Monday, December 12, 2011

El Crecimiento Fantasioso de Gilordani

En: http://www.pensarenvenezuela.org.ve/publicaciones/isaac%20mencia/IM_Giordani-TC-22-11-2011.pdf

Isaac Mencía, Tal Cual, 22-11-11
 
Reactivación con pies de barro
La reactivación observada en el 2011 se da sobre las mismas bases que sustentaron el
crecimiento entre 2004 y 2008 demostrándose que no era sostenible. Se sustenta en la
expansión del gasto público dirigido a aumentar el consumo financiado no sólo con los
exorbitantes ingresos petroleros que ha generado el precio del petróleo al alcanzar en
lo que va de año una cifra promedio record de 100,0 dólares por barril, sino también
en un creciente endeudamiento público, utilización de las reservas internacionales del
BCV (Fonden) y divisas de Pdvsa no ingresadas a éste instituto; se sustenta en una
dependencia cada vez mayor de las importaciones de bienes y servicios que son
posibles mientras siga aumentando el valor de las exportaciones petroleras y el
gobierno siga hipotecando a la República con endeudamientos poco transparentes
como el Fondo Chino.
Este modelo de crecimiento basado en el reparto de la renta petrolera monopolizada
por el Estado-Gobierno, y no en el aumento de la inversión privada y pública en forma
sostenida para así fortalecer el aparato productivo interno de manera que éste pueda
satisfacer la demanda de bienes y servicios doméstica y aumentar las exportaciones no
petroleras; es un modelo con pies de barro que no puede sostenerse en el tiempo. En
otras palabras, lo que el presidente Chávez, Giordani y Merentes no saben o no quieren
reconocer, es que no basta con que el producto interno (PIB) crezca uno o varios
trimestres, es necesario que el crecimiento sea de calidad y éste se mide
fundamentalmente por el incremento sostenido de la inversión total y,
consiguientemente, de la productividad, factores estos que elevan la capacidad de
producir bienes y servicios, de crear empleos productivos y mejor remunerados, de
sustituir importaciones y diversificar las actividades económicas y las exportaciones.
La reactivación informada no tiene estas características. Según la dupla Giordani-
Merentes, el PIB creció en el tercer trimestre 4,2% respecto al mismo lapso del 2010
cuando cayó -0,2%, resaltando que los dos motores de la economía son petróleo y
construcción. Sin embargo, el PIB petrolero se mantuvo estancado al crecer apenas
0,3% y la construcción en 10% impulsada por la construcción pública (17,6%) toda vez
que la privada cayó 12,2%. La inversión apenas creció 0,4% destacando el hecho que
en los últimos 11 trimestres cayó en 7. El crecimiento se basó, una vez más, en el gasto
de consumo final del gobierno (4,6%) y Consumo privado (4,2%) y en el incremento
sustancial de las importaciones en 19,7%, como mecanismo para cerrar la brecha entre
la oferta y la demanda interna de bienes y servicios. ¿Es sostenible este patrón de
crecimiento? la evidencia empírica que el gobierno se niega a ver dice que no


Lo que nadie puede poner en dudas del Ministro Giordani es su insólita capacidad para
fantasear y su terquedad infinita para perseverar en su ideología económica fracasada.
Una cosa es el país de fantasía que pinta con un supuesto desarrollo económico y
social gracias según él, al éxito de la política económica de la revolución bolivariana;
y otra muy distinta la realidad que vive el país y padecen los venezolanos.
La interpretación que Giordani hace de las cifras económicas, secundado por Merentes
(BCV), es verdaderamente curiosa para decir lo menos. La celebración eufórica de
estos funcionarios de los resultados económicos del tercer trimestre del 2011,
afirmando que” se inició una racha de crecimiento, como la de la Vinotinto”, es muy
parecida a la que han exhibido en ocasiones anteriores, como por ejemplo, a finales del
2008 cuando en plena crisis financiera global afirmaron tajantemente que dicha crisis
no afectaría a Venezuela porque la” economía estaba blindada” por los aciertos en
política económica del gobierno.
Pero los hechos que son más poderosos que las fantasías Giordianas se encargaron de
demostrar la falsedad de tales afirmaciones. Durante el bienio 2009-2010, Venezuela
fue el país con el peor desempeño económico en América Latina. La economía no sólo
se hundió en la recesión sino que se convirtió en la más inflacionaria de todo el
continente con una tasa más de cuatro veces superior al promedio de la región.

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