En: http://confirmado.com.ve/abc-angel-vivas-es-inmoral-no-enfrentarse-a-la-infame-dictadura-de-maduro/
El general retirado venezolano que se atrincheró en su casa en
febrero sigue resistiendo en su fortaleza más de ocho meses después. «Si
me entregara sin duda sería asesinado», asegura
Hace más de ocho meses que el general retirado Ángel Vivas hizo
frentefusil en mano a las fuerzas de Nicolás Maduro que tenían orden de
detenerlo acusado de incitar a la violencia. Aquel 23 de febrero este
veterano del Ejército venezolano convirtió su residencia de la
urbanización de Prados del Este en Caracas en su fortaleza «de honor, de
dignidad y de patriotismo». Allí sigue resistiendo a esta «infame
dictadura» por amor a su patria y «por decencia» porque «es inmoral no
hacerlo», dice.
Ni en la peor de sus pesadillas imaginó que fuera a verse «sitiado»
en su casa «por agentes del estado terrorista y narcotraficante cubano
propiedad de los sanguinarios ancianos Castro con el apoyo de fuerzas
militares venezolanas». Tampoco pensó que este asedio fuera a
prolongarse tanto tiempo, pero no se plantea entregarse -«sin duda sería
asesinado»-, ni claudicar «hasta que Cuba sea expulsada de Venezuela y
los traidores que le sirven sean castigados». Muy activo en las redes
sociales, ahora se siente más acompañado en su lucha, apoyado moralmente
por muchísimas personas en todo el mundo. Está convencido del triunfo
que le espera a la resistencia venezolana. «Creo que el futuro de esa
cosa que llaman en forma aberrante «revolución bolivariana» es el lado
oscuro de la historia y el de los responsables de ella es la cárcel»,
señala Ángel Vivas en esta conversación con ABC.
-¿Cómo está llevando este tiempo atrincherado? ¿Se ha convertido su casa en su propia cárcel?
-Aquí no estoy ni atrincherado ni preso, mi casa no es ni trinchera
ni cárcel, no hay soldados ni centinelas, no hay pilas de sacos de
arenas, ni fosos de tiradores, ni alambradas, ni trampas, ni barrotes,
ni cadenas, ni muerte, ni desolación, ni miseria ni deshonor. En mi casa
lo que hay es una familia patriota venezolana amante de la libertad y
defensora de los derechos humanos universales que no le permite la
entrada a la barbarie comunista ni se inclina ante la ignominia, la
traición y la cobardía. No es mi trinchera ni mi cárcel, ni mi escondite
como algunos miserables se atreven a decir… es mi hogar, en ella vivo
con mi esposa e hijas y en sus predios, si usted viene algún día a
visitarnos, solo podrá ver un hogar muy ordenado que solo refleja el
amor que sentimos por nuestra Patria y el que nos tenemos entre
nosotros. Al recorrerla podrá ver jardines, muebles y enseres pletóricos
de tradición y añejos recuerdos familiares de los que nos sentimos muy
orgullosos. Tenemos perros y un gato también. Si usted me pide que
compare mi casa con algo… pues… yo la compararía con una fortaleza,
porque ciertamente es eso, mi casa es una fortaleza pero de honor, de
dignidad y de patriotismo. Una muestra de ello es que la bandera de la
República de Venezuela, la de 7 estrellas y el caballo galopando hacia
adelante, está permanentemente izada y es honrada diariamente en esta
casa.
-¿Sigue contando con el apoyo incondicional de su familia?
-Totalmente, no solamente de mi familia sino de mis vecinos en lo
particular y de la mayoría de los venezolanos en lo general, y… me
atrevería a llegar mucho más allá… yo diría que cuento con el apoyo, por
lo menos moral, de muchísimas personas en todo el mundo.
-¿Se siente acompañado por el pueblo venezolano?
-La verdad que ya no me siento tan solo como al principio de esta
lucha, vea usted lo que sucedió el pasado 23 de febrero cuando enfrenté
con contundencia el ataque de la dictadura, el apoyo fue total a nivel
nacional y recibí muchísimo apoyo internacional también.
-¿Qué le anima a resistir?
-Mi patriotismo, mi dignidad, mi honor, mi honestidad… … a esta
infame dictadura hay que enfrentarla no solamente por patriotismo,
también hay que hacerlo por decencia. Es inmoral no hacerlo.
