Mario Szichman, Nueva York/especial para Tal cual
El periódico USA Today, que
cuenta con la mayor circulación nacional en EE.UU. (3,3 millones de ejemplares)
señaló en un artículo de su corresponsal en Caracas que por primera vez en un
siglo de producción petrolera, Venezuela está importando el producto, algo
“bochornoso para un país que tiene las reservas de crudo más grandes del
mundo”.
Aunque el país tiene en su suelo
más de 256.000 millones de barriles de crudo extra pesado, dijo el diario, ese
tipo de combustible contiene muchos minerales y azufre, además de una gran viscosidad.
Para que ese crudo pueda ser transportado y sometido a refinación, hay que
eliminar los minerales, o diluirlos con aceites más livianos. Eso se consigue
de dos maneras: a través de la modernización de las refinerías, a fin de
purificar el producto extraído de los pozos, o mezclando el crudo extra pesado
con aceites más livianos.
Como la idea de poner al día las
refinerías de Venezuela parece descartada, pues implica frenar la producción y
el gobierno necesita de manera desesperada todas las divisas que pueda
acumular, la técnica de PDVSA consiste en adquirir crudo liviano en el
exterior.
Es cierto que el país cuenta con
miles de millones de barriles de crudo mediano y liviano en sus pozos, pero “la
producción ha caído debido a la falta de inversiones y planificación”, dijo el
periódico.
José Toro Hardy, ex director de
Pdvsa, explicó a USA Today que antes de la asunción al poder del presidente
Hugo Chávez Frías, la empresa que era estandarte de Venezuela cumplía sus
labores específicas. “Pero con Chávez se transformó en un arma de la
revolución, y su tarea fue mantener a Chávez y a sus simpatizantes en el poder.
Tener que importar petróleo es un tremendo fracaso para PDVSA y para
Venezuela”.
El orgullo de Chávez era que
Venezuela había logrado recuperar el control de su industria petrolera,
previamente fiscalizada por compañías como ExxonMobil y Conoco. Pero 19 meses
después de la muerte de Chávez, el país no logra bombear petróleo suficiente
“para satisfacer sus necesidades internas, un resultado de la política” del
fallecido líder.
Un vendedor residenciado en
Caracas dijo al autor de la nota que “El gobierno ha destruido el resto de la
economía. ¿Por qué no iba a hacer lo mismo con la industria petrolera?” La
amarga hora de la verdad para PDVSA llegó luego que el gobierno intentó
explicar por qué escasea de todo en abastos, supermercados y farmacias, desde
papel higiénico y alimentos hasta medicinas.
LA ALCANCÍA DE PDVSA
USA Today dijo que PDVSA fue usada por el gobierno chavista como una alcancía a fin de solventar muchos programas sociales “plagados de sobornos”, así como para cubrir gastos de campaña del oficialismo. A raíz de esos gastos, la empresa debió reducir sus inversiones en todo aquello que se vinculara con la extracción, refinación y comercialización del petróleo.
USA Today dijo que PDVSA fue usada por el gobierno chavista como una alcancía a fin de solventar muchos programas sociales “plagados de sobornos”, así como para cubrir gastos de campaña del oficialismo. A raíz de esos gastos, la empresa debió reducir sus inversiones en todo aquello que se vinculara con la extracción, refinación y comercialización del petróleo.
En el 2013 PDVSA tuvo ingresos
totales por 116.000 millones de dólares. De esa cifra, la compañía destinó más
de 33.000 millones de dólares para financiar programas sociales y un fondo de
inversiones, y 23.000 millones de dólares a pagar por sus vitales operaciones.
Pero Toro Hardy dijo que las reales contribuciones de PDVSA podrían ser “mucho
más altas”, como resultado de misteriosas transacciones que son más difíciles
de localizar que el Triángulo de las Bermudas.
Para el presidente Nicolás
Maduro, la decisión de importar crudo liviano de Argelia y Rusia carece de toda
importancia, dijo USA Today. Lo único importante para el
gobierno es denunciar que libra una guerra económica con una multitud de
enemigos. El objetivo final sería derrocar al régimen. Pero si hay una guerra
económica, está afectando a numerosos países productores de petróleo. Sin
embargo, el único que denuncia la presunta conspiración es el gobierno de
Caracas.
Más allá de las denuncias, hay
algo que causa genuina preocupación: cada disminución de un dólar en la
cotización de la cesta petrolera de Venezuela representa una pérdida de más de
700 millones de dólares en ingresos. Un 95 por ciento de las entradas en
divisas dependen del petróleo, y los impuestos relacionados con la venta de
crudo constituyen más del 40 por ciento de los ingresos del gobierno.
En la actualidad, dijo USA
Today, la producción petrolera venezolana es de 2,7 millones de
barriles diarios, un 13 por ciento menos que en 1999, cuando Chávez asumió la
presidencia. Y eso sin contar los reiterados accidentes y cierre de refinerías
debido a su deplorable mantenimiento, como el apocalíptico desastre en la
planta de Amuay, donde murieron 42 personas.
El diario estima que actualmente
Venezuela envía a Estados Unidos 800.000 barriles diarios de crudo, tras
alcanzar, hace algunos años, una exportación de 1,5 millones de barriles. Una
parte del petróleo se destina a cancelar una deuda con China por unos 50.000
millones de dólares. Y si continúa bajando la cotización del crudo, Venezuela
debería acrecentar la cuota reservada a pagar por los préstamos que otorgó
Beijing.
De todas maneras, indicó el
corresponsal de USA Today, los venezolanos consideran la
debacle en la producción petrolera como algo muy nebuloso. “En un país
donde el arribo de leche, jabón o champú crea grandes colas de compradores” en
los supermercados, dijo el diario, “muchos venezolanos tienen otras cosas en su
mente como para preocuparse por PDVSA”.
Vía Tal Cual
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