Carlos Julio Peñaloza
febrero 17, 2011 8:46 am
En las palabras de “El Cadete Llorón” para conmemorar el aniversario del Discurso ante el Congreso de Angostura, Chávez cometió el sacrilegio de aplicar la censura al propio Simón Bolívar.
El discurso del Libertador en Angostura, al instalar el segundo Congreso Constituyente de Venezuela, fue una de sus piezas maestras. Ese mensaje promovió la creación de la Gran Colombia, fijó lineamientos para nuestra Carta Magna y exhortó la creación del poder moral. Es un documento que describe su posición política y constituye una lección magistral de democracia.
En las conmemoraciones de esa augusta fecha se da la palabra a intelectuales calificados. En esta oportunidad, un gobierno que alardea de bolivariano patrocina para el discurso de orden a un militar incurso en infringir la Constitución. El susodicho amenazó a los venezolanos con que la Fuerza Armada no aceptaría un eventual triunfo de la Oposición el 2012. Esa transgresión constitucional fue denunciada ante la Fiscalía por el abogado Cipriano Heredia, pero la señora fiscala, tan presta a hostigar miembros de la oposición, ni siquiera ha respondido la solicitud.
Por su parte, el dueño del país dijo que “Rangel es libre de expresar sus opiniones políticas”. Pero los militares que usan esa libertad para hablar en favor de la democracia son tratados como conspiradores y retirados de las fuerzas armadas.
El orador de orden es un militar de bajo calibre. Sus compañeros en la Escuela Militar lo apodaron “El Cadete Llorón”, por sus crisis de moco tendido en medio del patio de ejercicios cuando se aplicaba un castigo disciplinario. Su palmarés incluye haber dado instrucciones a Moisés Maiónica -detenido por el affaire del maletín de Antonini- y contactos con Walid Makled.
Ayer en Ciudad Bolívar se comprobó que este cuatrisoleado de la infamia no logra pronunciar correctamente nuestro idioma. En un discurso plagado de clichés y en un tono monótono y apagado, se abstuvo cuidadosamente de mencionar las frases más importantes del Discurso ante el Congreso de Angostura. Por ejemplo:
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos … El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”… “…nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.”
“Mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas están sujetas a la censura del pueblo”
“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción…”…”abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia”.
Esas ideas son golpistas en cuanto son como un golpe al plexo de Chávez. Su omisión significa que el jefe de la revolución bolivariana cometió el sacrilegio de censurar al propio Simón Bolívar.
El discurso de Angostura prueba que Chávez es un anti- bolivariano que tiene más de doce años disfrazado de gran sacerdote del culto bolivariano.
La designación de Rangel fue un intento de intimidar al pueblo haciendo ver que los militares están con la revolución. Lo mismo creía Mubarak. Pero la procesión venezolana va por dentro. Las fuerzas armadas no apoyan a un dictador y en ellas no pasa desapercibida la contradicción entre la conducta de Chávez y la palabra de Bolívar.
El discurso del Libertador en Angostura, al instalar el segundo Congreso Constituyente de Venezuela, fue una de sus piezas maestras. Ese mensaje promovió la creación de la Gran Colombia, fijó lineamientos para nuestra Carta Magna y exhortó la creación del poder moral. Es un documento que describe su posición política y constituye una lección magistral de democracia.
En las conmemoraciones de esa augusta fecha se da la palabra a intelectuales calificados. En esta oportunidad, un gobierno que alardea de bolivariano patrocina para el discurso de orden a un militar incurso en infringir la Constitución. El susodicho amenazó a los venezolanos con que la Fuerza Armada no aceptaría un eventual triunfo de la Oposición el 2012. Esa transgresión constitucional fue denunciada ante la Fiscalía por el abogado Cipriano Heredia, pero la señora fiscala, tan presta a hostigar miembros de la oposición, ni siquiera ha respondido la solicitud.
Por su parte, el dueño del país dijo que “Rangel es libre de expresar sus opiniones políticas”. Pero los militares que usan esa libertad para hablar en favor de la democracia son tratados como conspiradores y retirados de las fuerzas armadas.
El orador de orden es un militar de bajo calibre. Sus compañeros en la Escuela Militar lo apodaron “El Cadete Llorón”, por sus crisis de moco tendido en medio del patio de ejercicios cuando se aplicaba un castigo disciplinario. Su palmarés incluye haber dado instrucciones a Moisés Maiónica -detenido por el affaire del maletín de Antonini- y contactos con Walid Makled.
Ayer en Ciudad Bolívar se comprobó que este cuatrisoleado de la infamia no logra pronunciar correctamente nuestro idioma. En un discurso plagado de clichés y en un tono monótono y apagado, se abstuvo cuidadosamente de mencionar las frases más importantes del Discurso ante el Congreso de Angostura. Por ejemplo:
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos … El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”… “…nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.”
“Mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas están sujetas a la censura del pueblo”
“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción…”…”abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia”.
Esas ideas son golpistas en cuanto son como un golpe al plexo de Chávez. Su omisión significa que el jefe de la revolución bolivariana cometió el sacrilegio de censurar al propio Simón Bolívar.
El discurso de Angostura prueba que Chávez es un anti- bolivariano que tiene más de doce años disfrazado de gran sacerdote del culto bolivariano.
La designación de Rangel fue un intento de intimidar al pueblo haciendo ver que los militares están con la revolución. Lo mismo creía Mubarak. Pero la procesión venezolana va por dentro. Las fuerzas armadas no apoyan a un dictador y en ellas no pasa desapercibida la contradicción entre la conducta de Chávez y la palabra de Bolívar.
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