-¿Pensó en un principio que su acción se iba a prolongar tanto en el tiempo?
-Nunca lo pensé, la verdad es que ni siquiera en la peor de mis
pesadillas pude alguna vez verme sitiado en mi casa por fuerzas
extranjeras apoyadas por las propias tropas venezolanas, repito, ni en
la peor de mis pesadillas me pude imaginar eso. En el transcurso de
diferentes misiones a las que fui enviado por mi país, tanto dentro del
territorio venezolano como en el extranjero, muchas veces pensé que ese
podría ser mi último día, por ejemplo, cuando estuve operando en las
selvas de América Central, en Guatemala, el Salvador, en la frontera
entre Honduras y Nicaragua o en la frontera entre Nicaragua y Costa
Rica, entre otros lugares; cuando atravesaba los campos minados, muchas
veces sentí el temor de caer herido o muerto en uno de ellos, pero nunca
jamás pude imaginarme que ese mismo sentimiento lo iba a tener luego de
pasar a la honrosa situación de retiro, dentro del territorio
venezolano y nada más y nada menos que en la residencia donde habito con
mi familia.
Esa es la situación en la que me encuentro en este momento, sitiado
en mi propio hogar por agentes del estado terrorista y narcotraficante
cubano propiedad de los sanguinarios ancianos Castro con el apoyo de
fuerzas militares venezolanas que le sirven fielmente por intermedio de
la dictadura títere, genocida y traidora a la patria, del terrorista y
asesino colombianoNicolás Maduro Morosy la banda criminal con la que
usurpa el poder en Venezuela. Hoy, al igual que hace casi 20 años en
América Central, sé que estoy bien en este momento pero no sé si voy a
estar herido o muerto dentro de una hora. En cualquier momento, los
cubanos de Fidel Castro y sus esbirros venezolanos, emborrachados con el
poder que les da el petróleo venezolano, pueden caer sobre mí.
-¿Hasta cuándo está dispuesto a resistir?
Hasta que Cuba sea expulsada de Venezuela y los traidores que le
sirven sean castigados con la pena más terrible que permitan las leyes.
-¿La presión de las fuerzas de seguridad ha aumentado o por el contrario se siente ahora más tranquilo?
-En líneas generales la situación se mantiene igual.
-¿Cree que si se entregara acabaría preso como Leopoldo López o tal vez peor?
-Si hiciera eso, si cayera en manos de los sanguinarios ancianos
Castro, al poco tiempo me enfermaría de algo y moriría, sin duda que
sería asesinado.
-¿Se avergüenza de cómo está actuando el Ejército en el que sirvió? ¿Hay más oficiales como usted que apoyan las revueltas?
-Siento vergüenza de eso que llaman «alto mando militar» que de alto
no tiene nada y que más bien debería ser llamado «bajo mando» porque se
arrastran como los gusanos y ante un poder extranjero, de ellos si
siento no solamente vergüenza sino asco, pero de nuestros oficiales y
soldados no porque ellos también son víctimas de lo que está sucediendo,
especialmente los cuadros bajos y medios de la organización militar
venezolana que es donde se encuentra el personal de tropa, los
sargentos, los suboficiales, y los oficiales de grado teniente y
capitán, puesto que ellos están viviendo lo mismo que los ciudadanos
civiles, que el pueblo del que forman parte.
-¿Cree que el movimiento de protesta contra Maduro ya no tiene vuelta
atrás? ¿Qué futuro le ve a la revolución bolivariana? ¿Y a Maduro?
-Hay variaciones en la intensidad de la crisis pero eso es
perfectamente normal en este tipo de conflictos, creo que en el caso de
Venezuela la crisis se agudizará más y más cada día llevando a la nación
venezolana en su conjunto a un colapso total. Pienso que el movimiento
para la liberación de Venezuela de Cuba es indetenible y que el futuro
de la resistencia anticastro comunista venezolana está signado por el
triunfo total. Claro está, tendremos que pasar por muchas dificultades
para lograrlo. Por otro lado, creo que el futuro de esa cosa que llaman
en forma aberrante «revolución bolivariana» es el lado oscuro de la
historia y el de los responsables de ella es la cárcel
Fuente: ABC
MÓNICA ARRIZABALAGA ARRIZABALAGA11 / MADRID
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