Las "lolas". ¡Válgame Dios! ¿Se puede ser más banal, frívolo, irrelevante e intrascendente?
SOLEDAD MORILLO BELLOSO | EL UNIVERSAL
viernes 18 de marzo de 2011 12:00 AM
El país se nos cae a pedazos. La corrupción hace metástasis en todo el aparato estatal centralizado. Los refugiados de diciembre siguen hacinados. Cada invasión de finca se convierte en creación de desiertos. El Gobierno despilfarra y genera cada día más caos. Y mientras todo eso ocurre, el Presidente usa preciados minutos en su show dominical para hablar de las operaciones de "lolas". Pudo, por ejemplo, dedicar esos minutos a motivar a las mujeres a hacerse chequeos periódicos para detectar a tiempo un cáncer u otras enfermedades femeninas. Mas no; le pareció más importante dictar cátedra sobre los efectos de una cirugía plástica para aumentar las "lolas". ¡Válgame Dios! ¿Se puede ser más banal, frívolo, irrelevante e intrascendente?
Esto se tiene que acabar. Nunca debió comenzar, pero se tiene que acabar. Es una irresponsabilidad el que los electores permitamos que ese señor, a punta de mentiras y manipulaciones emocionales, siga ganando elecciones. A la gente hay que hablarle claro y raspa'o. Decirle las verdades, aunque duelan. Hay que decirle que el gobierno de ese señor es ineficiente, incapaz, ladrón, que cada bolívar que roban es plata que le quitan al pueblo. Hay que decirle que los ministros de la economía son una manga de incompetentes que no hacen sino destruir y generar la mayor inflación de todo el planeta. Hay que decirle que el ministro ese de las tierras no es más que un guapetón que, arma en el cinto, amenaza a los ganaderos y pretende arrebatarles sus tierras, convertidas en productivas con el honesto sudor del trabajo, so pena de ser lanzados a las calles sin compensación alguna. A los electores hay que decirles que toda esta novela de las expropiaciones urbanísticas no es más que un disfraz para ocultar la verdad, que no es otra que este gobierno no ha construido ni viviendas ni grandes obras públicas ni vialidad ni parques ni represas ni plantas eléctricas.
Hay que decirles a los electores que les mintieron desde el principio, con vileza. Que les prometieron villas y castillos y sólo les dieron las boronitas que caían de sus mesas de sátrapas sinvergüenzas. Si dulcificamos la cosa, el encantador de emociones puede volver con sus lágrimas de cocodrilo y convencer a los electores. Nada es más poderoso que la verdad.
Esto se tiene que acabar. Nunca debió comenzar, pero se tiene que acabar. Es una irresponsabilidad el que los electores permitamos que ese señor, a punta de mentiras y manipulaciones emocionales, siga ganando elecciones. A la gente hay que hablarle claro y raspa'o. Decirle las verdades, aunque duelan. Hay que decirle que el gobierno de ese señor es ineficiente, incapaz, ladrón, que cada bolívar que roban es plata que le quitan al pueblo. Hay que decirle que los ministros de la economía son una manga de incompetentes que no hacen sino destruir y generar la mayor inflación de todo el planeta. Hay que decirle que el ministro ese de las tierras no es más que un guapetón que, arma en el cinto, amenaza a los ganaderos y pretende arrebatarles sus tierras, convertidas en productivas con el honesto sudor del trabajo, so pena de ser lanzados a las calles sin compensación alguna. A los electores hay que decirles que toda esta novela de las expropiaciones urbanísticas no es más que un disfraz para ocultar la verdad, que no es otra que este gobierno no ha construido ni viviendas ni grandes obras públicas ni vialidad ni parques ni represas ni plantas eléctricas.
Hay que decirles a los electores que les mintieron desde el principio, con vileza. Que les prometieron villas y castillos y sólo les dieron las boronitas que caían de sus mesas de sátrapas sinvergüenzas. Si dulcificamos la cosa, el encantador de emociones puede volver con sus lágrimas de cocodrilo y convencer a los electores. Nada es más poderoso que la verdad.
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