En: http://www.lapatilla.com/site/2015/03/02/en-tiempo-real-el-golpe-de-estado-segun-pepe-mujica-por-carlosvalero08/
Carlos Valero (En Tiempo Real)
Pepe Mujica, aun cuando está equivocado en su apreciación sobre la
posibilidad de que desde el gobierno se instrumente un golpe contra o a
favor de Maduro, desmontó con una sola frase toda la propaganda oficial
destinada a responsabilizar a la oposición de una asonada militar para
derrocarlo. Mujica expresó que acá lo que puede ocurrir es un golpe de
izquierda, sin mencionar a Maduro ni a su canciller, con lo cual
respondió a toda la mentira fabricada desde el gobierno que repite cada
minuto que estamos frente a una conspiración de la derecha
internacional, de la oligarquía criolla, de fascistas apátridas que no
soportan el origen poco noble de Maduro y la primera combatiente. Más
adelante explicaré porque considero que Mujica está equivocado en su
afirmación.
Pepe Mujica abandona la presidencia de Uruguay sin haber convocado
procesos constituyentes ni intentar crear un hombre nuevo mediante la
promoción de una revolución marxista rebautizada con la nomenclatura del
siglo presente, como lo están haciendo en Venezuela, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua. La sensatez y el sentido humanista de su vida pública y
privada lo llevan a declararse, recién deja el poder, seguidor de
filósofos antiguos como Séneca, Epicúreo y Heráclito, en lugar de Marx,
Stalin, Castro o Chávez, como lo hace a cada momento nuestro letrado
jefe de Estado y de gobierno, heredero del comandante eterno, Nicolás
Maduro.
Mujica conoce bien el proceso político venezolano, le ha hecho
seguimiento como aliado y ha intentado en distintos momentos “asesorar”
primero a Chávez y después a los herederos para que no haya desviaciones
autoritarias y abiertamente dictatoriales, evidentemente con poco
éxito. Ese conocimiento del país y de su estructura institucional le
permite decir algo que a los ojos de los venezolanos resulta casi una
verdad de perogrullo. Acá solo las fuerzas del gobierno pueden cambiar
la correlación militar. Ahora, lo que no dice Mujica, y dudo que sea por
desconocimiento, sino más bien por el resabio de izquierda que lleva a
Bachelet a apologizar a los Castro, es que en Venezuela no es necesario
que el gobierno se dé un golpe o auto golpe porque hace rato que
gobiernan con todas las ventajas de haber dado un golpe –absoluto
control de las instituciones, manejo del Estado de derecho a su antojo,
persecución de la disidencia política, terrorismo de Estado, entre
otros- sin necesidad de pagar el costo de dar abiertamente un golpe de
Estado.
El gobierno de Maduro no necesita dar ningún golpe porque está en el
mejor de los mundos, los corruptos, militares y políticos, capturaron
todo el presupuesto nacional, la renta petrolera, los impuestos de los
venezolanos y el sistema judicial, sin necesidad de que el mundo y buena
parte de la opinión pública nacional catalogue la situación como una
“ruptura abierta del orden constitucional”. La tajada rentista es tan
grande que no existen incentivos para que facciones internas rompan el
molde y quieran apartar a los otros. En palabras de novela negra, el
crimen los hermana, los solidifica en defensa no de la causa
revolucionaria, sino del dinero y el poder derivado de manejar el
Estado.
Quienes sí tienen todos los incentivos para dar un golpe de timón y
cambiar la situación del país son la mayoría de los venezolanos. Más del
85% según el consenso de todas las encuestas quiere cambiar la
situación y es por ello que la alternativa democrática debe y está
concentrada en institucionalizar la nueva mayoría social, como condición
necesaria y suficiente para cambiar el país.
Ha quedado suficientemente demostrado que la estrategia dominante del
gobierno será intentar repolarizar políticamente el país e introducir
cada día elementos de violencia y persecución política. Corresponde a
los políticos correr el riesgo y colocarse en la vanguardia de los
cambios, aumentando cada día el nivel de organización social e
intentando articular un discurso unitario. Sería una torpeza histórica
sin precedentes ir desunidos a las parlamentarias, pero al mismo tiempo
resulta una ingenuidad pensar que sin un pueblo movilizado y articulado
en torno a las ideas democráticas podrán materializarse los cambios.
Nunca como hoy fue tan importante la movilización popular. No hay
experiencia exitosa en el mundo de cambio de un gobierno autoritario con
tendencia totalitaria, sin acompañamiento masivo popular. Los líderes
tienen una enorme responsabilidad, pero también el ciudadano de no caer
en la apatía o la desesperanza.
Carlos Valero
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