Para el ALBA el matón de Libia reúne todos los elementos necesarios para expresarle amor
ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
miércoles 23 de marzo de 2011 12:00 AM
No es fácil ganarse el respaldo incondicional del grupito que se autodenomina "el eje del mal". Los malucos de Latinoamérica, los mala conducta de la región se hacen rogar y están bien definidos en sus conceptos y, con mucho énfasis, en quiénes deben ser sus mejores amigos. Tienen una casita en el árbol, como en las comiquitas en desuso de cuando micomandantepresidente andaba en alpargatas por Sabaneta. Allí se reúnen, hablan pistoladas, se reparten los reales que pone Venezuela, hacen planes para enredarle la vida a alguna democracia vecina, diseñan proyectos de descarado intervencionismo en procesos de otros países, juegan al comunismo, se hacen ricos y chulean a lo grande, entre otras perversidades dizque socialistas.
Los sabelotodo del ALBA, organización creada por Chávez para sentirse el dueño de la fiesta y de quienes se dejen a cambio de sus dólares, son la crema y nata del parroquialismo ideológico internacional, apenas superados por algunos países africanos realmente prehistóricos; pero no por eso la cuerdita del chavismo deba perder méritos. Salvo el general del sombrero, el flamante presidente de Petrocaribe, otra joya de la adulancia a cambio de dinero, quien fue sacado a patadas muy al estilo africano o del Medio Oriente de estos días, la patica es la misma desde su fundación y todos, no podía ser de otra manera, siguen las líneas de su dueño proveedor, el señor Chávez, quien también les ha inculcado la idea castrista de eternizarse en el poder.
Micomandantepresidente, el señor de los barriles, el capataz del grupo. Fidel Castro, el anciano criminal del Caribe, es el consejero muy al estilo de las mafias. Después viene el montón, los segundones: Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa, todos con sus maletas bien abiertas que algo cae. Más atrás el ejército de pobres pegado a la chequera petrolera del militar comunista. Es el ALBA en dos platos.
Pero la mayor competencia de este grupete, donde de verdad se lucen, es cuando les toca respaldar a algún sátrapa mundial, a algún criminal confeso, a algún terrorista exótico. No se trata de apoyar a matones simples, a dictadores clásicos o a tiranos que vayan a misa. No. Respaldan de frente y de rodillas a bichos como el coronel Gadafi, un encantador asesino de siete suelas. Debe ser que entre las exigencias del ALBA para respaldar matones, el de Libia las reúne todas: manipulador, criminal, ladrón, embustero y cobarde. Ni Mugabe o Taylor. Ni Amín o Mubarak. Este es de los grandes. Este matón es de los que le hacen rodar las medias al grupete chavista. ¿Cómo no apoyarlo? Impelable con ese perfil. El ALBA difícilmente conseguirá otro asesino de esta calidad.
Los sabelotodo del ALBA, organización creada por Chávez para sentirse el dueño de la fiesta y de quienes se dejen a cambio de sus dólares, son la crema y nata del parroquialismo ideológico internacional, apenas superados por algunos países africanos realmente prehistóricos; pero no por eso la cuerdita del chavismo deba perder méritos. Salvo el general del sombrero, el flamante presidente de Petrocaribe, otra joya de la adulancia a cambio de dinero, quien fue sacado a patadas muy al estilo africano o del Medio Oriente de estos días, la patica es la misma desde su fundación y todos, no podía ser de otra manera, siguen las líneas de su dueño proveedor, el señor Chávez, quien también les ha inculcado la idea castrista de eternizarse en el poder.
Micomandantepresidente, el señor de los barriles, el capataz del grupo. Fidel Castro, el anciano criminal del Caribe, es el consejero muy al estilo de las mafias. Después viene el montón, los segundones: Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa, todos con sus maletas bien abiertas que algo cae. Más atrás el ejército de pobres pegado a la chequera petrolera del militar comunista. Es el ALBA en dos platos.
Pero la mayor competencia de este grupete, donde de verdad se lucen, es cuando les toca respaldar a algún sátrapa mundial, a algún criminal confeso, a algún terrorista exótico. No se trata de apoyar a matones simples, a dictadores clásicos o a tiranos que vayan a misa. No. Respaldan de frente y de rodillas a bichos como el coronel Gadafi, un encantador asesino de siete suelas. Debe ser que entre las exigencias del ALBA para respaldar matones, el de Libia las reúne todas: manipulador, criminal, ladrón, embustero y cobarde. Ni Mugabe o Taylor. Ni Amín o Mubarak. Este es de los grandes. Este matón es de los que le hacen rodar las medias al grupete chavista. ¿Cómo no apoyarlo? Impelable con ese perfil. El ALBA difícilmente conseguirá otro asesino de esta calidad.
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