Wednesday, November 26, 2014

Ricos con plata prestada

En: Recibido por email. Publicado en Tal Cual

Mario Szichman/ Nueva York

A comienzos de 2013, el Banco Central de Venezuela contaba con 29.000 millones de dólares en reservas. A mediados de este mes, las reservas habían bajado a 19.500 millones de dólares, dijo The Financial Times. Pero el presidente Nicolás Maduro ordenó transferir a la institución 4.000 millones de dólares de fondos obtenidos tras acuerdos con China. Ahora, las reservas ascienden a unos 23.500 millones de dólares.

La baja de divisas fuertes había causado preocupación en los mercados internacionales. Muchos temían que el gobierno chavista fuese incapaz de pagar sus deudas, especialmente a los tenedores de bonos, que están obteniendo fabulosas ganancias de alrededor del 18 por ciento anual, cinco veces la cantidad cancelada en Estados Unidos o en Europa occidental.

El periódico londinense dijo que el incremento en las reservas del Banco Central no es resultado de una nueva inyección de dinero, sino de un creativo traspaso de fondos provenientes de previos acuerdos con China.

Primero Hugo Chávez Frías, y luego Maduro, pidieron prestado a China unos 50.000 millones de dólares a partir del 2006. “Los críticos se han quejado de la opacidad de esos préstamos” dijo The Financial Times.

Al parecer, la intención principal es ocultarlos de la mirada de los curiosos. Los empréstitos no ingresan en las reservas del país, y por lo tanto, es imposible fiscalizarlos.

En cambio, “son colocados aparte, en fondos destinados” a ciertos proyectos. La ventaja de esos fondos chinos es que “no pueden ser sometidos a escrutinio parlamentario”, añadió la publicación.

Siobhan Morden, de la firma de inversiones Jefferies Capital Partners, duda que esos 4.000 millones de dólares sirvan para robustecer la capacidad del gobierno venezolano de pagar sus deudas. “La cuestión es si el préstamo de China representa nuevo crédito o financiamiento discrecional”, dijo Morden.

El experto explicó que los préstamos chinos suelen asignarse a propósitos concretos. Por lo tanto, el dinero no puede desviarse de los planes establecidos. Por ejemplo, en julio pasado, China hizo un préstamo por 4.000 millones de dólares. El dinero está destinado a gastos de infraestructura, viviendas, transporte y comercio.

La pregunta que se formulan los expertos es si los mercados internacionales aceptarán ese creativo traspaso de fondos.

Según la publicación, “tiempos desesperados requieren medidas desesperadas”.

El gobierno de Maduro no es muy popular en estos días, debido a la escasez de productos básicos. El Banco Mundial estimó que la economía de Venezuela se contraerá un 2,9 por ciento en el 2014. El déficit fiscal del régimen es de un 14 por ciento del producto interno bruto, y la manera de costearlo es imprimiendo dinero a toda velocidad.

Como resultado, la inflación se estima en un 63 por ciento anual. Como hubiera dicho el ex gobernante argentino Juan Perón, otro artífice de la inflación desmesurada, mientras los salarios suben a paso cansino por las escaleras, los precios viajan vertiginosos en ascensor.

Por ahora, el gobierno de Beijing está tendiendo al gobierno de Maduro una mano. Pero Risa Grais-Targow, de la consultoría de riesgos Eurasia, duda que China siga brindando ayuda a los chavistas durante un tiempo prolongado.

La intención del gobierno chino, dijo la experta, es ayudar a Maduro “a evitar un default en el 2015”, un año donde habrá elecciones parlamentarias. “Pero Beijing muy difícilmente proporcione nuevos préstamos de importancia o acuda al rescate de Venezuela en caso de una crisis”.

Eso no tiene importancia alguna. El futuro anhelado por el chavismo no se cuenta en décadas sino en meses. Por ahora, el gobierno ha conseguido otro respiro. Es como si le hubieran regalado la eternidad.  
Vía Tal Cual  

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