Saturday, March 5, 2011

El malquerido

En: http://www.noticierodigital.com/2011/03/el-malquerido/

Enrique Viloria Vera/ND
5 Marzo, 2011
Adolorido, adolorido, adolorido del corazón.
Por la casa josefina de mi abuela Berta pasaba semanalmente un recogedor de cartones que cantaba permanentemente y a viva voz El Malquerido.
Me viene a la memoria esa imagen del canto adolorido del colector en estos tiempos de caudillos que luego de ser muy queridos, han pasado abruptamente a ser malqueridos.
Ahí está Gadafi perorando – en medio de balas y fusiles – que los libios lo adoran y veneran; están también Mubarak y el exmandatario tunecino que no entienden porque el pueblo dejó de quererlos de un día para otro; el presidente yemenita se lamenta de que ya no lo adulen más y no lo reconozcan como el papacito.
Por estos lados comienzan a profundizarse las fisuras afectivas, al Evo ya no quieren tanto: ve su popularidad caer al tiempo que sus erráticas políticas reciben cada vez menos respaldo popular. Correíta anda de tumbo en tumbo amenazado por referendos y plebiscitos. Los Castro van y vienen, se desdicen, aceptando a regañadientes exiliar a los que los malquieren, sin entender que las viejas querencias disminuyen todos los días, y que si abrieran las fronteras quedarían muy pocos cubanos para acompañarlos en la Plaza de la Revolución, en las largas e inútiles peroratas de una revolución fallida por ineficiente e inhumana.
El caudillo nuestro, el comandante besucón, cariñoso, sobón, empalagoso, tórrido, apasionado, turbado, hablachento, ardoroso, cursi declamador y serenatero de antaño, va entendiendo también – encuestas dixit – que más allá de su amor interesado por niños y ancianos reproducido en rojo – rojito en vallas y cuñas televisivas, hay un pueblo frustrado que no cree en pajaritos volando ni en socialismos preñados.
Refugiados, sindicalistas, obreros, amas de casa, estudiantes, carniceros, profesores, agricultores, intelectuales, ganaderos, comerciantes, médicos, industriales, pescadores, panaderos, enfermeras, militares activos y retirados, y hasta los indigentes y los niños de la calle, se aprestan a fungir de Madariaga colectivo para decirle en clara y viva voz al caudillo del llano: ¡No te queremos!
Gran regalo sería pues enviarle por anticipado la música y la letra de la canción de marras para que el cantor de la sabana, en su última cadena nacional, la entone con lágrimas y lloros de cocodrilo llanero en sus ojos de no puede ser: Soy malquerido por la mujer que yo más quiero…es decir, Venezuela.
¡Ay, que agonía, pobre de mí, ser malquerido!

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