No se vistan que no van
¿Existe alguna razón oculta para que George W. Bush y Marcos Rubio
intenten visitar Venezuela? El presidente Maduro frustra los anhelos de esos líderes
de la ultraderecha norteamericana y los deja con los crespos hechos
MARIO SZICHMAN/
Nueva York
En las últimas semanas circularon
en Washington versiones de que tanto el expresidente de Estados Unidos, George
W. Bush, como el senador republicano Marcos Rubio se morían de ganas de visitar
Venezuela. Y se barajaron toda clase de conjeturas.
Bueno, Bush y Rubio tendrán que
quedarse con los crespos hechos. El presidente de Venezuela anunció que ambos
personajes no podrán ingresar a su soberano país, aunque se lo pidan de
rodillas. Y esa prohibición se extiende al senador demócrata Bob Menéndez, y a
ex jefes de la CIA. (Maduro no hizo mención alguna a los actuales jefes de la
CIA, pero el lapsus seguramente será subsanado en los próximos días).
Maduro también ordenó a la
canciller Delcy Rodríguez que reduzca el número de funcionarios norteamericanos
en la embajada de Estados Unidos en Caracas. “Ellos tienen 100 funcionarios y
nosotros 17” en Washington, explicó Maduro.
Finalmente, y antes de convocar a
una “rebelión mundial contra el imperialismo estadounidense” frente a miles de
fervorosos seguidores, el presidente bolivariano ordenó que se “le solicite
visado a cualquier estadounidense que desee entrar en Venezuela y que se cobre
por ello la misma cantidad de dinero que Estados Unidos fija para tal fin”.
Tanto la reducción de presuntos
diplomáticos estadounidenses en la embajada de Caracas como la solicitud de
visado a los supuestos norteamericanos ansiosos por visitar Venezuela son
medidas razonables.
Las convenciones internacionales
reclaman reciprocidad en las relaciones entre estados. Es inexplicable la
disparidad entre los empleados en la sede diplomática en Caracas, y quienes
trabajan en la embajada de Venezuela en Washington.
Y aunque algunos funcionarios
venezolanos en Washington serían más felices si se aumenta la cuota de sus
empleados a 100 que si se reduce a 17 la de los gringos que se dan la gran vida
en la capital venezolana, se trata de funcionarios desafectos, siempre
dispuestos a saltar la talanquera.
El visado a los presuntos
turistas norteamericanos –ya el exministro del Interior Miguel Rodríguez Torres
ordenó apresar y luego deportar a algunos de ellos, demostrando que eran
agentes de la CIA– es también una medida racional. Además, redituará ganancias
a las arcas del estado venezolano.
Hasta ahora, escasas personas
oriundas del Coloso del Norte visitaban la nación sudamericana, justamente por
la facilidad con que podía viajarse a Venezuela, tal como era demostrado por
los raspacupos venezolanos. Pero ¿qué ocurre si se aplica el llamado
"Síndrome del club 54”? Pues todo cambia.
El síndrome alude a una famosa
discoteca neoyorquina donde los bouncers, los guardaespaldas que custodian la
entrada, deciden quien puede entrar. Por supuesto, todos aquellos rechazados
por los bouncers inventan numerosos trucos para ingresar al club nocturno.
Y lo mismo ocurrirá con los
turistas que hasta ahora se han negado a visitar la tierra del sol amada. Es
inevitable que una vez los norteamericanos descubran lo difícil que es
conseguir visado para ingresar a Venezuela, se pelearán con los raspacupos para
arrebatarles los asientos en las aerolíneas que aún viajan a Caracas previa
escala en Damasco.
DE
PROTOCOLOS Y OTROS PROBLEMAS
¿Cuál era la intención real de Bush y Rubio cuando decidieron visitar la patria de Bolívar? Bush como ex jefe de estado, Rubio como congresista, seguramente estaban enterados de lo mal que son vistos por el gobierno de Venezuela.
¿Cuál era la intención real de Bush y Rubio cuando decidieron visitar la patria de Bolívar? Bush como ex jefe de estado, Rubio como congresista, seguramente estaban enterados de lo mal que son vistos por el gobierno de Venezuela.
Y figurones como esos líderes de
la ultraderecha no se van a conformar con realizar una visita privada. Bush, ex
homólogo de Maduro, seguramente querrá ser recibido en el Palacio Miraflores.
Pero aún cuando funcionen los baños y el ascensor en la sede del ejecutivo, muy
difícilmente el presidente venezolano condescienda a invitar a Bush a su
despacho.
Y siempre alguna excusa se puede
inventar, pues lo cortés no quita lo valiente. Por ejemplo, que se enfermó el
traductor. Bueno, la excusa no sirve porque Bush habla un perfecto español. O
que es imposible canjear bolívares fuertes por dólares débiles, pues
seguramente Bush querrá hacer algunas compras en Caracas aprovechando que todo
está a precios de gallina flaca.
En cuanto a Rubio, mejor que se
olvide de asistir a la Asamblea Nacional. El senador es un apasionado de los
deportes fuertes, y simpatizante de los Dolphins de Miami. Seguramente por su
origen cubano, no debe mirar con malos ojos las riñas de gallos.
Y varios de sus simpatizantes le
han hablado maravillas de las lidias que se registran en el hemiciclo del
Palacio Legislativo entre partidarios del presidente Diosdado Cabello, y
algunos díscolos representantes de la menguante oposición. Pero su visita a la
AN tendrá que ser postergada. En general, Cabello no suele convocar a sesiones
ordinarias.
