Washington.- Estados Unidos entró hoy en la recta
final de la campaña de las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo
martes y que, según los sondeos de opinión, no pintan nada bien para el Partido
Demócrata del presidente Barack Obama.
Los comicios determinarán el partido que controlará la Cámara de Representantes, el Senado y los asientos de 36 gobernadores estatales durante los últimos dos años de Obama como inquilino de la Casa Blanca, aseguró Efe.
Nadie parece dudar en este país de que la Cámara de Representantes previsiblemente continuará en manos republicanas.
La gran batalla electoral, pues, se vislumbra en el Senado, donde se elige un tercio de los escaños y donde a los conservadores les bastan seis escaños más para arrebatar la mayoría a los demócratas.
Aunque Obama no se presenta directamente a las elecciones, el veredicto de las urnas será el mejor termómetro para medir el sentir del electorado, que tradicionalmente suele dar la espalda al partido gobernante en este tipo de sufragios.
A dos días de los comicios, un nuevo sondeo confirmó hoy la impopularidad del Presidente, cuya participación en la campaña para el Senado ha sido casi invisible, sólo apareció en sólidos feudos demócratas, para no socavar a los candidatos de su partido.
Sólo el 44% de los estadounidenses tiene una opinión positiva del mandatario, según una encuesta publicada por el diario The Washington Post y la cadena ABC.
El 50% de los encuestados, sin embargo, confiesa una "opinión desfavorable" del presidente, señala el estudio demoscópico, divulgado en un momento en que muchos ciudadanos no perciben aún en sus bolsillos la incipiente mejora de la economía.
Con todo, Obama echará hoy el resto en dos mítines: uno en Connecticut para apoyar el gobernador demócrata Dannel Malloy, y otro en Pensilvania, para respaldar al candidato a gobernador Tom Wolf, bien visto en las encuestas.
En su única intervención de la campaña junto a un candidato demócrata al Senado, Gary Peters, al que se da como vencedor en la contienda electoral, el presidente instó este sábado en Michigan a los votantes a acudir a las urnas con un "sentido de urgencia" para asegurarse de que sus intereses se defienden en Washington.
Mejores noticias demoscópicas recibieron hoy los republicanos, que enfilaron el tramo final de la campaña con un sondeo de la cadena NBC que les da delantera en tres estados sureños claves para decidir la suerte del Senado: Georgia, Kentucky y Louisiana.
"Los demócratas van a tener una noche terrible (el día de las elecciones). Nosotros vamos a tener una gran noche", auguró hoy el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, en declaraciones al programa "This Week" de la cadena ABC.
El senador republicano por Kentucky, Rand Paul, también vaticinó hoy que la votación del 4 de noviembre se convertirá en "un repudio de las políticas del presidente".
"El Presidente está en la papeleta electoral de alguna manera", subrayó Paul, considerado como un posible candidato de su partido a las elecciones presidenciales de 2016, en declaraciones a la NBC.
Entusiasmado con las perspectivas electorales de los conservadores se mostró igualmente el excandidato presidencial republicano Mitt Romney, quien comentó que 2014 será un "gran año" para su formación.
"Vamos a conseguir muchos escaños en el Senado y en la Cámara de Representantes", predijo Romney en comentarios a la cadena Fox News.
Desde las filas demócratas, la presidenta del Comité Nacional de ese partido, Debbie Wasserman Schultz, intentó poner sordina a la euforia republicana y confió en el poder de movilización de las bases de su formación para retener el control del Senado.
"Cuando estamos en carreras tan ajustadas, los demócratas ganan. Nuestras bases sobre el terreno están dándole un repaso a las suyas", comentó Wasserman Schultz a la cadena ABC.
Sin embargo, la participación en este tipo de sufragios tiende a ser baja, en torno al 40% del electorado, a diferencia de unos comicios presidenciales, y los votantes más jóvenes y de minorías optan a menudo por quedarse en casa.
En estas elecciones, tampoco se suelen escatimar gastos a tenor de los 3.670 millones de dólares que costarán, como mínimo, las legislativas del próximo martes, según los cálculos del Centro de Políticas Receptivas, con sede en Washington.
