José Rafael Revenga
Las
noticias actuales en relación al tablero mundial del mercado petrolero no
pueden ser más aciagas para las naciones exportadoras de crudo, en especial
para los miembros de OPEP.
Una
nueva realidad
La nueva
realidad del equilibrio entre suplidores de la oferta y consumidores de la
demanda exige un conjunto de respuestas urgentes, innovadoras y de adaptación
constante. A muchas naciones exportadoras de crudo la dinámica de los factores
disruptivos las ha tomado desprevenidas.
No todas
las naciones en cuestión tendrán la flexibilidad para adecuarse a tiempo y en
la escala necesaria y aminorar el impacto negativo sobre modelos de
desarrollo con dependencia extrema de ingresos fiscales en ascenso continuo
producto de una mono-exportación.
A las
consideraciones anteriores hay que añadir el resultado anticipado de la reunión
de la OPEP prevista para el jueves 27 en Viena. Obviamente, la guerra de
desinformación de todos los lados se hace inevitable, una vez más, a fin de intentar
incidir en el resultado deseado. No obstante, es difícil imaginar un acuerdo
reduccionista que sea aplicable y no se limite a un asunto de maquillaje en una
nota de prensa oficial.
El mando
lo tiene Arabia Saudita con su enorme volumen de exportación, reservas de crudo
y reservas financieras. En este momento, ya por terminar las compras a futuro
para el invierno, se requeriría retirar unos 2 millones de b/d de la oferta
de los cuales unos 200.000 b/d corresponderían a Venezuela en el caso poco
probable que Arabia Saudí recortara su alicuota de unos 600.000 b/d. El
ministro de finanzas Ibrahim Alassaf declaro que los precios del crudo deben
responder a las fuerzas del mercado.
Como
complemento a la consideración previa, el ministro de petróleo de Arabia Saudí,
Ali Al-Naimi, se pronuncia en términos convergentes:
"Nosotros
no buscamos politizar al petróleo, ni tampoco nos aliamos contra nadie. Para
nosotros se trata de una cuestión de oferta y demanda. Es puramente
negocio".
No deja
de ser una señal significativa que el canciller venezolano en su reciente gira
de visitas incluyó a Argelia, Catar, Irán y Rusia, no incluyó a Arabia Saudí
Siempre cabe el argumento puede que ambos ministros se reunieron en
Margarita, estado de Nueva Esparta hace pocas semanas. Sin embargo, la agenda
oficial versaba sobre el cambio climático. Las señales que emanen del
mayor productor de petróleo no comunican una intención favorable a un acuerdo
reduccionista.
El lunes
17 la agencia APA reporta que el canciller Rafael Ramírez y el ministro de
petróleo iraní, Bijan Namdar Zangeneh, concluyeron un acuerdo para cooperar
dentro de OPEP a fin de llevar el precio del petróleo a $100/b. De concretarse
en la práctica, Irán tendría que estar dispuesta a recortar 300.000 b/d lo cual
no es coherente con sus recientes planes de expansión.
OPEP no
puede ser concebida como un club de amigos "hermanos" o de socios con
intereses convergentes. Irán está enfrentado religiosa y políticamente con
Arabia Saudí. Además, la posición de Irán dependerá si llega a un acuerdo sobre
la espinosa cuestión del desarrollo de su capacidad nuclear. Esto se dilucidará
o se postergará en reunión pautada para hoy lunes Más aún, Rusia se encuentra
alineada con Irán y compite con la OPEP por el creciente mercado asiático de
gas y petróleo.
La OPEP ya no funciona como un cartel
A las
consideraciones anteriores hay que añadir el resultado anticipado de la reunión
de la OPEP prevista para el jueves 27 en Viena. Obviamente, la guerra de
desinformación de todos los lados se hace inevitable, una vez más, a fin de intentar
incidir en el resultado deseado. No obstante, es difícil imaginar un acuerdo
reduccionista que sea aplicable y no se limite a un asunto de maquillaje en una
nota de prensa oficial.
El mando
lo tiene Arabia Saudita con su enorme volumen de exportación, reservas de crudo
y reservas financieras. En este momento, ya por terminar las compras a futuro
para el invierno, se requeriría retirar unos 2 millones de b/d de la oferta
de los cuales unos 200.000 b/d corresponderían a Venezuela en el caso poco
probable que Arabia Saudí recortara su alicuota de unos 600.000 b/d. El
ministro de finanzas Ibrahim Alassaf declaro que los precios del crudo deben
responder a las fuerzas del mercado.
