En: http://www.lapatilla.com/site/2014/11/04/damaso-jimenez-manual-de-eufemismos-castromaduristas/
Dámaso Jiménez
Para nadie es un secreto que en materia económica y social vamos en
picada. El castromadurismo que gobierna el país nos ha dejado casi en la
ruina y esto no es un eufemismo.
Injustamente toda esta autocracia militar terminó convertida en el
nuevo zarismo siete estrellas del Caribe y otros paraísos fiscales que
tantos negocios logró acaparar a costa del petróleo venezolano en
conjugación con la despreciable élite boliburguesa. Si Marx estuviera
vivo para presenciar el desastroso final de su estúpida teoría, no
podría creer como una floreciente nación petrolera podría mutar en otra
caótica y bananera en tan solo 16 años.
Hay un estancamiento a todo nivel y en vísperas de la navidad la
escasez es brutal. El 15 % de aumento anunciado por Maduro para los
trabajadores, así como por no dejar, genera resentimientos contra el 45 %
aprobado a los militares, lo que refuerza que Venezuela es un cuartel
que presta más atención a las asonadas que a la productividad.
Además hay tensión porque la delincuencia y el malandraje
prácticamente gobiernan las calles, hay anarquía y caos, y hasta en los
sectores que siempre acompañaron la revolución comienza a destilarse
amargura.
¿Qué pasó? ¿Se le agotaron las ideas al gobierno? ¿Se quedaron sin
sospechosos habituales a quienes culpar por la retahíla de errores y
desaciertos? Ahora que están de bajada con apenas 30 por ciento de
popularidad en los sondeos de opinión, solo tienen a Diosdado Cabello y
Jorge Rodríguez gritando a viva voz que van a arrasar en las próximas
elecciones parlamentarias.
El cuento no es la escasez de alimentos, ni la falta de repuestos
para los vehículos, ni para la cocina o la lavadora, ni siquiera la
falta de dólares, o que nadie puede exponer objetivamente por qué están
despedazando a la gente en la calle o explicar los asesinatos de los
colectivos, ahora señalados por el propio gobierno como viles
delincuentes, la noticia en la prensa oficialista es que si Cabello y
Rodríguez se van del gobierno y son alejados de su amada cuota de poder,
el país se caerá a pedazos. ¿Cómo esconder que la revolución
implementada por Chávez y continuada por Maduro ha sido un severo
fracaso? No debe ser fácil tapar cada desastre con eufemismos, hay que
ser ministro para eso.
Como revela magistralmente el conferencista y analista español César
Vidal, la gran amenaza de estos sistemas socialistas contra la
democracia -ya expuesto por George Orwell en 1984- es precisamente que
su eje fundamental de preservación del poder se basa en primer término
en una escasez agobiante, lo que indica que esta coyuntura que sufrimos
en el país forma parte de una premisa de laboratorio para apoderarse de
la nación en nombre de una genérica ideología patria, con epopeya,
violines y mitos como el de “Chávez Vive” incluidos.
En segundo lugar, es vital la creación de una oligarquía invencible
que resulte extremadamente difícil desplazar del poder –Cabello dixit- ,
y tercero la manipulación del lenguaje o la utilización del
“Double-talk” que no es otra cosa sino la mentira repetida miles de
veces, para generar un conflicto de sentimientos encontrados contra todo
aquello que es racional o legalmente correcto, para lo que resulta
fundamental servirse de eficaces aparatos mediáticos que acallen las
voces que disienten y establecer una sola orden venida del cielo,
principalmente para ese chavismo decepcionado y abatido que intentan
aplacar con el inmenso aparato hegemónico, para lo que el diario VEA
-recién adquirido por esa oligarquía de la derecha endógena tenaz-, es
solo un misil en el viento teledirigido contra los pocos medios
chavistas respondones y pensantes como Aporrea.
De allí que valdría la pena establecer un Manual de eufemismos
castromaduristas con el que los actuales hombres de poder intentan
zafarse de cada uno de sus pequeños escandalillos y ocultamientos de la
verdad, emitir desinformaciones crueles sin ningún desparpajo y en fin
todos aquellos métodos capaces de quebrarle la quijada de asombro a más
de uno y obligarnos hacer plop! como Condorito con cada una de estas
escenas del caradurismo nacional, por ejemplo:
1.- Jaua la eterna víctima. El ministro de Miranda admite
después de una semana con la niñera presa en Brasil, que el arma es suya
y que la envió a ese país de caleta para una actividad oficial junto a
integrantes de apoyo coordinados por su esposa que al mismo tiempo tuvo
que ser “intervenida quirúrgicamente de urgencia” en una clínica
costosamente revolucionaria, para lo cual urgió pedir una colita en un
avión de PDVSA, pero no aclaró si cualquier otro venezolano con la misma
urgencia puede solicitar el mismo peculado de uso. Jaua no explicó por
qué envió a Brasil documentos de estrategias electorales sobre “guerra
sucia” contra la oposición pero hizo hincapié en que los señalamientos
en su contra y de la niñera forman parte de un desprecio de clase de la
“burguesía venezolana”.
2.- ¿Cómo explicar 43 % de escasez? Andrés Eloy Martínez,
superintendente de precios, reconoce dificultades para abastecer el país
de pañales y de acetaminofén. Las grandes productoras de pañales como
Procter and Gamble y Kimberly Clark producen 70 millones de unidades al
mes pero no es suficiente, confirma que hay un problema con las divisas,
sin embargo Isabel Delgado, nueva ministra para el comercio considera
un “irrespeto” que los ciudadanos deban hacer colas interminables para
adquirir los productos de su preferencia. “Esta es una acción de las
empresas para ahorrar costos, reducen personal y no toman en cuenta las
necesidades de los usuarios” Ni la falta de divisas, ni las malas
políticas, ni los Dakasos, ni la corrupción, el problema es la falta de
cajeros.
3.- No se preocupen que ya Diosdado habló: “El petróleo puede
llegar a cero que el pueblo no sufrirá las consecuencias porque “ellos
tienen Mercal, Hospitales, Misión Robinson y un gobierno responsable”.
Cabello explicó que las crisis en gobiernos chavistas no ahogan a los
pobres sino a las clases privilegiadas, que son los que provocan la
guerra económica. Sin embargo alertó a detectar funcionarios públicos
que catalogó de la oposición y que intentan acabar con la revolución
desde sus oficinas en el gobierno. Son los verdaderos responsables de
esta crisis
4.- Y la obra maestra de Stephen King en la voz de Maduro:
“Hay que cambiar la costumbre de consumir leche en polvo”. Los
venezolanos no sabíamos que así como Snowden alertó sobre el espionaje
desde nuestros Smartphone, Maduro llamó a superar la costumbre de
consumo de leche en el país impuesta hace 60 años posiblemente por el
imperialismo y cree necesario inventar el agua tibia o la leche líquida
que debería ser la nueva tradición, solo que tampoco se encuentra.
Después de un sistema que acabó con el aparato productivo y la totalidad
de las fincas del sur del lago, a Maduro se le ocurrió un eufemismo
magistral en medio de toda esta destrucción: “Debemos producir”
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