En: http://www.lapatilla.com/site/2014/11/29/julio-cesar-arreaza-el-cancer-pretoriano/
Julio César Arreaza
El cáncer del pretorianismo producido por la abusiva intervención de
los militares en política, está haciendo metástasis en medio de
instituciones republicanas debilitadas por los modos autoritarios de
conducirse de quien ocupara la Presidencia de la Republica y su actual
heredero, invadiendo y desnaturalizando la independencia de los Poderes
Públicos, claves para el funcionamiento de una democracia real.
El remedio eficaz y definitivo consiste en el establecimiento de
mecanismos institucionales de control civil efectivo sobre las Fuerzas
Armadas. Es notorio el fracaso de los militares en la dirección del
Estado, en contraste con la participación del liderazgo civil en los
considerados mejores años de la república.
Estamos claros del sitio y función que deben ocupar las Fuerzas
Armadas en la sociedad, diferenciando que los militares están armados y
por ley ejercen el monopolio de la violencia institucional, y los
civiles disponen del arma de la libertad de expresión, de organización y
participación política, garantizados por la actuación de poderes
públicos autónomos que se controlan entre sí.
Los militares tienen un rol primordial en la seguridad y defensa del
país, la integridad territorial, la soberanía nacional y la preservación
de la democracia. Con el debido apresto operacional deberían ejercer su
función técnica y profesional, pero lamentablemente estos presupuestos
están ausentes de la realidad, ya que hoy día no reciben formación para
dirigir las Fuerza Armadas y sus operaciones militares.
Resulta peligroso y advertimos sus resultados nefastos cuando los
militares intervienen en aéreas que trascienden la seguridad y defensa,
con el virus de la politización en su proceso de formación y educación,
por esa rendija se coló la logia que ocupa el poder. Aquí prevalecen las
condiciones, divorciadas de los objetivos de la nación, para un
pretorianismo desbocado, que implica la posibilidad de acceder al poder
por el uso ilegitimo de las armas del Estado.
El régimen demuestra su desprecio hacia la institución militar,
corrompiéndola y cargándole el fracaso de la administración pública,
dándole prerrogativas que lesionan el debido control civil por parte de
los poderes públicos del Estado. La masiva ocupación militar en la
burocracia estatal ha desvirtuado el rol de la función de la Fuerzas
Armadas en una democracia.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
@JulioCArreaza
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