Pastor Heydra. Sin
Rodeos
Los
partidos en Venezuela viven su peor ciclo de decadencia, iniciado en los años
80 y continuado hasta nuestros días de “revolución chavista”, donde no es
estrictamente exacta la tesis de Maurice Duverger(1951) de que estos tienen la
influencia de sus orígenes, “como los hombres, conservan durante toda su vida
la huella de su infancia”. Si así fuera, el cantar sería sobre la agrupación de
personas que profesan la misma doctrina política y buscan el desarrollo, y no
el valse clientelar que los alejó de las
relaciones con la sociedad, para convertir a su jerarquía en una casta de poder
y de intereses crematísticos.
La
ciencia social no es precisa como las matemáticas, y por eso depende mucho de
vaivenes difíciles de demostrar con coherencia. Quizá quienes más se han
acercado han sido Robert Michels(1911) cuando habló de las tendencias
oligárquicas presentes en sus cúpulas o el premio Nobel, Elías Canetti(1960) quien definió la relación
de masas, dirección y poder. Tal es la complejidad del hecho, que hay quien
afirme. como Armando Durán en El Nacional que, la tendencia anti-política
existente, es estimulada por el quehacer cotidiano de los políticos de oficio. En el caso de la nula convocatoria a
dos marchas contra la violencia, en “unos la causa del fracaso fue el rechazo
al empleo por parte del gobierno de Maduro del socialismo como coartada para
imponerle a Venezuela un régimen totalitario e inservible. En el otro, la
indignación frente a una dirigencia que se niega a reconocer la necesidad del
debate ideológico, y que considera la situación actual del país como normal,
para eludir así las honduras de la acción política(…)En definitiva, los
convocantes siguen siendo los mismos politiqueros de antaño que, amparados en
la banalidad, los lugares comunes y la complicidad, se autoproclaman salvadores
de la patria. Esta es la causa, no de la antipolítica, sino de los antipolíticos,
y del fracaso de quienes prefieren, por simple comodidad, actuar al margen de
la ideología y de la legítima y constitucional confrontación política”.
Leyendo esta semana a Vladimiro Mujica en Tal Cual y el
domingo a Moisés Naim en El País de España, ambos reproducidos en
quepasamargarita.com, nos daban luces. Mujica en “El fin de la ilusión”
criticaba el desastre venezolano y lo comparaba con países como Bolivia y
Ecuador con inflaciones controladas, y este último con un proyecto de
universidad de alta tecnología en Yachay, que no tienen nada que envidiarle a
iniciativas como la Universidad, de excelencia, “Simón Bolívar” (1970) ,
dirigida por Ernesto Mayz Vallenilla o el Plan de Becas Gran Mariscal de
Ayacucho iniciado por CAP y dirigido por Gumersindo Rodríguez 1974 y luego Ruth
Lerner, el cual otorgó 11.000 becas en USA; Inglaterra, Francia, Italia,
Canada, España, Mexico. La nueva planta gerencial venezolana de tres décadas,
que no tiene nada que ver con las
instituciones “tapa amarillas de la revolución bonita”
Naim hizo “Una visita al futuro”, fue a Silicom Valley,
California, el reino de la meritocracia, donde están asentadas las mayores
corporaciones tecnológicas del mundo, Apple. Nokia, Hewlet-Packard, Google,
Yahoo. Universidades como Stanford y California-Berkeley. Allí hablar de cambio es como pedir pan en
una panadería, pues lo que importa es el saber y la capacidad de inventiva.
Allí existe un total desdeño a la cultura jerarquizadora y centralista de los
gobiernos.
Fue un breve paseo que nos recordó una Venezuela que fue posible e involucionó
desde los años 80, y que hoy, por la misma falta de lustre nos quieren seguir
negando los jerarcas políticos de gobierno
y oposición. Es evidente que ello tiene sus traducciones en el clima que vivimos
como si estuviéramos en un limbo inercial, al cual nos llevó una jerarquía política, más interesada en su sobrevivencia
que en la suerte de la nación. El tema es tentador, y mucho más aún cuando se
inicia la discusión de los “cogollos” por el reparto parlamentario, sobre el
que descansa buena parte de su poder y capacidad de negociación, de lo que sea.
E N
C O N
C R E
T O
1.- El sueño de las primarias zozobra ante la
negociación de las jerarquías partidistas de los cupos parlamentarios.
