Friday, February 4, 2011

Misión cumplida

En: http://www.noticierodigital.com/2011/02/mision-cumplida/

Manuel Felipe Sierra
El Nacional / ND

4 February, 2011

Los gobiernos suelen ser juzgados por las obras materiales y los resultados de las políticas económicas y sociales.
Por lo general, un periodo constitucional es suficiente para evaluar una gestión, y saber si ha sido buena, regular o mala. Es lo común en las democracias e incluso en las dictaduras que no se proponen el control de la sociedad.
Pérez Jiménez dejó una vistosa herencia material. Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Rafael Caldera en menor medida, afrontaron trastornos políticos y pusieron énfasis en la inversión educativa, sanitaria, de vivienda e infraestructura. Carlos Andrés Pérez I fue beneficiario de la bonanza petrolera, nacionalizó el petróleo, el hierro y creó las becas Gran Mariscal de Ayacucho, entre otras cosas.
Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi mantuvieron las políticas sociales y atendieron proyectos en marcha de gran alcance como el Metro, el complejo hidroeléctrico del Guri, y el Complejo Teresa Carreño. Carlos Andrés Pérez II sufrió dramáticamente la quiebra del modelo político y el comienzo de un nuevo ciclo histórico que se materializaría con la victoria de Hugo Chávez en 1998.
El breve mandato de Ramón J. Velázquez y el quinquenio de Caldera II fueron gestiones inerciales, de sobrevivencia, con políticas ya insuficientes para evitar el colapso.
El 2 de febrero de 1999, durante su toma de posesión, Chávez habló de la “teoría del caos” y la tradujo al lenguaje militar, al anunciar que la prioridad sería una tarea de artillería (ataque y destrucción), y luego de infantería (consolidación de espacios) para sustituir el modelo democrático. Lo que son objetivos principales de cualquier gobierno ahora serían pospuestos en función de la revolución bolivariana.
Por ello, en el futuro no habría que esperar mayores logros ni obras de acuerdo con la lógica convencional.
El chavismo debería ser juzgado por sus pasos estratégicos. (¿Con qué se come eso?, es otra cosa).
Lo cierto es que después de doce años todos los poderes han sido secuestrados; la Fuerza Armada fue reconvertida en una estructura ideologizada; la seguridad nacional está en manos del régimen cubano; la política internacional es atada a un peligroso juego geopolítico; el aparato productivo está prácticamente destruido, y la población es sometida a un creciente adoctrinamiento que estimula el miedo social.
Chávez tiene razón entonces cuando celebra el éxito de los doce años del “proceso revolucionario”.

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