En nuestra opinión, el aludido acto de instalación revela dos verdades del tamaño del Avila: (i) la AN no hace falta para producir leyes ya que Chávez dispone de poderes habilitantes para legislar y (ii) sus funciones serán minimizadas acudiendo al expediente de llevar algunos proyectos legisltaivos para ser considerados por supuestas reuniones del pueblo que no son más que grupos de partidarios controlados por el gobierno.
Ante los propósitos de Chávez y sus partidarios, parece conveniente que las fuerzas democráticas representadas en la AN lidericen un movimiento popular en la calle, conforme con una estrategia que incluya al menos los siguientes puntos: (a) solicitar la derogatoria de la ley habilitante y oponerse a las leyes que dicte Chávez por esta vía; (b) promover el no acatamiento de las leyes que dictara la extinta AN de manera apresurada, sin ton ni son, durante los últimos días de su infeliz gestión; (c) demandar la libertad inmediata de los presos políticos; (d) exigir el cese y revocación de las expropiaciones y ataques a la propiedad privada y al sector privado; y (e) poner énfasis en el ejercicio de la función contralora de la AN, instando al gobierno a que rinda cuentas sobre la situación de PDVSA y el BCV, del endeudamiento público, interno y externo, así como de lo actuado a través del gasto presupuestario y extrapresupuestario, entre otros, en la compra de armas, la entrega de ayudas a otros gobiernos, la importación de alimentos y el financiamiento de proyectos, en este último caso, especialmente a través del FONDEN, Bandes y otros fondos, como el Chino y el Iraní.
En: http://www.eluniversal.com/2011/01/05/pol_esp_la-asamblea-y-la-cal_05A4936463.shtml
La Asamblea y la Calle (Carlos Blanco)
La AN representa una tribuna importante para la oposición. Hoy se demostró que la diferencia le es muy favorable, no sólo por el uso del lenguaje sino porque las limitaciones de un discurso subordinado contrastan con la frescura de un discurso libre.
EL UNIVERSAL
miércoles 5 de enero de 2011 04:10 PM
La Asamblea Nacional se instaló en un marco muy complicado para el país. Ese marco está constituido por los siguientes elementos:
1. Sustracción de la capacidad legislativa de la AN por vía de la "legislación express" impuesta por el gobierno en diciembre y por la Ley Habilitante. En la práctica mutilaron la posibilidad de legislar, la que sólo devolverán en retazos o en presencia de una fuerte presión en la calle.
2. Radicalización del gobierno sobre la base de la tesis según la cual la pérdida de popularidad no es porque se va muy rápido sino porque se va muy lento, tal como la izquierda radical del régimen sostiene.
3. Paquetazo económico que en forma inevitable e irreversible va a agregarle combustible a la inflación del país, la más alta de América Latina, y que por lo tanto va a incrementar el descontento social sin resolver el atasco suicida de las políticas prevalecientes, salvo con el auxilio siempre oportuno del mercado petrolero capitalista.
La AN representa una tribuna importante para la oposición. Hoy se demostró que la diferencia le es muy favorable, no sólo por el uso del lenguaje sino porque las limitaciones de un discurso subordinado contrastan con la frescura de un discurso libre. A esta comparación permanente le tiene temor el oficialismo, de allí que junto a otros propósitos, sea indispensable para el gobierno eliminar las sesiones frecuentes y abiertas a los medios de comunicación. No es que dentro de las filas rojas no haya diputados que piensen pero están incapacitados de expresarse con soltura y terminan como robots.
La mayor parte de la oposición ha comprendido la deriva dictatorial del gobierno, por tal razón hasta los más crédulos ya no se hacen ilusiones sobre la democracia en manos de Chávez y entienden que sin la resistencia popular no hay salida democrática posible. La disposición de los universitarios de no acatar la Ley de Universidades que cercena la autonomía fue terminante y el gobierno sabía que la rebelión venía. Por eso retrocedió. Idéntico ocurre con el malestar por la devaluación, a lo que se iba a agregar el programado aumento del IVA como bencina para la insubordinación. Por eso también retrocedió. En este panorama, la acción opositora seguramente se concentrará en trabajar desde la calle hacia el parlamento; por ejemplo, ahora sí parece que se va a discutir más ampliamente la Ley dada la actitud rebelde de los universitarios. Mientras que el oficialismo pretenderá salirse por la tangente, apelando al "poder popular" expresado en el poder comunal para evitar que la AN cumpla su papel.
