Luis
Ugalde
Venezuela
necesita que el creciente malestar socioeconómico y la indignación contra la
corrupción e ineptitud gubernamental se expresen en movilizaciones que incluyan
las elecciones parlamentarias de 2015. Votar para el cambio, y al mismo tiempo
asumir con vigor los malestares de la población para transformarlos. Vemos tres
tareas urgentes para ello:
1-Nuevo
CNE y movilización. Todo venezolano está obligado a rechazar las violaciones de
la Constitución (art. 333). Ella establece que “el Consejo Nacional Electoral
estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos”
(art. 296) y que “los órganos del Poder electoral garantizan la igualdad, la
confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos
electorales, así como la aplicación de la personalización del sufragio y la
representación proporcional” (293). Millones de venezolanos sabemos que esto se
viola y que el CNE en todos los procesos electorales actúa como ficha del
Gobierno. Ahora, cuando el ambiente y las encuestas indican el profundo malestar
nacional y el clamor por un cambio en paz, dentro del marco democrático
constitucional, el Gobierno más que nunca se aferrará al partidismo y militancia
de la mayoría de los 5 miembros del CNE y de sus diversas instancias regionales
y locales.
Sería trágico que en el actual desastre
nacional, el Régimen triunfara en las parlamentarias de 2015 y sería una falta
imperdonable de los opositores que, por miopía o intereses particulares, le
dieran ese triunfo. Para los demócratas es prioritario no permitir ni trampa ni
ventajismo anticonstitucionales en el proceso electoral; entre ellos hay
diversas opiniones sobre varios puntos, pero lo fundamental es lograr consenso y
una movilización vigorosa para no regalarle al actual mal gobierno ese triunfo.
Unidos para lograr del gobierno un proceso electoral limpio. El nuevo CNE debe
ser equilibrado políticamente, y no de 4 contra 1, a favor del Gobierno, ni
tampoco de 3 contra 2 violando la Constitución. El Gobierno más que nunca se
aferrará al partidismo y militancia de la mayoría de los 5 miembros del CNE
y de sus diversas instancias
regionales y locales; solo cederá, ante una formidable movilización nacional e
internacional exigiendo un equipo arbitral imparcial con garantía para todos por
igual. Urge este nuevo CNE. La oposición, atropellada en el pasado, debe unirse
sin grietas en torno a esta batalla de la que dependen las demás batallas
políticas por el rescate de la democracia. Será imposible sin una movilización
de las diversas instancias de la sociedad, y no solo de los partidos políticos.
Esta es una bandera unificadora que marcha junto con el inmenso deseo de cambio
en el país: organizaciones de derechos humanos, estudiantes, gremios y
sindicatos, universidades, iglesias, empresarios, otras instancias de la
sociedad civil, partidos políticos… Una gran movilización nacional e
internacional de este tipo se volverá irresistible y dejará en evidencia a un
Gobierno antidemocrático, si éste
se niega a cumplir la Constitución. Tiempo habrá más adelante para los cambios
en la Constitución o de la Constitución. Ahora urge que este Régimen, que tiene
gravemente enfermo al país, no salga reforzado el año que viene con votos por
falta de visión y decisión de los dolientes del desastre, para exigir un CNE imparcial y
constitucional.
2- Pronta
lista unitaria de candidatos. Además la oposición para ganar de modo contundente
la mayoría de diputados tiene que activar, ya sin demora, la escogencia de los
candidatos, por consenso o por primarias, mecanismos exitosos que en el pasado
sirvieron para decidir las candidaturas, y luego, en la sustitución de los
alcaldes de San Cristóbal y San Diego, para que el voto resultara un espaldarazo
a los dos alcaldes arbitrariamente destituidos y
apresados.
3-
Movilización social y voto decidido. Las elecciones están cerca y hay rumores de
que el Gobierno, consciente de su creciente deterioro, quiere adelantarlas, pues
teme una derrota contundente. Además tratará también de dividir a la oposición y
de fomentar su abstención. Sin renunciar a las diferencias legítimas, y
combinando con otras muchas e importantes luchas sociales y políticas que
recojan el malestar de la población y defiendan a ésta de la corrupción y de la
ineficiencia gubernamental, hay que ganar la batalla clave de 2014-15, y desde
ya movilizarse para cambiar la composición y actuación anticonstitucional del
CNE. Movilización plural hasta lograrlo. En todo caso votar, votar y votar contra viento y
marea, llueve o truene.
Caracas,
jueves 2 de octubre de 2015(4)
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