Friday, March 27, 2015

En Andorra se lava mejor

En: Recibido por email


Muchos envidiosos querrían ver entre rejas a poderosos funcionarios que no cumplen con sus deberes públicos. En países cuyas costas son bañadas por el Mar de la Felicidad, eso es bastante problemático, a menos el funcionario haya caído en desgracia y se lo acuse de traidor.

Por lo tanto, hay que resignarse al goce vicario de revisar otras naciones donde todavía es un pecado meter la mano en la lata. Una de ellas es la diminuta Andorra, emplazada entre Francia y España, con una población de apenas 70.000 personas que hablan catalán.

Esa población es diez veces inferior a la que votó por el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, hoy en prisión, entre otras cosas, porque tuvo la imprudencia de ganar dos veces seguidas su abrumador mandato.

El principado de Andorra es tan diminuto que cuenta con una sola cárcel situada en las nevadas cumbres de los Pirineos. Y ahora, su huésped más reputado es Joan Pau Miquel,  hasta fecha reciente presidente del directorio de Banca Privada de Andorra.

The Financial Times dijo con cierto regodeo que “el raro espectáculo del director de un banco que se halla entre rejas, explica parte de una crisis que se está desarrollando en Andorra”.

Hasta ahora, el principado era conocido por el turismo, por sus pistas de esquí, y, especialmente, por sus bancos. Desde hace algún tiempo se sospechaba que esas instituciones eran paraísos fiscales. Un poco en el estilo de la isla caribeña Grand Cayman.

Por alguna razón, los paraísos fiscales suelen ser bellos y diminutos. Los inversionistas no piden mucho espacio, apenas el suficiente para guardar el cofre de un pirata, aunque a cambio,  reclaman abundantes diversiones.

Bueno, los acopiadores de dinero malhabido deberán retornar a Grand Cayman, porque el  paraíso fiscal de Andorra ha cerrado sus puertas. El pasado 10 de marzo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dijo que la banca privada de Andorra, que figura en cuarto lugar entre las instituciones financieras más grandes del principado, estaba lavando dinero “para grupos criminales en Rusia y en China, y para funcionarios corruptos en Venezuela”.

Además, los malandros contaron con la ayuda de importantes financistas, quienes colaboraron para facilitarles las transacciones.
Aunque durante mucho tiempo la banca internacional hizo la vista gorda a la hora de contemplar al principado de Andorra, el nivel de presunta corrupción era demasiado grande para que pasara desapercibido.

La expansión de los cinco principales bancos de Andorra fue alucinante. Según cifras oficiales, a fines de 2014 los bienes administrados por esas instituciones habían llegado a 53.000 millones de euros.

Eso representa una cantidad 20 veces superior al Producto Bruto Interno de Andorra en el 2013. La mayoría de los fondos provenía de inversionistas internacionales, a los cuales, una persona sensata no les prestaría siquiera la llave de su carro.

Pese a la naturaleza liliputiense de la Banca Privada de Andorra, su capacidad para lograr que los excrementos lleguen al ventilador es prodigiosa. El escándalo atravesó los Pirineos y arribó a la capital de España.

La unidad del Banco de Madrid SA en Andorra cesó sus operaciones el 16 de marzo, luego que hubo una corrida bancaria.  Fuentes del gobierno español y de la policía dijeron al periódico madrileño El Mundo que “media docena de ex altos funcionarios del gobierno socialista del fallecido presidente Hugo Chávez Frías” hicieron lavado de dinero en la Banca Privada de Andorra.

Entre ellos figuraban “por lo menos tres ex viceministros, el ex jefe del servicio de inteligencia, y ejecutivos de la industria petrolera”. Entre los mencionados están “el ex ministro de Energía, Nervis Gerardo Villalobos, y el ex viceministro de inteligencia Alcides Rondón”. Los implicados “habrían lavado dinero proveniente de coimas”.

El departamento del Tesoro de Estados Unidos acusó a gerentes de la Banca Privada de Andorra de “aceptar comisiones exorbitantes para procesar transacciones vinculadas a lavadores de dinero venezolanos”.

La actividad, según la institución norteamericana, involucró la creación de “shell companies.” Se trata de empresas que existen solo en el papel. Carecen de empleados o de oficinas, o de grandes sumas de dinero en efectivo y se han convertido en la herramienta más eficaz de los lavadores de dinero y de los financistas de actividades non sanctas, como por ejemplo, el tráfico humano.

El departamento del Tesoro añadió que a través de esas shell companies, los ex funcionarios consiguieron “extraer fondos del ente estatal petrolero PDVSA”. Se estima que la Banca Privada de Andorra procesó “unos 2.000 millones de dólares previamente pertenecientes al patrimonio de Pdvsa”, y por ende, al pueblo venezolano.

En ese territorio de Alicia en el país del espejo en que se ha convertido Venezuela, el escándalo de la Banca Privada de Andorra seguramente pasará a un segundo plano aún antes de que llegue al primero.

Fuera de Venezuela hay un grupo de ex funcionarios procesados por actividades ilícitas, como por ejemplo, en Estados Unidos. Pero basta que crucen el cordón de seguridad e ingresen en territorio soberano, para que se laven de toda culpa, y se sumerjan en olor a santidad. Para ellos, Venezuela es el paraíso, y su único anhelo es acceder a otros paraísos, especialmente fiscales.


Vía Tal Cual

 

 

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