Como
complemento a la consideración previa, el ministro de petróleo de Arabia Saudí,
Ali Al-Naimi, se pronuncia en términos convergentes:
"Nosotros
no buscamos politizar al petróleo, ni tampoco nos aliamos contra nadie. Para
nosotros se trata de una cuestión de oferta y demanda. Es puramente
negocio".
No deja
de ser una señal significativa que el canciller venezolano en su reciente gira
de visitas incluyó a Argelia, Catar, Irán y Rusia, no incluyó a Arabia Saudí
Siempre cabe el argumento puede que ambos ministros se reunieron en
Margarita, estado de Nueva Esparta hace pocas semanas. Sin embargo, la agenda
oficial versaba sobre el cambio climático. Las señales que emanen del
mayor productor de petróleo no comunican una intención favorable a un acuerdo
reduccionista.
El lunes
17 la agencia APA reporta que el canciller Rafael Ramírez y el ministro de
petróleo iraní, Bijan Namdar Zangeneh, concluyeron un acuerdo para cooperar
dentro de OPEP a fin de llevar el precio del petróleo a $100/b. De concretarse
en la práctica, Irán tendría que estar dispuesta a recortar 300.000 b/d lo cual
no es coherente con sus recientes planes de expansión.
OPEP no
puede ser concebida como un club de amigos "hermanos" o de socios con
intereses convergentes. Irán está enfrentado religiosa y políticamente con
Arabia Saudí. Además, la posición de Irán dependerá si llega a un acuerdo sobre
la espinosa cuestión del desarrollo de su capacidad nuclear. Esto se dilucidará
o se postergará en reunión pautada para hoy lunes Más aún, Rusia se encuentra
alineada con Irán y compite con la OPEP por el creciente mercado asiático de
gas y petróleo.
EL CASO VENEZUELA
Por
lo tanto, es aconsejable preparar una escenario base aplicable a Venezuela
fundamentado en unos $70/b durante varios meses y en una cifra promedio anual
no superior a los $75/b. para el 2015.
Lo que sí
se puede afirmar con mayor certeza es que nuestro petróleo no volverá a ver la
época de los $100/b por mucho tiempo lo cual obliga a un radical
"reseteo" del modelo económico en vigencia y a un radical repensar
sobre la conducción gubernamental, A veces es necesario acercarse a ver el
fondo del abismo para entrar en razón.
El
alerta en torno a la caída sostenida del precio del crudo fue enunciada por el
FMI el pasado 18.09, unos tres meses después de la primera venida a bajo en
junio de este ano contrariando así a quienes la caracterizaban como un asunto
temporal o recurrían al bien manoseado concepto de "volatilidad" como
argumento unidireccional: "todo lo que cae habrá de subir alguna
vez".
El Fondo informó en aquel entonces:
"La
probabilidad que los precios WTI por barril desciendan debajo de $90 y los del
Brent se encuentren por de debajo de $100 es del 53 y 51% respectivamente, muy
superior a la estimación de hace un mes".
Los
incrédulos y optimistas panglosianos harían bien en reflexionar sobre lo que
AIE describe como "profundos cambios estructurales", “un retorno a
los altos niveles anteriores puede no ser una realidad a corto plazo" y
"cada vez es más claro que hemos entrado en un nuevo capítulo en la
historia de los mercados petroleros".
El
comunicado final de la reunión del G20 celebrada (15-16.11) en Brisbane,
Australia menciona:
"los
mercados globales de energía están acometiendo una transformación
significativa".
A su vez,
el FMI en su informe al G20 comenta:
"la
reciente caída apreciable de los precios del petróleo, de mantenerse,
estimularán el crecimiento".
Es decir,
si estamos "en guerra" y si vamos a pelear con alguna eficacia es
menester conocer la intención y la capacidad de nuestros contrincantes.
Hasta
el presente, deberíamos tener claro que la dinámica actual del mercado
petrolero a nivel global no se resuelve en un intento de negociación estilo
bazar en un quien a quien enmarcado en una visita ocasional.
La
oferta global de crudo alcanzó los 94,2 millones de b/d en octubre pasado lo
cual representa un incremento de 2,7 millones adicionales al nivel del año
anterior de los cuales 900.000 b/d correspondieron a OPEP. [Ver: Oil
Market Report]
O
sea, OPEP, durante seis meses a lo largo del 2014, no respetó el límite
auto-impuesto de 30 millones de b/d y, para colmo, en octubre pasado todavía
produjo un excedente de 600.000 b/d. Todo lo cual apunta a una dificultad
adicional para mantener la disciplina interna de la organización y llegar a un
acuerdo consensuado y practicado.
