Thursday, November 27, 2014

Por su nombre de pila

En: Recibido por email. Publicado en El Universal

Quitarle dramatismo al cambio político que ya la amplia mayoría del país desea


DIEGO BAUTISTA URBANEJA 

 

La situación del país y su probable evolución en el futuro inmediato, lo que las encuestas indican como las tendencias dominantes en el clima de opinión popular, el debilitamiento del respaldo al gobierno y el correlativo fortalecimiento del apoyo a la oposición, sugieren dos grandes lineamientos o criterios de acción para la oposición democrática venezolana.

En primer lugar, dejar la vía libre para que el descontento se acumule y se engrose. Dejar que el hecho de tener un pésimo gobierno produzca de la manera más fluida posible una mayoría opositora cada vez mayor. A mi juicio ese criterio tiene como consecuencia introducir el menor número de perturbaciones posibles a la fluidez de ese proceso, al cual, como se ve diariamente, el oficialismo quisiera perturbar y distraer a como diera lugar. No hay cosa que ocurra que este gobierno no quiera convertir, con toda la truculencia posible, en algo que interrumpa o desconcierte la diaria disminución del apoyo popular.

La oposición democrática debe centrarse en subrayar, destacar, alumbrar con luces de neón, el hecho cierto de que este es un pésimo gobierno, y poca cosa más que un pésimo gobierno.

Calificativos

En tal sentido, por cierto, no me parece que a este gobierno le quepan denuestos como el de gobierno totalitario o gobierno castrocomunista. Esos gobiernos han sido desastrosos para sus países, pero por razones distintas a las de éste. En cierto sentido, calificativos de ese tenor le quedan grandes al gobierno de Maduro. Llamarlo así es, para usar lenguaje hípico, "subirlo de lote". Tal vez en algún momento de su pasado, en los sueños de alguien, "el proceso" tuvo esa, digamos, aspiración. Pero, de haber sido así, eso ya es historia. Lo real y lo actual es lo que este gobierno ha venido a ser: un nido de incompetencia, de corrupción, de incapacidad, de chapucería, sin brújula alguna. Dejemos, digo yo, de darle a este gobierno calificativos sonoros y de cinco o seis sílabas. Llamémoslo por su nombre de pila, seguro y sencillo: una torta de gobierno. Eso todo el mundo lo comprende y lo sufre y a la gran mayoría le sería fácil querer salir de una cosa así. Es eso, la percepción de eso, y no el ser totalitario o castrocomunista, lo que lo tiene cuesta abajo en el respaldo popular, y ello en el sector que más importa: el de venezolanos que habían venido respaldando "el proceso" y que ni saben lo que es totalitarismo, ni les interesa saberlo, ni viven en esos términos su experiencia.

Complemento de esta forma directa y familiar de calificar este gobierno y parte de esta línea de argumentos, es insistir en lo que todo el mundo sospecha: que este gobierno no tiene cómo dejar de ser una torta. Que no tiene remedio.

Respaldo 

Ese par de realidades que las encuestas están reflejando: por un lado, el desprendimiento constante de adherentes que el gobierno está experimentando y por otro, el crecimiento incesante del respaldo a la oposición democrática debe, pues, continuar sin perturbaciones, con las menores distracciones y desviaciones que sea posible.

Se propone en lo que llevo dicho, quitarle dramatismo al cambio político que ya la amplia mayoría del país desea. Se trata de salir de un pésimo gobierno: eso es lo que quiere esa amplia mayoría. Lo demás queda para quienes quieran añadir más cosas -derrotar al totalitarismo, etcétera- cosas sostenidas por un público que por cierto está todo desde hace tiempo en la oposición.

El otro gran criterio es el acompañante indispensable de lo hasta aquí planteado. Si se quiere que la mayoría opositora se amplíe, se solidifique, y quede a prueba de "dakazos", es necesario que se deje ver como una alternativa de gobierno válida, convincente, capacitada, clara en sus objetivos de gobierno y en los instrumentos para lograrlos.

Dos criterios

Los dos criterios esbozados requieren mucho trabajo por parte de la oposición democrática. Con frecuencia se critica posiciones como la aquí planteada, diciendo que lo que proponen es "esperar" hasta las elecciones de tal o cual fecha. Nada que ver. Si por mí fuera, prohibiría el verbo "esperar". Mantener al cauce abierto para el engrosamiento de la oposición democrática y plantearse como una opción convincente para las mayorías populares requiere un trabajo estratégico y programático más exigente que cualquiera de las otras vías que puedan proponerse. Alcanzar y sobre todo consolidar una amplia mayoría exige por parte de la oposición una labor cotidiana de una coherencia y de un alineamiento entre todos los partidos, vocerías, acciones. Sin hablar de lo que significa hacerle al país con una sola voz, una gran propuesta alternativa, con toda la sonoridad y capacidad de penetrar los oídos de la gente común

dburbaneja@gmail.com

 

Vía El Universal

No comments:

Post a Comment