Antonio María Delgado/El Nuevo Herald
Cuando le tocó declarar en junio
sobre su presunta participación en el más reciente complot de magnicidio desempolvado
por el régimen de Nicolás Maduro, la diputada María Corina Machado fue
interrogada por más de ocho horas en la fiscalía, pero nunca le preguntaron
sobre los presuntos correos electrónicos que le incriminaban.
La dejaron salir de la fiscalía,
y por cinco meses la justicia chavista no volvió a pronunciarse sobre la
extravagantes acusaciones, basadas en unos correos que la policía dijo haber
interceptado pero que luego se demostró, con la ayuda de Google, que habían
sido forjados.
De manera que el proceso judicial
contra Machado parecía estar condenado a quedar engavetado en el ya repleto
archivador de exóticas conspiraciones que el chavismo saca periódicamente para
distraer la atención del público y que en el pasado han incluido el presunto
complot para inocularle cáncer a Maduro, y supuestos planes de la oposición de
comprar una veintena de aviones de combate para operarlos desde Colombia.
Así parecía, hasta que Machado se
atrevió a solicitar la renuncia de las cuestionadas rectoras del Consejo Nacional
Electoral, y a las cinco horas agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia
Nacional (Sebin) estaban en la casa de la dirigente, notificándole que debe
presentarse ante la fiscalía para ser imputada formalmente con cargos
relacionados con el presunto complot de magnicidio. “Es difícil pensar que no
hay una relación entre los dos eventos”, dijo Machado, quien tiene previsto
presentarse la próxima semana a la fiscalía, corriendo así el riesgo de quedar
detenida.
Machado dijo que la citación
judicial refleja la desesperación del régimen. “En cualquier otra
circunstancia, uno diría que es inconcebible que un juicio que ha sido objeto
de la burla y de la ridiculización dentro y fuera del país, sea llevado a
cabo”, declaró la diputada en una entrevista telefónica.
"Pero esto es una reacción
frente a su descalabro. Es un régimen que entiende está frente a su mayor
debilidad, y que ha optado por una represión brutal”, manifestó. “Venezuela se
está convirtiendo en un país sitiado y en lo que concierne mi caso, lo que está
detrás de esto, es el deseo de ejecutar públicamente un castigo
ejemplarizante”.
El régimen, que en el pasado
intentaba de alguna manera esconder su esencia autoritaria detrás de las
instituciones democráticas que controlaba, ya no se molesta por cuidar las
formas, dejando en evidencia la inexistencia de la justicia en las cortes
venezolanas, y cómo éstas son utilizadas por Maduro como instrumentos de
represión y persecución política, explicó.
Y el uso represor de la justicia
va en incremento, en momentos en que el régimen tratar de contener el creciente
descontento de la población derivado de la crisis económica.
Los planes represores de Maduro
pueden verse en las recién introducidas leyes habilitantes y en la reforma a la
ley contra la delincuencia organizada y el terrorismo, que son “una cosa
monstruosa”, y que dejan al ciudadano en una condición de indefensión aún mayor
frente al Estado.
También pueden verse en la
reciente ola de detenciones que el régimen está realizando. "Estamos
hablando de que en Venezuela hoy en día tenemos a tuiteros presos. Estamos
hablando de que trabajadores y dirigentes sindicales, simplemente por exigir el
cumplimiento de sus contrataciones colectivas están presos. Estamos hablando de
que cualquier periodista, o incluso una ama de casa, o un empleado público que
medio alce la voz está en riesgo de ser encarcelados por un régimen que intenta
aplastar toda forma de disidencia”, dijo.
En un ambiente como ese, es de
esperarse que el régimen intente encarcelar a Machado, cuya voz se ha vuelto
muy incómoda. La diputada –cuyo puesto a la Asamblea Nacional fue
arbitrariamente suspendido por el presidente de la entidad, Diosdado Cabello–
acompañó al encarcelado líder opositor Leopoldo López en su llamado a la
población venezolana a salir a protestar contra las pretensiones de Maduro de
terminar por instaurar un régimen dictatorial de corte castrista en Venezuela.
Machado también participó en los
esfuerzos por alertar ante la comunidad internacional las cada vez más
frecuentes violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen de
Maduro, presentando el caso de las fuerzas democráticas del país ante la Unión
Europea, Canadá y ante la Organización de Estados Americanos.
Fueron precisamente sus esfuerzos
por denunciar el régimen ante la OEA lo que llevó a Cabello de quitarle a
Machado su curul ante la Asamblea Nacional pese a que fue la diputada que sacó
el mayor número de votos de todos los legisladores.
La citación ante la fiscalía se
produjo luego de que Machado solicitara la renuncia de todas las rectoras del
Consejo Nacional Electoral (CNE), en momentos en que la mayoría de los
venezolanos duda que el organismo controlado por el chavismo pueda garantizar
comicios libres y transparentes en Venezuela.
“La desconfianza en el CNE ha
llegado a niveles históricos. Estamos hablando de que prácticamente todo el
sector opositor y una porción enorme del propio oficialismo, no confían, no
creen en este Consejo Nacional Electoral”, explicó Machado.
“Y estas señoras, que no gozan de
credibilidad ni de confianza alguna, en este proceso de tratar de mostrar una
supuesta renovación de los poderes públicos, dos de ella aparecen como
postuladas para reelegirse […] Eso es una bofetada para el pueblo de Venezuela
Vía Tal Cual
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