Por José Gregorio Martínez - web@laverdad.com - Maracaibo - 11/12/2011
Entrevista a Leonardo Padrón
Cada mañana, cuando Leonardo Padrón se asoma a su balcón, sube el telón de una obra muy distinta a la que hace 12 años escribió en El País de las Mujeres; sin embargo, el material, la inspiración y la razón para seguir escribiendo están allí, en la ciudad que observa con una privilegiada vista de 180 grados. Cuando se muda a un nuevo lugar no se preocupa mucho por las habitaciones o el estudio, lo primero que ve es cuánta ciudad cabe en la ventana. “Busco una ventana donde quepa, si es posible, el valle entero, porque Caracas es parte de mi escritura, tenerla como gran escenografía es muy estimulante”.
De esta ciudad saca poesía y personajes para sus novelas realistas, pues no concibe contar una historia de amor sin contar el país, y fue así como nació Olegario Pérez, aquel alter ego del presidente Hugo Chávez que conquistó al público en Cosita Rica, de la misma manera como Chávez conquistó a los venezolanos desde que hace más de 12 años subió el telón y dio inicio a una gran puesta en escena que él escribe y protagoniza. “Yo creo que Chávez tiene una afición descomunal para ser el escritor de esta telenovela que es ahorita Venezuela, ser el protagonista y generar villanías en los demás. Somos el teatro de Hugo Chávez”.
Para Leonardo Padrón es imposible desconocer que el presidente Chávez es en sí un personaje llamativo que, como algunos actores sin mucho talento, logra acaparar la audiencia con un valor intangible: el carisma. Lo que lamenta es que su eficiencia para hipnotizar a la gente no sea la misma eficiencia con la que gerencia al país.
“¿Aquí el único presidente que va a haber es Chávez?”, le preguntan sus morochos, que en 10 años de vida no ven cambios de Gobierno en el país. Sin duda, son su mayor tesoro; en la sala de su apartamento, un tanto minimalista, resalta una fotografía familiar, pero no por esto los sobreprotege en una burbuja, al contrario, deja que conozcan el país tal como es. “Sin yo estarlos adoctrinando, ellos se dan cuenta de las cosas que están pasando. Cuando estoy viendo las noticias yo no los aparto. Es una manera de que tenga conciencia de que están en un país y una ciudad hostil y tienen que aprender a protegerse. Ellos ya tienen internalizado quien es el verdadero villano de la telenovela”.
Resaltan en la decoración de su hogar pequeñas bicicletas y vistosos tableros de ajedrez, no en vano, se destacó jugando en el liceo Caracas y ahora se dedica a coleccionarlos en sustitución de los tradicionales souvenirs. “Hace algunos años coleccionaba pequeñas bicicletas, ahora tableros de ajedrez, uno va cambiando de fetiches pero a lo mejor hay una metáfora allí. Yo creo que a lo mejor estamos jugando un ajedrez decisivo y la idea es mover las piezas de la manear más lúcida posible para que seamos nosotros quienes demos jaque mate”.
- Usted es muy activo frente a la realidad política del país ¿No es posible separar el arte de la política?
El hombre es un animal político. Es imposible desligar al hombre de la noción de lo que implica la política en nuestra vida cotidiana. Obviamente, el país que tenemos desde hace 12 años ha hecho que lo político como ejercicio, como actitud, haya alcanzado unos niveles nunca antes vistos. De hecho, yo creo que antes mi relación con el mundo político era mucho más tenue pero el país que somos en este momento exige que sus habitantes tomen participación activa. A mí me duele demasiado este país, lo que están haciendo con nuestro gentilicio, como nos lo están modificando, me perturba inmensamente como la palabra “odio” se invoca con tanta frecuencia. Yo creo que uno no puede asumir ni la indolencia ni la indiferencia.
- ¿Influye la polarización política en lo que escribe Leonardo Padrón, inclinándose más por la novela realista, tal como se vio en Cosita Rica con aquel personaje que era una suerte de imitación del presidente Hugo Chávez?
Mi trabajo en televisión siempre ha tenido una conexión muy fuerte con la venezolanidad. Creo que uno de los temas que más que atrae es contarnos a nosotros mismos a través de esa vitrina tan poderosa como la telenovela, donde no solamente se puedan contar las peripecias de una historia de amor sino que también podamos contar, de alguna manera, el alma de un país. La picardía del venezolano, la forma de relacionarnos con el idioma, la manera de asumir la amistad o la manera de cortejar del venezolano. Cuando yo hago una novela así la disfruto más, y hasta donde he sentido, el público también la disfruta más. Yo creo que todo esto se logró sobre todo en Cosita Rica, donde no solamente estaba el personaje de Olegario Pérez, que era un alter ego del presidente Chávez; también había un personaje que era el alter ego de Lina Ron, que era La Chata; y había un personaje que lo hacía Gledys Ibarra, Patria Mía, que era un alter ego del país
- ¿A qué actor pondría en este momento a representar el alter ego del presidente Chávez si fuese a reeditar esta fórmula?