Se puede estimar que el nuevo escenario después de la instalación de la AN será la calle. Para la oposición, porque sabe que sólo puede hacer valer su presencia institucional si hay resistencia social que obligue a que sus posiciones sean tomadas en cuenta. Para el gobierno, porque pretende subordinar la AN a un inconstitucional poder comunal que no es más que un mecanismo controlado financiera y políticamente por el régimen, para crear una ficción de participación social.
En su estrategia de control totalitario del país el propósito del gobierno es el de anular el funcionamiento de la AN. El de la oposición tendrá que ser el de insistir en la calle como su escenario central. El que los diputados opositores no hayan entrado escondidos -como algunos dirigentes propusieron- sino respaldados por una manifestación ciudadana, es una muestra de la tarea que tienen por delante.
1. Sustracción de la capacidad legislativa de la AN por vía de la "legislación express" impuesta por el gobierno en diciembre y por la Ley Habilitante. En la práctica mutilaron la posibilidad de legislar, la que sólo devolverán en retazos o en presencia de una fuerte presión en la calle.
2. Radicalización del gobierno sobre la base de la tesis según la cual la pérdida de popularidad no es porque se va muy rápido sino porque se va muy lento, tal como la izquierda radical del régimen sostiene.
3. Paquetazo económico que en forma inevitable e irreversible va a agregarle combustible a la inflación del país, la más alta de América Latina, y que por lo tanto va a incrementar el descontento social sin resolver el atasco suicida de las políticas prevalecientes, salvo con el auxilio siempre oportuno del mercado petrolero capitalista.
La AN representa una tribuna importante para la oposición. Hoy se demostró que la diferencia le es muy favorable, no sólo por el uso del lenguaje sino porque las limitaciones de un discurso subordinado contrastan con la frescura de un discurso libre. A esta comparación permanente le tiene temor el oficialismo, de allí que junto a otros propósitos, sea indispensable para el gobierno eliminar las sesiones frecuentes y abiertas a los medios de comunicación. No es que dentro de las filas rojas no haya diputados que piensen pero están incapacitados de expresarse con soltura y terminan como robots.
La mayor parte de la oposición ha comprendido la deriva dictatorial del gobierno, por tal razón hasta los más crédulos ya no se hacen ilusiones sobre la democracia en manos de Chávez y entienden que sin la resistencia popular no hay salida democrática posible. La disposición de los universitarios de no acatar la Ley de Universidades que cercena la autonomía fue terminante y el gobierno sabía que la rebelión venía. Por eso retrocedió. Idéntico ocurre con el malestar por la devaluación, a lo que se iba a agregar el programado aumento del IVA como bencina para la insubordinación. Por eso también retrocedió. En este panorama, la acción opositora seguramente se concentrará en trabajar desde la calle hacia el parlamento; por ejemplo, ahora sí parece que se va a discutir más ampliamente la Ley dada la actitud rebelde de los universitarios. Mientras que el oficialismo pretenderá salirse por la tangente, apelando al "poder popular" expresado en el poder comunal para evitar que la AN cumpla su papel.
Se puede estimar que el nuevo escenario después de la instalación de la AN será la calle. Para la oposición, porque sabe que sólo puede hacer valer su presencia institucional si hay resistencia social que obligue a que sus posiciones sean tomadas en cuenta. Para el gobierno, porque pretende subordinar la AN a un inconstitucional poder comunal que no es más que un mecanismo controlado financiera y políticamente por el régimen, para crear una ficción de participación social.
En su estrategia de control totalitario del país el propósito del gobierno es el de anular el funcionamiento de la AN. El de la oposición tendrá que ser el de insistir en la calle como su escenario central. El que los diputados opositores no hayan entrado escondidos -como algunos dirigentes propusieron- sino respaldados por una manifestación ciudadana, es una muestra de la tarea que tienen por delante.
No comments:
Post a Comment