Friday, March 18, 2011

Chávez: el tsunami que llegó a Venezuela

En: http://opinion.eluniversal.com/2011/03/18/chavez-el-tsunami-que-llego-a-venezuela.shtml

FRANCISCO RIVERO VALERA |  EL UNIVERSAL
viernes 18 de marzo de 2011  12:35 PM
El tsunami llegó a Venezuela hace 12 años, con Chávez. No fue el resultado de un fenómeno geofísico, como el tsunami de Japón, producto de un terremoto de 8.9 grados; sino de una tremenda metida de pata política. No ha sido un desastre de aparición súbita, con olas gigantescas de 10 metros, sino un proceso de destrucción lenta y progresiva del país, a fuerza de comunismo crudo. No ha sido una situación inductora de solidaridad humana, con unificación nacional e internacional alrededor de un país en estado crítico, sino la promoción de la polarización de la población en el empeño de querer implantar en Venezuela una ideología del siglo XIX

Pero, ambos tsunamis también son semejantes. Son destructivos. Arrasan con todo lo que encuentran por delante. Destruyen la economía. Como el tsunami de Japón que ha causado pérdidas económicas que ascienden a unos 35 mil millones de dólares, según Worldwide. Y requiere de 123 mil millones de dólares para reflotar la economía, según la banca internacional.

Pero, el tsunami chavista ha ocasionado la destrucción de la economía venezolana de tal manera que, a pesar de disponer de un billón de dólares, o sea: un millón de millones de dólares de ingresos, nos tiene casi en la ruina, en bajada y sin frenos. Y, de paso, con ganas de llorar, por no decir otras palabras, al pensar que esos 123 mil millones de dólares para reflotar la economía de Japón son apenas el 12,3% de los ingresos totales de nuestro país. Esto es lo que se llama: tsunami comunista y ruina económica por pésima gestión de un gobierno patético.

Ídem, los tsunamis también son comparables en destrucción de la vida humana, la infraestructura y la productividad. Verbigracia: en Japón, el gobierno estima en 10 mil las pérdidas humanas; destrucción de 73 mil edificios, según noticias Kyodo; caída de las exportaciones, deterioro de la vialidad y destrucción de extensas áreas de producción agropecuaria. Por su parte, el tsunami chavista tiene corresponsabilidad en la muerte violenta de 150 mil venezolanos en 10 años, 16 mil solo en el año 2010; destrucción de la producción agropecuaria e industrial con la expropiación de más de 3 millones de hectáreas activas y de 5 mil empresas. Y, el colmo, solo ha cancelado 8 mil millones, de los 23 mil millones, según Ecoanalítica, de las transferencias al sector público de todo lo que tenga evidencias de productivo, bajo el apatusco de ser área de interés social. Esto es lo que se llama: ganar indulgencias con escapulario ajeno, acabando, de paso, con las indulgencias y con el escapulario. Fin de mundo.

Pero, la destrucción de la vialidad por el tsunami chavista es otra cosa. El deterioro de las carreteras de nuestro país es tan grave que las llaman las carreteras de las malas palabras porque los viajeros hacen su viaje gritando vulgaridades al pasar por cada hueco o reductor de velocidad que encuentran en la vía. Y, de ñapa, como signo del profundo atraso en que nos tiene sumergidos, esas envidiables carreteras también disponen de los más modernos sistemas de señalización de peligro, importados de Cuba: cauchos viejos, palos con bolsas de supermercado, cajas de cartón y otras cosas más.

En conclusión, los tsunamis pasan y arrasan pero permiten resurgir con un futuro mejor. Y gracias a Dios, terminará el tsunami chavista en el 2012 y comenzará a resurgir de inmediato la Venezuela democrática que todos queremos. Que así sea.

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