Yo creo que Carlos Cruz hizo un trabajo insuperable. Sin hacer una parodia, Carlos Cruz logró crear todo un código gestual y verbal que generó una inmensa empatía en el público porque el presidente Chávez, como personaje, es altamente llamativo; es pintoresco, impredecible, criollazo, ejerce la simpatía a su manera, en fin, parte de esas características son las que han hecho que él haya embrujado a unos cuantos millones de venezolanos. Lamentablemente, su eficiencia para hipnotizar a la gente no es la misma eficiencia con la que gerencia al país.
- ¿Chávez es mejor actor que Presidente?
Creo que Chávez nunca ha dejado de actuar, y tiene la tribuna, no un canal sino todos los canales porque cuando le da la gana se encadena; obviamente, Chávez tiene una adicción por las cámaras, no es gratuito que hable seis horas sin parar. Creo que hubiese sido mejor animador que actor; pero también es muy buen actor porque sabe mentir con extraordinaria eficacia, incluso suena genuino cuando dice mentiras que son evidentes para el venezolano que está informado del verdadero transcurrir de las cosas en este país.
- ¿Chávez hace su propia telenovela durante sus 12 años en el Gobierno?
Sí, yo creo que él tiene una afición descomunal para ser el escritor de esta telenovela que es ahorita Venezuela, ser el protagonista y generar villanías en los demás. Cuando el villano no es el imperio entonces es la oposición, frijolito; es decir, el anda repartiendo personajes y otorgándole inmediatamente debilidades, lo cual es parte de su pirotecnia. El país tenemos que tomárnoslos en serio y lamentablemente el Presidente está destruyendo el país por el mero placer de satisfacer a su egolatría, somos el teatro de Hugo Chávez, tenemos que empezar a hacer un país real.
- ¿No se ha planteado hacer Los Imposiblesde la política?
Sabes que sí, en algún momento pensé plantearle a la radio hacerlo con los precandidatos pero después vi que se activaron cosas parecidas por distinto lados, aunque no lo han asumido como Los Imposibles, porque en Los Imposibles hay otra visión, no se habla nada más de política. Yo conozco varios de los precandidatos, son amigos míos, y yo sé lo brillante que es María Corina Machado. Yo siento que la gente no ha terminado de descubrir quién es ella y la estigmatizan por su manera de expresarse.
- ¿La carencia de carisma de los precandidatos es producto de la poca información que se conoce de sus vidas personales?
Claro, no terminan de transmitir carisma totalmente. Conozco la honestidad de Leopoldo, conozco la pasión de Henrique Capriles, por hablarte de los más cercanos, siento que en términos éticos tenemos excelentes candidatos pero a veces las elecciones también se rigen por los mismos códigos del espectáculo y siento que necesitan que el empaque sea más contundente y más llamativo.
Chávez insiste en que su Gobierno es el que da más espacio a las mujeres, refiriéndose a quienes están al frente de las instituciones del Estado ¿Es este El País de las Mujeresque vio Leonardo Padrón hace 12 años?
Sería mezquino cuestionar la participación que ha tenido la mujer en la gestión de Chávez, lo que a mí me parece es que no ha sido necesariamente las más competentes. No es un tema de cuántas mujeres hay en el poder o en el tren ministerial, lo importante es la eficiencia, si son realmente competentes para el cargo ¿Es realmente competente Iris Varela para el Ministerio de Asuntos Penitenciarios, porque todas las medidas que está tomando son absolutamente escandalosas? ¿Es realmente competente la fiscal? ¿Ser sumisas a la voz de un hombre es ser una mujer eficaz? Yo no creo, El País de las Mujeres que yo quise retratar en el año 98 era un país de mujeres guerreras, con el autoestima en alto, mujeres que estaban luchando por construirse a sí mismas, su entorno y su noción de patria.
“En mi país la muerte está de moda”
Métodos de la lluvia es su más reciente trabajo, un libro de poesías en el que se cuela la realidad del país, más allá de sus dos grandes aficiones temáticas: La ciudad y la mujer. En el capítulo Cédula en mano, toca el áspero tema de la inseguridad: “En mi país la muerte está de moda. El aire se ha vuelto una lámpara oscura, una zona de odio y flores inquietas. En mi país hay esquinas con las manos arriba, rutas donde no ocurre el ángel pasillos hecho para irse”.
Perfil
De la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) salió un licenciado en letras, la ciudad lo hizo escritor, la radio locutor y la televisión guionista y productor. Ha escrito una decena de telenovelas, entre las que resaltan El País de las Mujeres, Cosita Rica, Ciudad Bendita, La Vida Entera y la Mujer Perfecta. Su trabajo mejor logrado en medios escritos ha sido la trilogía de Los Imposibles, que luego llevó a la radio en Onda La Superestación.
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