Las
cartas parecen estar echadas. La quimera de las primarias va quedando una vez
más sometida al rigor gélido del congelador. La base de apoyo de la
partidocracia, paradójicamente no es la democracia, sino el desarrollo de sus
poderes delegados a su jerarquía, quien suple la tesis abierta de la supremacía
del “soberano” por sus imposiciones.
Esas
jerarquías enquistadas, solo en momentos de grandes catástrofes abandonan el
barco, del resto buscan preservar el control del timón, a como de lugar.
Lo
de las primarias, al igual que con las parlamentarias de 2010, las de
Gobernadores 2012 y Alcaldes 2013 fueron bufas. Las cúpulas impusieron a sus
protegidos o a los que lograron un consenso negociado entre las mismos. Se dirá
que hubo primarias en muchas partes. La respuesta siempre será genérica e
imprecisa. Cabe preguntarse ¿en qué sitios? Fundamentalmente en aquellos donde
no corrían riesgo los protegidos de la jerarquía o donde los partidos no tenían
mucho o nada que buscar, ni candidatos comprometidos con la “cogollocracia”.
Ahora
en el PSUV Maduro ha dicho que la mitad de sus candidatos será menor de 30
años. Pero nunca dijo si serían principales o suplentes. Por lo demás Diosdado
Cabello ha lanzado una ofensiva contra sectores del chavismo ubicados en los
“Círculos Bolivarianos” y en ”Marea Socialista” a quienes acusa de traidores,
infiltrados y quintacolumnistas. Esos, obviamente, no van para el baile
parlamentario del oficialismo puro. El de riquezas, corruptelas y clientelismo.
En
el caso de la oposición, se dejó correr la fórmula de primarias. Pasó lo del
2005, repetido en procesos posteriores. Se dejó crecer el sueño, para después
sepultarlo, con la creencia que las gentes irán a votar porque sí, a favor de
las fórmulas presentadas en la negociación de PJ, AD, Copei, UNT y es posible
que dejen colar a uno que otro de VP de Leopoldo López o de Henry Falcón.O en
circuitos indeseados y dados como perdidos de antemano. No habrá balances sobre
las actuaciones hacheas. Nunca los hubo. Lo que basta es “la voluntad política”
de los que tienen sus pequeños sartenes agarrados por el mango
El
argumento de los jerarcas de la MUD es el mismo de siempre. Ni siquiera tienen
creatividad en la confección de las frases y las justificaciones. No hay
dinero, no hay tiempo, unas primarias dejarían abiertas muchas heridas. En
consecuencia la única fórmula posible es la del consenso capitalino y nacional.
Nunca regional.
De
allí que para un estado como Nueva Esparta la primera prioridad nacional la
tenga AD para la lista con su secretario seccional Tobías Bolívar; la segunda
el Circuito que integran Mariño, Maneiro, García y Arismendi para el Secretario
Regional de Copei Morel Rodríguez Rojas, y para el circuito del Portachuelo pá
bajo, que los partidos denominan “el de la muerte” hasta ahora está acéfala de
ese reparto porque nadie lo desea. Jony Rajal de PJ que había entrado en el
acuerdo regional, no tiene cabida en el nacional, al igual que los jerarcas de
otras organizaciones como UNT.
En
Nueva Esparta las encuestas o cualquier otra medición poco cuenta. Hasta ahora
no ha salido ninguna, pues hay tres empresas que están haciendo el trabajo de
campo, que se podrá conocer este fin de semana o a comienzos de la otra.
En
el PSUV la decisión la hará su dirección y Maduro en su momento. Pesará más el
dedo que cualquier otra consideración.
La MUD tampoco
tiene prisa alguna. Harán el anuncio cuando hayan cuadrado las
negociaciones. Y es factible que al igual que en 2010, se den la licencia de
hacer algunas primarias que en ningún
caso superarán el 25 % del número de Diputados a postular.
En
otras palabras. La partidocracia se volverá a imponer, en sus términos y
condiciones, Partiendo del hecho, según ellos indiscutibles, que el pueblo
opositor le dará el voto a la Unidad representada en la MUD y no a nadie que
vaya por iniciativa propia, para no obsequiarselo a Maduro- PSUV,
absteniéndose.
Todo
se sigue manejando igual que siempre, como si nada esté pasando en esta
calamitosa Venezuela de hoy. Lo que lleva a más de uno a pensar que ambas
opciones son “el mismo musiú con diferente cachimbo”
Vía La Hora / Que pasa Margarita
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