monopolio de los países protestantes…la base de la ciencia moderna se hallaba en el cristianismo y, de manera muy especial, en su versión protestante”(p.191). Así “Libertad, educación, ciencia…el legado de la Reforma…sentó las bases de la democracia moderna que aparecería, por vez primera y de manera bien significativa, al otro lado del Atlántico”(p.191), en Filadelfia en 1776.
Si es verdad que podemos indicar que el capitalismo se inicio en el siglo XV, especialmente cuando los bancos de Florencia y Venecia abrieron sus sucursales en Flandes. En verdad, la reforma protestante permitió la afirmación del capitalismo, sustentando en los valores de lo que se ha denominado la ética protestante. Y, desde ese momento, los países que avanzaron fueron los del norte mientras que el Imperio Español caía en la decadencia hasta precipitarse en el siglo XIX, primero en la revolución emancipadora concluida en 1824. Y, plenamente, en 1898, en la guerra Hispano-norteamericana, cuando perdió lo que le quedaba de su imperio: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
El protestantismo inglés se sustentaba en parte de la teología católica y también en principios reformados y en grupos “dissenters”(disidentes), “que abogaron por el reconocimiento de la libertad, la separación de la Iglesia y el Estado…y…el control del poder político por los gobernados”(p.190). Tal la presencia de Oliver Cromwell(1589-1658), ”el parlamentario puritano que se alzó contra Carlos I(1600-1649) y lo destronó”(p.190), John Milton(1608-1674), el autor de El paraíso perdido(1667) o los Cuáqueros, en todos “pese a sus diferencias entre sí, se hallaría una defensa de la libertad y de la consideración del ser humano por sus méritos y no por su origen social…trasplantados a América, estos “dissenters” fueron la semilla de la que nacería la primera democracia moderna, la de Estados Unidos”(p.191).

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