Además, nunca hay quórum, ya sea porque algunos parlamentarios se están recuperando de alguna paliza, o porque a otros se los privó de su inmunidad parlamentaria, siempre por razones plausibles.
Además, nunca hay quórum, ya sea porque algunos parlamentarios se están recuperando de alguna paliza, o porque a otros se los privó de su inmunidad parlamentaria, siempre por razones plausibles.
Si ni Bush ni Rubio pueden
abocarse a sus labores específicas ¿qué pueden hacer en Venezuela? Todos los
golpes que han estado planificando, según denuncias de Maduro, es mejor
cocinarlos en el exterior que en el país donde se van a perpetrar.
Pero además, recientes
experiencias de otros viajeros les han demostrado lo engorroso que es viajar.
Como señaló Andrés Schipani, corresponsal de The Financial Times en la región
andina, basta que anuncie a sus amigos caraqueños sus deseos de viajar a la
tierra del sol amada, para que lo abrumen con pedidos. Schipani viaja con dos
maletas. En una, pone sus efectos personales. En la otra, los suministros para
amigos y conocidos.
Entre los productos que debió
llevar el corresponsal en su último viaje figuraban: Dos kilos de leche en
polvo; una bolsa de detergente en polvo; una botella de limpiador de platos;
cuatro barras de jabón; cuatro botellas de champú; cuatro barritas de
desodorante; cuatro tubos de pasta dental; seis rollos de papel higiénico; un
kilo de azúcar; una bolsa de café molido; y cuatro botellas de insecticida.
Tanto Bush como Rubio son unos señoritos que nunca han movido un baúl en su
vida. ¿Para qué sufrir el engorro de cargar con un montón de maletas?
Pero además, la odisea de
Schipani es menor. Solo viajó a Caracas y se instaló en su oficina. Pero tanto
Bush como Rubio posiblemente deseen viajar por otras partes de Venezuela. ¿Qué
podría pasar si se les ocurre ir a un supermercado tras quedarse sin
provisiones? Pues se morirían de hambre.
Según me contaba una amiga que
vive en el estado Trujillo, solo se puede comprar en los supermercados por
número de cédula. Ni Bush ni Rubio tienen cédula venezolana, por lo tanto, toda
compra les está vedada. Pero además, si alguno de los genios de la CIA los
provee con cédulas falsas, el número final les asignará el día en que podrán hacer
mercado.
Según mi amiga, no solo están
racionados los productos esenciales como la leche en polvo, el papel de baño,
el champú, la harina de maíz o de trigo, o la margarina, sino cualquier
mercancía.
“Esas cosas”, me dijo, “están
limitadas a dos productos por semana por persona”. Y por supuesto, solo pueden
ser adquiridos por los legítimos residentes de Trujillo. Que Bush y Rubio
abandonen sus intentos de saquear supermercados.
Mientras hacía una cola, mi amiga
me dijo que cuando estaba en la cola de la caja para pagar, “un señor, que
antes vivía en Caracas y recién se había mudado a Valera, no pudo pagar porque
no había hecho su cambio de residencia ante el Seniat y aparecía en el sistema
como residenciado en Caracas, así que él solo podía comprar en Caracas”.
Otro detalle sobre los problemas
que podrían afrontar los líderes de la ultraderecha en Venezuela. Ambos se
levantan muy temprano para ir a hacer jogging, aproximadamente a las cinco de
la mañana.
Es posible que sientan la
tentación, tras agotarse en ese ridículo deporte, de ir a un supermercado a
comprar alguna gaseosa para calmar la sed. Si logran superar la barrera de
malandros que acechan en todas las esquinas con el propósito de robar los celulares,
los lentes Rayban, los sneakers Adidas y la ropa interior a ellos y a su
nutrida cohorte de guardaespaldas, todavía deberán pasar por una dependencia
policial.
Mi amiga me contó que en Valera
pusieron preso a un adolescente de 19 años porque había ido a un supermercado a
hacer la cola a las 6 de la mañana. (El gobernador del estado Trujillo dictó un
decreto por el cual está prohibido hacer cola delante de la puerta de los
supermercados antes de las 8 de la mañana).
Todo eso indica que por ahora,
Bush y Rubio no podrán hollar el suelo venezolano. Posiblemente retornen al
viejo plan de invadir Venezuela por el lado de Colombia con 18 aviones de
combate, tal como ya lo anticipó el ex vicepresidente José Vicente Rangel en su
popular programa televisivo.
Por si a alguien se le olvidaron
las coordenadas, aquí las repito: 11º25'31" y 72º07'46". Una de las
versiones es que esas coordenadas corresponden al pueblo de Guarero en los
límites entre Colombia y Venezuela.
Otros admiradores del doctor
Rangel, que pusieron esas coordenadas en Google descubrieron que se hallan en
el Océano Indico, cerca de la India. Si se las invierte, sale un punto en el
océano Ártico, cerca de Noruega, informó un bloguero.
Bueno, lo importante es que las
coordenadas existen y que el imperio norteamericano no descansará hasta
destruir todos los logros de la Revolución Bonita. Ya el presidente Maduro
logró debelar el complot de Bush y Rubio. Pero ¿Por cuánto tiempo? Es casi
inevitable que la próxima semana sea desbaratada otra conjura. Conviene
mantener la sintonía.
@mszichman http://marioszichman.blogspot.com/
Vía Tal Cual
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