EL FRACKING VINO
PARA QUEDARSE... ¿10 AÑOS?
Algunos
comentaristas tienden a exagerar la importancia del aumento de la producción
estadounidense al convertirlo en una explicación causal única tipo deus
ex machina. De limitarnos a esa monovisión, estaríamos incurriendo en una
grave deficiencia en la lectura de la actual y venidera compleja dinámica
global que afecta al principal recurso energético.
A pesar de la advertencia anterior, sí cabe destacar la importancia del nuevo cuadro petrolero. La producción USA se incrementó de 5,4 millones de b/d en 2010 a 8,6 millones b/d en agosto del 2014. Se trata de un delta de alto impacto equivalente a 3,2 millones b/d en un lapso de cuatro años. Hace casi tres décadas que el nivel de producción estadounidense no alcanzaba esa magnitud.
El caso
de Tejas es revelador. En enero de 1982 su producción alcanzó los 2.484.000
b/d. A partir de esa fecha comenzó un sostenido declive que se estabiliza en
enero del 2003 en 1.108.000 b/d. Siete años más tarde, enero del 2010, comienza
un lento aumento que poco después se hace explosivo. En solo tres años -enero
del 2013- duplica el nivel anterior al alcanzar la cifra de 2.275.000 b/d. En
agosto pasado, un nuevo salto marca 3.182.000 b/d. Su ascenso no se ha agotado.
Es
importante resaltar que la nueva producción por parte de los EE.UU. le permite
solventar su déficit doméstico y al mismo tiempo le facilita un vector de
exportación inédito.
Más de la mitad de la producción total proviene de tres nuevos yacimientos en tres estados;
Permian
Basin (Tejas
y Nuevo México) con 1,66 millones b/d
Eagle
Ford Shale en el Western Gulf Basin (Tejas) con 1,57 millones b/d
The Bakken Shale en en el Williston Basin (Dakota del Norte) con 1,13 millones b/d.
Las
previsiones de la producción estadounidense indican el mantenimiento de un
nivel algo inferior a 10 millones de b/d hasta principios de la década
del 2020 para luego descender a unos 8 millones de b/d hasta el 2040. No
obstante, en el transcurso de ese período bien puede extenderse la aplicación
del fracking y/o la incorporación de nuevos yacimientos.
LA AMENAZA DEL
DECRECIMIENTO
Otro
factor de primera importancia es el debilitamiento de las expectativas de
crecimiento económico fuera de los EE.UU. La demanda global futura de petróleo
ha disminuido y la fortaleza del dólar ha actuado en sincronía. En la
práctica, no son números negativos pero sí menos impresionantes que los pasados
y que las proyecciones vigentes hace solo seis meses. Estamos en medio de un
valle sin poder visualizar cuándo tendremos la ventaja de surfear sobre una
nueva cresta de ola.
El
PIB de la Eurozona creció solo 0,2% en el tercer trimestre y si bien China, en
el mismo período, registro un fenomenal 7,3%, esta cifra representa su peor
desempeño desde el primer trimestre del 2009.
En
consecuencia el índice del dólar aumentó en 8,1% entre el 01.08.14 y el 17.11.14.
Su mayor poder incide negativamente sobre el precio en $ del crudo.
LAS LUCES ROJAS
ESTÁN ENCENDIDAS
Más allá
de los guarismos propios de los economistas, las declaraciones de determinados
dirigentes de primera línea tal como las del primer ministro británico David
Cameron reflejan la realidad actual e impactan la opinión pública a nivel
mundial.
Cameron
escribe un artículo para el Guardian a su regreso de la cumbre
del G20 en Brisbane Australia. El alerta no puede ser más estruendoso:
"La
Eurozona se está tambaleando en el umbral de una posible tercera recesión, con
un elevado desempleo, un crecimiento en caída y el riesgo real del
debilitamiento de los precios".
"Las
luces rojas están encendidas en el tablero de la economía global. Hay un peligroso
trasfondo de inestabilidad y de incertidumbre que presenta un riesgo real para
la recuperación de la Gran Bretaña".
El marco
de las decisiones en la próxima reunión de la OPEP debe superar el estrecho
compás binario: “a menos producción mayor el nivel de precios”.
Pudiera
conducirnos al “peor de los mundos posibles”.
Vía El Nacional
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