Jorge G. Castañeda
Milenio
Marzo 2, 2015
http://www.milenio.com/firmas/jorge_castaneda/Soberanias-compartidas_18_474132595.html
Mientras en América Latina se evocan trasnochadas versiones de no-intervención, soberanía y se evita opinar, en Europa, Medio Oriente y EU se dan ejemplos de soberanía compartida y creciente globalización de la política, como el viaje de Benjamín Netanyahu a Washington el 3 de marzo y las negociaciones entre la UE y el nuevo gobierno griego de Alexis Tsipras. Desde su creación, Israel ha actuado políticamente dentro de EU para lograr el mayor apoyo con las menores condiciones posibles. Y Washington, desde 1948, busca apoyar a una u otra postura en Tel-Aviv y Jerusalén en relación al resto de la región: las guerras del 67 y del 73, los acuerdos de Campo David en 79, y el último intento de solución al conflicto con Palestina en 2000. Ahora Netanyahu viaja a Washington para influir en el Congreso contra la voluntad de Barack Obama en las negociaciones con Irán. Aunque Obama no lo haya invitado porque se aproximan las elecciones en Israel, dentro de dos semanas, lo que Netanyahu quiere es voltear al Congreso contra el posible acuerdo con el régimen iraní sobre su enriquecimiento de uranio. Las relaciones entre ambos gobiernos se han deteriorado como nunca, pero ambos buscan influir en la política interna del otro y haya límites a lo que cada uno puede aceptar, el principio lo han tolerado desde hace 60 años.
Con Grecia el asunto es más interesante: Tsipras hizo campaña denunciando los acuerdos del gobierno anterior con la UE para mantenerse dentro del euro e imponer una política de austeridad a la alemana. Ya que ganó, hizo lo posible por cumplir sus promesas, hasta que se topó con la resistencia de la canciller Merkel, quien le dijo: tu país, no tu gobierno, firmó un acuerdo con la UE; ahora cumplen o se van. Tsipras no tuvo más que aceptar: primero, para prolongar el rescate europeo durante cuatro meses a cambio de más austeridad, y luego para prolongarlo indefinidamente a cambio de mantenerse
dentro del euro. Como dijo el ministro de Finanzas alemán: los griegos votaron de una manera, pero los europeos votaron antes de otra.
En suma, las políticas económica, nuclear, militar, de países importantes como EU, Israel, Alemania, Grecia, España, Portugal y Francia, no son ya el coto de caza de las soberanías nacionales individuales. Esto era cierto ya con las economías, ahora lo es para otros ámbitos de la vida pública. ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo entenderlo en México y el resto de América Latina?
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