VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 15 de marzo de 2011 12:55 PM
Fue en 2003 cuando Francisco Illaramendi, en su rol de representante del banco de inversión Credit Suisse First Boston, nos explicó a un grupo de periodistas las características de la emisión que había preparado para el Ministerio de Finanzas.
El bono sería en dólares y las empresas lo comprarían con bolívares. Luego lo revenderían en el mercado internacional y surgirían las divisas para importar insumos o cambiar a moneda dura el producto de la venta del apartamento.
En estas circunstancias carecía de importancia que el dólar terminase costando más que el tipo de cambio oficial, a fin de cuentas, era la única oportunidad de proteger el dinero o, en el caso de muchas empresas, continuar operando.
En el otro extremo el Ministerio de Finanzas vendía en segundos los bonos, dado el interés por obtener dólares, y además los colocaba a un precio superior al que hubiese tenido que acceder bajo un esquema tradicional.
"Esto es un jonrón", concluyó Francisco Illaramendi, quien de esta manera le enseñó a la administración de Hugo Chávez cómo podía sacarle provecho a la práctica de abrir por algunos minutos el chorro de las divisas en un mercado sometido a la sequía del control.
En 2010, cuando Jorge Giordani inició la guerra santa contra la "especulación cambiaria" y cerró el mercado de permuta, un derivado del invento de Illaramendi donde las empresas y particulares adquirían dólares a un precio superior al tipo de cambio oficial a través del intercambio de bonos, no se detuvo su deseo por sacar provecho del control.
El año pasado Illaramendi manejaba un fondo de inversiones (Michael Kenwood Group) que se nutrió del dinero de los pensionados y trabajadores de Pdvsa y de acuerdo con una carta enviada a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) el tinglado se dedicó a vender dólares en Venezuela, en una serie de transacciones que habrían servido para alimentar al mercado negro.
Vale la pena especular un poco y plantear algunas dudas que están en el ambiente:
1) ¿Habrá sido posible que Pdvsa, sometida a serios problemas de flujo de caja haya utilizado a Illaramendi para vender parte de sus petrodólares en el mercado negro y así obtener más bolívares que permitían aliviar deudas?
2) ¿Gracias a la venta de dólares en ese mercado es que no se produjo la escasez que los analistas vaticinaron tras el cierre del mercado de permuta?
3) ¿Tomás Sánchez, superintendente nacional de valores, quien ha intervenido decenas de casas de bolsa por "especular con el mercado de permuta" nunca supo que un fondo que se nutría con dinero de los pensionados de Pdvsa vendía dólares?
4) ¿La guerra santa que lidera Jorge Giordani contra los especuladores cambiarios va a dar origen a una investigación en Pdvsa?
El bono sería en dólares y las empresas lo comprarían con bolívares. Luego lo revenderían en el mercado internacional y surgirían las divisas para importar insumos o cambiar a moneda dura el producto de la venta del apartamento.
En estas circunstancias carecía de importancia que el dólar terminase costando más que el tipo de cambio oficial, a fin de cuentas, era la única oportunidad de proteger el dinero o, en el caso de muchas empresas, continuar operando.
En el otro extremo el Ministerio de Finanzas vendía en segundos los bonos, dado el interés por obtener dólares, y además los colocaba a un precio superior al que hubiese tenido que acceder bajo un esquema tradicional.
"Esto es un jonrón", concluyó Francisco Illaramendi, quien de esta manera le enseñó a la administración de Hugo Chávez cómo podía sacarle provecho a la práctica de abrir por algunos minutos el chorro de las divisas en un mercado sometido a la sequía del control.
En 2010, cuando Jorge Giordani inició la guerra santa contra la "especulación cambiaria" y cerró el mercado de permuta, un derivado del invento de Illaramendi donde las empresas y particulares adquirían dólares a un precio superior al tipo de cambio oficial a través del intercambio de bonos, no se detuvo su deseo por sacar provecho del control.
El año pasado Illaramendi manejaba un fondo de inversiones (Michael Kenwood Group) que se nutrió del dinero de los pensionados y trabajadores de Pdvsa y de acuerdo con una carta enviada a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) el tinglado se dedicó a vender dólares en Venezuela, en una serie de transacciones que habrían servido para alimentar al mercado negro.
Vale la pena especular un poco y plantear algunas dudas que están en el ambiente:
1) ¿Habrá sido posible que Pdvsa, sometida a serios problemas de flujo de caja haya utilizado a Illaramendi para vender parte de sus petrodólares en el mercado negro y así obtener más bolívares que permitían aliviar deudas?
2) ¿Gracias a la venta de dólares en ese mercado es que no se produjo la escasez que los analistas vaticinaron tras el cierre del mercado de permuta?
3) ¿Tomás Sánchez, superintendente nacional de valores, quien ha intervenido decenas de casas de bolsa por "especular con el mercado de permuta" nunca supo que un fondo que se nutría con dinero de los pensionados de Pdvsa vendía dólares?
4) ¿La guerra santa que lidera Jorge Giordani contra los especuladores cambiarios va a dar origen a una investigación en Pdvsa?
No comments:
Post a Comment