VICTOR SALMERON | EL UNIVERSAL
martes 25 de octubre de 2011 12:00 AM
Para aumentar la oferta de dólares el Gobierno creó el Sitme, un sistema donde las empresas compran en el Banco Central de Venezuela bonos en divisas, que pagan con bolívares, y luego revenden en el exterior para obtener dólares a un tipo de cambio de 5,30 bolívares.
El principal inconveniente es que el sistema necesita que existan suficientes bonos para ser vendidos diariamente, algo que obliga a que la República y Pdvsa se endeuden continuamente, comprometiendo las finanzas públicas.
Lo ocurrido la semana pasada es ilustrativo. El ministerio de Finanzas sacó al mercado una emisión de bonos por 3 mil millones de dólares y mil millones tienen como objetivo asegurar la continuidad del Sitme.
Otro factor a considerar es que la deuda se está emitiendo a muy altas tasas de interés por la elevada percepción de riesgo que tienen los inversionistas que compran los bonos en el exterior.
Así, por las tres últimas emisiones la República pagará en intereses la exorbitante suma de 23 mil millones de dólares, una cantidad que supera por mucho lo que cancelan países como Colombia, Perú y Brasil en sus operaciones de financiamiento.
Barclays Capital sostiene que al incluir todos los compromisos de la República, incluyendo los préstamos obtenidos en China, y utilizando un tipo de cambio promedio, que toma en cuenta al Sitme y el mercado negro, la deuda venezolana cerró en 43% del PIB en 2010 y aumentará hasta 47% este año, una magnitud que comienza a generar preocupación y representa un alza de catorce puntos respecto al cierre de 2006.
En su último reporte Ecoanalítica aborda el tema y señala que "la deuda venezolana se ha incrementado peligrosamente en los últimos años, así como su costo, por la alta percepción de riesgo. El país necesita una nueva política cambiaria que no se sostenga del endeudamiento público. El Ejecutivo Nacional debe revisar el mecanismo de control cambiario y disminuir el endeudamiento externo".
El aumento de la deuda ha ocurrido en medio de un colosal boom de ingresos petroleros, pero al parecer, de acuerdo con las matemáticas del Banco Central y el ministerio de Finanzas, la multiplicación de los bonos por pagar es excesivamente normal.
El principal inconveniente es que el sistema necesita que existan suficientes bonos para ser vendidos diariamente, algo que obliga a que la República y Pdvsa se endeuden continuamente, comprometiendo las finanzas públicas.
Lo ocurrido la semana pasada es ilustrativo. El ministerio de Finanzas sacó al mercado una emisión de bonos por 3 mil millones de dólares y mil millones tienen como objetivo asegurar la continuidad del Sitme.
Otro factor a considerar es que la deuda se está emitiendo a muy altas tasas de interés por la elevada percepción de riesgo que tienen los inversionistas que compran los bonos en el exterior.
Así, por las tres últimas emisiones la República pagará en intereses la exorbitante suma de 23 mil millones de dólares, una cantidad que supera por mucho lo que cancelan países como Colombia, Perú y Brasil en sus operaciones de financiamiento.
Barclays Capital sostiene que al incluir todos los compromisos de la República, incluyendo los préstamos obtenidos en China, y utilizando un tipo de cambio promedio, que toma en cuenta al Sitme y el mercado negro, la deuda venezolana cerró en 43% del PIB en 2010 y aumentará hasta 47% este año, una magnitud que comienza a generar preocupación y representa un alza de catorce puntos respecto al cierre de 2006.
En su último reporte Ecoanalítica aborda el tema y señala que "la deuda venezolana se ha incrementado peligrosamente en los últimos años, así como su costo, por la alta percepción de riesgo. El país necesita una nueva política cambiaria que no se sostenga del endeudamiento público. El Ejecutivo Nacional debe revisar el mecanismo de control cambiario y disminuir el endeudamiento externo".
El aumento de la deuda ha ocurrido en medio de un colosal boom de ingresos petroleros, pero al parecer, de acuerdo con las matemáticas del Banco Central y el ministerio de Finanzas, la multiplicación de los bonos por pagar es excesivamente normal.
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