En ocasión de su segundo
aniversario (13/03/2013) como pontífice, Francisco hace uso, una vez más, de un
medio de comunicación independiente para dar a conocer, en una entrevista
periodística de formato televisivo convencional, sus reflexiones más personales
sobre el mundo, la Iglesia y su oficio como papa.
El recurso a medios no oficiales
por parte del santo padre es una manera de liberarse del escrito control
ejercido por la Oficina de Prensa del Vaticano (la Sala di Stampa) y un ardid
para tomar de sorpresa a todos y causar un impacto mediático extra muros. La
ayuda técnica, en este caso, sí fue suministrada por Radio Vaticano, la cual
colocó una amplia reseña del contenido de la conversación entre el Papa y la
prestigiosa periodista Valentina Alazraki de la red Televisa.
Ver la transcripción completa en:
http://noticieros.televisa.com/mexico/1503/papa-francisco-dos-anos-trono-san-pedro/
[Ver en ingles la versión Radio
Vaticano:
http://en.radiovaticana.va/news/2015/03/13/pope_francis_on_his_pontificate_to_date/1129074]
El intercambio tuvo lugar el
13/03 en la Casa Santa Marta en el Vaticano en donde se hospeda y tiene su
oficina personal el santo padre.
Se hace imposible resumir la
multiplicidad de temas tratados a fondo y ampliamente (son 7.000 palabras en total)
por Francisco. Sin embargo, considero que en muchos sentidos es una “confesión
de fe”, una especie de testamento anticipado y un esbozo claro de las
principales líneas de acción previstas a corto plazo para la duración de su
pontificado. Vale la pena consultar el texto completo en profundidad.
El mayor impacto de las
declaraciones de Francisco ha sido la cobertura dada por los medios de todo
tipo y en todo lugar ha sido su reflexión sobre la duración de su gestión como
papa. Obviamente su respuesta a la pregunta de la entrevistadora no fue casual.
Su edad –78 años–, su condición
física –carece de un pulmón desde joven–, y la opción de una renuncia
voluntaria actualizada por Benedicto XVI en febrero del 2013 justifican una
percepción y la preocupación correspondiente que su pontificado pudiera ser
corto así como el Juan XXIII (1958-1963) y no extenso como los de Pablo VI
(1963-1978) y Juan Pablo II (1978-2005).
Valentina Alazraki: “Papa
Francisco, hay algo que nos preocupa un poco. Porque ha habido varias ocasiones
en los vuelos… que usted dice: Bueno en dos o tres años vuelvo a la Casa del
Padre; luego viene alguien que está organizando una feria, un congreso, de aquí
a cinco años, a diez y usted dice: Bueno, le deseo lo mejor, pero yo no estaré
ahí. Cosas por el estilo. ¿Por qué tenemos la sensación de que usted, por un
lado es como si tuviera prisa en su forma de actuar? Por otro: ¿por qué como
que parecería como que viera su pontificado a corto plazo? Su edad, es su edad,
pero quiero decir que con lo largo que se vive hoy, son pocos años, en
realidad, no es relativo. ¿Por qué tiene esa sensación? ¿Por qué de repente nos
dice estas cosas?”.
Papa Francisco: “Yo tengo la
sensación de que mi pontificado va a ser breve. Cuatro o cinco años. No sé, o
dos, tres. Bueno dos ya pasaron. Es como una sensación un poco vaga. Le digo,
capaz que no. Por ahí es como la psicología del que juega y entonces cree que
va a perder para no desilusionarse después. Si gana está contento ¿no? No sé
qué es. Pero tengo la sensación que el Señor me pone para una cosa breve,
nomás… Pero es una sensación. Por eso tengo siempre la posibilidad abierta
¿no?”.
Después de esta afirmación, el
santo padre abre una opción diferente al de un posible fallecimiento lo cual
pudiera ser una interpretación acertada de su declaración:
Papa Francisco: “Creo que lo que
hizo Benedicto con mucha valentía fue abrir la puerta de los papas eméritos. A
Benedicto no hay que considerarlo como una excepción sino como una institución.
Por ahí sea el único en mucho tiempo, por ahí no sea el único. Pero es una
puerta abierta institucional. Hoy día el papa emérito no es una cosa rara, sino
que abrió la puerta, para que pueda existir esto”.
Me parece que Francisco quiere
advertir y prevenir tantos a tiros como a troyanos que sus fuerzas pueden
flaquear eventualmente, lo cual lo llevaría con toda responsabilidad a
dimitir su oficio. En tal caso, el pontificado dejaría de ser un cargo y una
carga vitalicia para pasar a tener un carácter temporal aun cuando quien lo
detenta se encuentre en buena forma. De ser así, no debería causar gran
sorpresa la eventualidad de dos o más papas eméritos.
Múltiples consideraciones surgen
a raíz de lo dicho por Francisco. Algunos lo han interpretado como un preaviso
que durante el próximo año o dos, el papa va a acelerar con su diseño
transformacional de la Iglesia. Obviamente, hay prioridades y prioridades. Una
de las primeras es el montar los mecanismos que procuren hacer realidad en toda
su extensión la “tolerancia cero” en cuanto a la pedofilia. Le sigue –y no en
estricto orden– el animar a la Iglesia como propulsora de misericordia más que
un apego literal a una doctrina que admite revisiones en su aplicación
pastoral. La reforma y modernización del aparato burocrático de la Curia y la administración
de los activos y de las finanzas del Vaticano obviamente ocupan un lugar
especial en el “hit list” de Francisco. No se trata solo de una mejor gestión
sino de una conversión de los más altos prelados portadores de las “quince
enfermedades”. A toda esa agenda proactiva se suman problemas de gran
envergadura como la persecución de cristianos en el Medio Oriente.
La resistencia interna al diseño
de Francisco no es ningún secreto que yace escondido en los archivos del
Vaticano. Hay quienes difieren de él por razones doctrinales, otros por haber
visto disminuido sus privilegios y andanzas y todavía otros para escapar
sanciones penales. Por último, hay quienes empiezan a manifestar su desilusión
por considerar que Francisco ha incumplido sus supuestas promesas iniciales y
ha abandonado puntos esenciales de una “agenda progresista”.
La hoja de ruta conocida de
Francisco para 2015 incluye viajes a Ecuador, Bolivia y Uruguay, asistencia al
Congreso Internacional de la Familia a fines de septiembre en Estados Unidos;
discurso en el Congreso de Estados Unidos el 24/09; alocución en las Naciones
Unidas el 25/09; conducción del Sínodo Ordinario de la Familia en el Vaticano
las primeras dos semanas del próximo octubre; encíclica sobre el cambio
climático; nombramiento de nuevos cardenales; consolidar y convalidar las
reformas de la Curia, etc.
El tiempo para acometer con algún
grado de éxito tal abanico de dimensiones siempre será corto por más prolongado
que sea. Pudiera ser que la sorpresiva declaración del papa sea un llamado para
la activación de quienes concuerdan con él. Frente a ellos, la mayoría de los
“vaticanistas” coinciden en suponer que surgirá una estrategia de resistencia
sorda a la espera de un desenlace a corto plazo. No hay que dudar que el enjambre
de intrigas en los pasillos del Vaticano en cuanto a la preselección de un
nuevo pontífice se encuentra en un alto nivel de excitación.
En todo caso, sea larga o breve
la duración de Francisco en la silla de Pedro, su pontificado es uno de
“urgencia” como lo califico su colega jesuita Antonio Spadaro, director de la
revista la Civiltà Cattolica.
jrrevenga@gmail.com | @revengajr
Vía El Nacional
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