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ORLANDO VIERA-BLANCO
En recientes mediciones cualitativas (Data-Mining/mayo 2015), observamos y se confirma, que el proceso de despolarización selectiva en Venezuela, está en pleno curso. Ni el chavista se aferra a la sucesión de Maduro, ni la oposición se empeña con la MUD. EL tema es, quién atrapa el descontento de ambos polos. No se percibe alternativa. Ni el chavista decepcionado quiere nada con la MUD, como el opositor para nada migra al chavismo. Queda abierta entonces la tercera vía. Pero cómo y bajo qué condiciones. Veamos.
Maduro registra un 80% de rechazo. Al ser elegido, el país estaba dividido en dos mitades, por lo que al menos un 30% del chavismo hoy lo cuestiona. Sin embargo esa masa crítica no ha dejado de ser chavista. Así al menos un tercio país, sigue siendo pro oficialista. La deserción es con Maduro. La otra mitad del país que votó por Capriles, aunque se mantiene y de hecho aumenta, se ha reestructurado. López hoy suma la mayor porción de preferencia, seguido de Capriles y muy marginalmente, Ledezma, Machado y Falcón. Pero el éxodo del chavista decepcionado hacia la oposición sigue siendo débil, sin favorecer a un actor político en particular. Los dos más beneficiados de ese segmento serian serían Capriles y Falcón. Pero ese cambio de intención del chavista, no es significativo. López ha subido y Capriles ha descendido, por una recomposición del elector opositor. No por apareamiento del voto rojo. De hecho, si las elecciones fuesen hoy, el próximo presidente de la República seria López, pero no con un apalancamiento de "marea socialista". Falcón ha subido unos 4 puntos (que es mucho), mordiendo al chavista de salida. Su aproximación con esas masas descontentas ha sido efectiva. Pero es visto por amplios sectores de la oposición como "un chavista encubierto". De tal forma, que en términos de posicionamiento y a manera conclusiva, Leopoldo amalgama más en la oposición, pero capta menos chavistas decepcionados. Y en este escenario, estando López preso y Maduro vaciado de apoyo, ¿quién capta esa ancha banda de decepcionados?
Queda claro que mientras Capriles esté habilitado para ser elegido, tiene la primera opción de liderar, léase bien, no una victoria electoral, sino un cambio político real. Pero, ¿ha demostrado interés de acometerlo? ¿Esperando el balón bajo el arco, logrará que todos esperen por el "pase" o estará fuera de juego? El país esta reventado de violencia, criminalidad, corrupción, inflación y escasez. Y aun así, no termina de consolidar un líder que sume tanto desde la oposición como desde el chavismo. El pueblo desesperanzado que aun extraña al comandante, prefiere abstenerse que poner su mirada en López, Capriles o Machado. En este escenario, al menos la mitad del país (decepcionados chavistas, frustrados de oposición e indecisos), se encontrarían huérfanos de un liderazgo nuevo, moderado pero irreverente, que capitalice la obstinación, el miedo y la incertidumbre de la gente. Que reivindique la incredulidad y la fatiga por lo que no supo hacer el sucesor, y la desconfianza y el dolor, por lo que no se supo cobrar. El espacio queda abierto para un nuevo talante que dé cuenta de la impotencia e indignación por una MUD, que ni lava ni presta la batea, que calla desde una mesa de patas cortas, y por un gobierno que nos ha llevado a una situación de máximo agotamiento. Queda abierta otra vía. La de un nuevo accionar político que comprenda y oriente a las bases. Que no las agreda con criticismo, que se traduce en ofensa y desesperanza. Que dé crédito a la co-responsabilidad social. Que dé cuenta de nuestros desencuentros grupales, que pasa por denunciar nuestra impertérrita indiferencia y desprecio colectivo. Que nos lleve a hablarnos mejor, a tratarnos mejor, a entendernos más y valorarnos como nación. Que traiga esperanza no desasosiego. Soluciones, no más carencias. Que nos devuelva el orgullo de ser venezolanos, con una sonrisa, no un entrecejo fruncido. Que haga comprender a las masas -con lenguaje llano- que la dadiva no paga. Que la corrupción no es buena. Que las empresas y las industrias tienen que existir, para que haya trabajo. Que las revoluciones en estos días, no van con el desarrollo y el progreso. Que los militares a sus cuarteles y los civiles a restituir el orden de la ley. Que tanto ofende la ignorancia de quienes ignoran al débil, como la improbidad de quienes saquean a la nación. Que la arrogancia no es buena consejera, de donde venga. Que el reencuentro del venezolano pasa por deponer nuestra retrechería, nuestro chalequeo y la violencia política. Que jamás debe haber presos de consciencia, porque con la libertad, no se juega.
La contramarcha de la MUD la terminó de enterrar como operador político. Ya no vale la pena ni mencionarla, ni criticarla... Luis Manuel Cuevas Quintero, me escribió "Resisto ante la ausencia de una comunidad clara en sus intereses y en sus funciones". Ese es el tema. Los venezolanos resisten a solas, ciegamente, vagamente, dolorosamente. Falta un nuevo guía, un nuevo armador, una nueva luz. ¡Encendámosla!
vierablanco@gmail.com @ovierablanco
Vía El Universal
Que pasa Margarita
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