Este poema, escrito por Miguel Otero Silva en 1971, muestra,
de forma creativa y amena, las distintas marcas de whisky que consume el venezolano.
PD. Cualquier parecido con la realidad neo espartana de los que
deambulan entre la casa del pez mamífero de la Aldonza Manrique y los
ancladeros del Castillo de San Carlos de Borromeo en Pampatar, no son pura coincidencia. Imagínenselo....
Llegó de etiqueta negra,
montado en caballo blanco,
con un ratón de tres
filos
y de chivas ataviado.
Abrió su inmenso buchanan
de Presidente tumbado
y así le grito a los
monjes:
tomen Old Parr que
yo pago,
y con antiquary estilo
pagó con un chequers raro.
Que hombre tan rarity es
este!,
me dijo con grant cuidado,
le encuentro something
special
de ambassador diplomático,
de Rodolfo Ballantine
o de estrella del Bells canto.
Mas le descubrí el ancestor
de King Ramson africano
al verle el color perfection
de black and white
trinitario.
!Era Juvenal Herrera!
de la haig del Guarataro,
cuarto vat 69
y scotish cream de
El Callao.
Vía El Nacional
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