En: http://www.lapatilla.com/site/2014/11/29/absuelto-mubarak-por-muerte-de-manifestantes-en-2011/
El expresidente egipcio Hosni Mubarak quedó libre este sábado del
cargo de complicidad en la muerte de cientos de manifestantes durante la
revolución de 2011 y de varios cargos de corrupción, pero seguirá en
prisión cumpliendo otra condena. AFP
Un tribunal de El Cairo desestimó la acusación sobre su
responsabilidad en la sangrienta represión de las protestas de 2011, y
lo absolvió de las acusaciones de corrupción que pesaban contra él.
Pese a ello, Mubarak, que dirigió el país con mano de hierro durante
30 años, continuará detenido en un hospital militar cumpliendo una pena
de tres años por otro caso de corrupción.
Sus dos hijos, Alaa y Gamal, igualmente juzgados junto a su padre,
quedaron absueltos por la prescripción de los delitos de los que se les
acusaba.
En el exterior de la academia policial donde se celebraba el juicio,
Mustafá Mursi, que perdió a su hijo Mohamed durante la revuelta de 2011,
lamentaba la sentencia: “Este veredicto es injusto. La sangre de mi
hijo se derramó en vano”.
Para el abogado de Mubarak, Farid al Deeb, el veredicto “prueba la integridad” de su régimen.
La fiscalía y la acusación civil podrán recurrir los veredictos de este sábado.
Durante el proceso por la muerte los manifestantes, siete altos
responsables de seguridad, entre ellos el exministro de Interior de
Mubarak, Habib al Adly, fueron declarados inocentes por el juez Mahmud
Kamel al Rashidi.
El veredicto estaba previsto para el 27 de septiembre pasado, pero el
magistrado lo había aplazado aduciendo que no había tenido el tiempo
suficiente para leer las 2.000 páginas del expediente.
Mubarak, de 86 años, había sido condenado en junio de 2012 a cadena
perpetua, pero la sentencia fue anulada por razones técnicas, lo que
llevó a la celebración de otro juicio, que comenzó en mayo de 2013.
Más de 840 personas murieron en los 18 días que duró la revuelta
popular de 2011 contra el régimen de Mubarak, en la que los
manifestantes le exigían que abandonara el poder, y la brutalidad
policial y los abusos de las fuerzas de seguridad fueron precisamente
una de las causas del levantamiento.
‘No hice nada malo’
En los últimos días, la prensa egipcia apostaba por una posible
absolución, debido al cambio del clima político del país desde 2012.
Los juicios contra Mubarak, muy mediatizados al principio, pronto
fueron eclipsados por los de su sucesor, el islamista Mohamed Mursi,
derrocado en julio de 2013 por el anterior jefe del Ejército y actual
presidente, Abdel Fatah al Sisi.
Mursi y casi la totalidad de los dirigentes de su organización, los
Hermanos Musulmanes, han acabado entre barrotes, y muchos son pasibles
de la pena de muerte en diversos juicios.
Los medios de comunicación y buena parte de la opinión pública los
acusan ahora de la violencia política desatada en 2011 y que continúa
sacudiendo el país.
Por otra parte, la policía ha quedado en cierta medida rehabilitada
en la medida en que la prensa aprueba la represión de las fuerzas de
seguridad a los islamistas pro-Mursi.
Tras el golpe que derrocó al primer presidente elegido en democracia
en Egipto, más de 1.400 manifestantes islamistas murieron a manos de la
policía y el ejército, principalmente en El Cairo, y más de 15.000
hermanos musulmanes y simpatizantes fueron encarcelados.
Centenares de ellos han sido condenados a muerte en juicios
colectivos y sumarios, calificados por la ONU como procesos “sin
precedente en la historia reciente” del mundo.
El poder también ha reprimido a la oposición laica y de izquierda,
encarcelando a decenas de jóvenes militantes por infringir una
controvertida ley que limita el derecho a manifestarse.
Mubarak aseguró en agosto que él “no había ordenado nunca la muerte de manifestantes” y tenía “la conciencia tranquila”.
Transportado de vuelta al hospital militar donde cumple condena, el
anciano salió al balcón de su habitación, en silla de ruedas y con sus
eternas gafas de sol, para saludar a los partidarios llegados para
expresarle su apoyo.
En una entrevista telefónica con la televisión poco después de
conocerse el veredicto, Mubarak quiso reafirmar su inocencia: “Yo no
hice nada malo”, afirmó.
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