Los comicios determinarán el partido que controlará la Cámara de Representantes, el Senado y los asientos de 36 gobernadores estatales durante los últimos dos años de Obama como inquilino de la Casa Blanca, aseguró Efe.
Nadie parece dudar en este país de que la Cámara de Representantes previsiblemente continuará en manos republicanas.
La gran batalla electoral, pues, se vislumbra en el Senado, donde se elige un tercio de los escaños y donde a los conservadores les bastan seis escaños más para arrebatar la mayoría a los demócratas.
Aunque Obama no se presenta directamente a las elecciones, el veredicto de las urnas será el mejor termómetro para medir el sentir del electorado, que tradicionalmente suele dar la espalda al partido gobernante en este tipo de sufragios.
A dos días de los comicios, un nuevo sondeo confirmó hoy la impopularidad del Presidente, cuya participación en la campaña para el Senado ha sido casi invisible, sólo apareció en sólidos feudos demócratas, para no socavar a los candidatos de su partido.
Sólo el 44% de los estadounidenses tiene una opinión positiva del mandatario, según una encuesta publicada por el diario The Washington Post y la cadena ABC.
El 50% de los encuestados, sin embargo, confiesa una "opinión desfavorable" del presidente, señala el estudio demoscópico, divulgado en un momento en que muchos ciudadanos no perciben aún en sus bolsillos la incipiente mejora de la economía.
Con todo, Obama echará hoy el resto en dos mítines: uno en Connecticut para apoyar el gobernador demócrata Dannel Malloy, y otro en Pensilvania, para respaldar al candidato a gobernador Tom Wolf, bien visto en las encuestas.
En su única intervención de la campaña junto a un candidato demócrata al Senado, Gary Peters, al que se da como vencedor en la contienda electoral, el presidente instó este sábado en Michigan a los votantes a acudir a las urnas con un "sentido de urgencia" para asegurarse de que sus intereses se defienden en Washington.
Mejores noticias demoscópicas recibieron hoy los republicanos, que enfilaron el tramo final de la campaña con un sondeo de la cadena NBC que les da delantera en tres estados sureños claves para decidir la suerte del Senado: Georgia, Kentucky y Louisiana.
"Los demócratas van a tener una noche terrible (el día de las elecciones). Nosotros vamos a tener una gran noche", auguró hoy el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, en declaraciones al programa "This Week" de la cadena ABC.
El senador republicano por Kentucky, Rand Paul, también vaticinó hoy que la votación del 4 de noviembre se convertirá en "un repudio de las políticas del presidente".
"El Presidente está en la papeleta electoral de alguna manera", subrayó Paul, considerado como un posible candidato de su partido a las elecciones presidenciales de 2016, en declaraciones a la NBC.
Entusiasmado con las perspectivas electorales de los conservadores se mostró igualmente el excandidato presidencial republicano Mitt Romney, quien comentó que 2014 será un "gran año" para su formación.
"Vamos a conseguir muchos escaños en el Senado y en la Cámara de Representantes", predijo Romney en comentarios a la cadena Fox News.
Desde las filas demócratas, la presidenta del Comité Nacional de ese partido, Debbie Wasserman Schultz, intentó poner sordina a la euforia republicana y confió en el poder de movilización de las bases de su formación para retener el control del Senado.
"Cuando estamos en carreras tan ajustadas, los demócratas ganan. Nuestras bases sobre el terreno están dándole un repaso a las suyas", comentó Wasserman Schultz a la cadena ABC.
Sin embargo, la participación en este tipo de sufragios tiende a ser baja, en torno al 40% del electorado, a diferencia de unos comicios presidenciales, y los votantes más jóvenes y de minorías optan a menudo por quedarse en casa.
En estas elecciones, tampoco se suelen escatimar gastos a tenor de los 3.670 millones de dólares que costarán, como mínimo, las legislativas del próximo martes, según los cálculos del Centro de Políticas Receptivas, con sede en Washington.
Vía El Universal
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