Gustavo Coronel
La
oposición debe ser más activa de lo que ha sido en el pasado para
plantear con vigor el grave problema de la corrupción en el gobierno.
Aunque la corrupción está en todos los rincones del régimen hay tres
sectores en los cuales parece ser de mayor magnitud: uno es la Fuerza
Armada; otro es el sector financiero; el tercero es PDVSA. De estos
tres sectores, el que está, en mi opinión, mejor documentado es el de la
corrupción en PDVSA.
La
oposición no ha mostrado hasta ahora voluntad para identificar estos
focos de corrupción y demandar investigaciones concretas. Se puede
decir, sin temor a la calumnia, que PDVSA es un nido de corrupción pero
nadie desde la oposición organizada lo ha planteado así, con el vigor
requerido. Las denuncias se han llevado a cabo por personas
esencialmente aisladas, entre ellas (de memoria) : Alek Boyd, Miguel
Octavio, Steven Bodzin, Daniel Duquenal, Victor Poleo, Einstein Millán,
José Aguilar, Joaquin Chafardett, Alberto Quirós, Sergio Sáez, Nelson
Hernández, Jesús Guerra, Diego Gonzalez, Thor Halvorssen y el suscrito.
Nadie que represente a la oposición organizada (con excepción de José
Guerra) ha alzado su voz para denunciar esta corrupción con datos
específicos. En la Asamblea Nacional no hay un vocero autorizado o
experto alguno de la oposición en materia petrolera.
Las
áreas donde la investigación debería llevarse a cabo son múltiples pero
hay algunas donde la información es ya cuantiosa. Algunas de ellas son:
· PDVAL, el caso de las miles de toneladas de comida podrida importada por esta filial de PDVSA.
· Aban
Pearl, el caso de la gabarra hundida, contratada con un gigantesco
sobreprecio por PDVSA a una empresa creada por contratistas ya
identificados para ese fin, pocos meses antes de la transacción.
· Los contratos con Wilmer Ruperti y sus empresas
· Las
ramificaciones del escandaloso fraude al Fondo de pensiones de PDVSA
llevado a cabo por gente de afuera y de adentro de PDVSA
· Los contratos con la empresa Derwick Asociados
· El hueco negro de las cuentas petroleras con Cuba y PetroCaribe, sobre todo con el régimen de los Castro
· El desastre de Amuay
Este
grupo de áreas de dudosa o nula transparencia ameritan un pedido serio y
urgente de investigación. Aunque sé que las autoridades del régimen no
harán caso porque ellas son parte del desastre ético, es preciso
demandar publicamente estas investigaciones porque, al menos, se podrá
presionar al régimen y se podrá documentar lo ocurrido para cuando la
justicia pueda actuar en Venezuela. Estos escándalos pueden y deben
hacerse del conocimiento formal del régimen y del país , a fin de
establecer en la opinión pública nacional e internacional que en
Venezuela la principal industria no es transparente y que miles de
millones de dólares han sido manejados con criterios ineficientes y/o
corrompidos. Debe establecerse que hay gente en PDVSA que ha participado
en esos actos de corrupción y/o ineptitud y que deben ser llevados a la
justicia.
Etoy
dispuesto a colaborar con la oposición organizada cuando ello se me
pida. Pienso que la impunidad es, en gran parte, culpa de quienes no la
combaten de manera organizada y masiva.
Oposición
no puede limitarse al acto electoral ni a comentarios aislados en la
prensa, ni siquiera a la protesta de calle. Todo ello es parte integral y
necesaria de una actividad oposiconista pero, además de ello, la
oposición debe llevar una actividad constante de denuncia bien
documentada, de acusación implacable en contra de la corrupción y de la
ineptitud gubernamental . El ejemplo de Carlos Berrizbeitia en relación
al gasto inmoral de la presidencia debe ser imitado en otros sectores,
especialmente en el de la industria petrolera.
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