ANTONIO COVA MADURO | EL UNIVERSAL
miércoles 26 de octubre de 2011 12:00 AM
Desde el 16 de este mes los venezolanos se han visto conmocionados por las declaraciones que el cirujano venezolano Salvador Navarrete diera al periodista salvadoreño Víctor Flores para la revista mexicana Milenium Semanal, y que nuestra revista Zeta en su edición del 21 de octubre ha puesto en las manos de cualquier venezolano que quiera tenerlas en papel.
No había pasado mucho tiempo cuando la magia de Internet logró que un número apreciable de venezolanos dentro y fuera del país tuviese acceso a ellas. Como era de esperarse, desde el mismo momento esa entrevista, lo que ella significaba y lo que podría estar "detrás" de la decisión de concederla para ser publicada y difundida en una publicación extranjera, fue pasto de las redes sociales. Los twitters a partir de entonces sólo se ocuparon de ese asunto.
Los chavistas, deseosos como nadie de olvidar el serio problema que el cáncer de Chávez les plantea fueron los primeros en saltar al ruedo. Extrañamente coincidieron en centrar toda su atención en el asunto de la ética del médico declarante. Como esto fue seguido por otros que ni forman parte de esa cofradía ni pierden el sueño por lo que el cáncer de Chávez genera políticamente, vale la pena detenerse en este asunto de la ética.
El primer problema que presenta toda discusión sobre actuaciones éticas es lo que el Evangelio llamó "quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra". En efecto, si hay gente que carece de cualquier credibilidad en lides de debates éticos es justamente el chavismo. Pero olvidadizos como son, a eso se abalanzaron como el Cid frente a los moros.
Salvador Navarrete, de impecable hoja de servicios en el campo médico y de una notable progenie de izquierda que le da mucha fuerza ante tanto izquierdista de última hora, fue inmediatamente acusado de violar la ética médica al dar las declaraciones que dio.
Como ese es un asunto de interés general, sobre todo en tiempos en los que la ética, cualquier ética, ha sido violada tan sistemática y pertinazmente me tomé el trabajo de leer una y otra vez sus declaraciones, no ya como fueron dadas al periodista -eso nunca podremos asegurarlo- sino como éste las vertió a las páginas de la revista, para ver este asunto de la ética médica. Después de todo, todos somos, hemos sido o seremos pacientes alguna vez como para que el asunto no nos ataña personalmente.
En esas páginas Navarrete nunca dice nada que no sea de común conversación entre venezolanos y entre médicos con mayor razón. Es más, nunca dice que fue consultado en su carácter de médico para tratar el cáncer de Chávez, por lo tanto no revela algo que conocería desde esa relación, sino que propone hipótesis desde fuera de la relación médico-paciente y guiándose por lo que el mismo Chávez dice de su mal.
Pero una y otra vez Navarrete hace constar que Hugo Chávez, por ser Presidente de una nación llamada Venezuela, no puede manejar su enfermedad del modo en que lo ha estado haciendo. ¿Viola algún precepto ético por ello?
En medio de la polémica, un diputado chavista, de esos que salen a abrir el hocico sin que falta haga, salió a declarar que, "por revelar secretos de Estado (del cubano, suponemos) Navarrete debería ser encausado por alta traición". ¿En qué quedamos, no y que es falso lo que dice Navarrete? Si ha revelado secretos es porque lo que reveló es verdad, ¿o no?
Pero este sábado la BBC de Londres informaba que un "equipo de médicos colegas del declarante lo habían desmentido". Por suerte tanto este periódico como otros de Caracas sacaron la noticia este domingo. Resulta que son unos médicos "funcionarios" del Hospital Militar de Caracas, ninguno de los cuales es oncólogo.
Con una pasmosa falta de ética -parecida a la del TSJ con su oportuno "trapo rojo" del veredicto sobre López- un oftalmólogo, un gastroenterólogo y un traumatólogo que fue ministro y a quien Navarrete cita, niegan que "él tuviere acceso a la información". La pregunta es, ¿la tuvieron ellos?
Con gran desparpajo añaden que las declaraciones "carecen de bases científicas y consecuencialmente de veracidad". La verdad es que concuerdan con lo que muchos le hemos oído a importantes médicos cuyo pan no depende de la mano munificente de Chávez, ¿por qué oír a estos tres ignorantes paniaguados?
Hoy por hoy sólo el poder cubano posee la información y contra toda ética la usarán para su propio beneficio, sin contemplación alguna. Y el más interesado en que no le oculten la verdad ni jueguen con su enfermeda
No había pasado mucho tiempo cuando la magia de Internet logró que un número apreciable de venezolanos dentro y fuera del país tuviese acceso a ellas. Como era de esperarse, desde el mismo momento esa entrevista, lo que ella significaba y lo que podría estar "detrás" de la decisión de concederla para ser publicada y difundida en una publicación extranjera, fue pasto de las redes sociales. Los twitters a partir de entonces sólo se ocuparon de ese asunto.
Los chavistas, deseosos como nadie de olvidar el serio problema que el cáncer de Chávez les plantea fueron los primeros en saltar al ruedo. Extrañamente coincidieron en centrar toda su atención en el asunto de la ética del médico declarante. Como esto fue seguido por otros que ni forman parte de esa cofradía ni pierden el sueño por lo que el cáncer de Chávez genera políticamente, vale la pena detenerse en este asunto de la ética.
El primer problema que presenta toda discusión sobre actuaciones éticas es lo que el Evangelio llamó "quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra". En efecto, si hay gente que carece de cualquier credibilidad en lides de debates éticos es justamente el chavismo. Pero olvidadizos como son, a eso se abalanzaron como el Cid frente a los moros.
Salvador Navarrete, de impecable hoja de servicios en el campo médico y de una notable progenie de izquierda que le da mucha fuerza ante tanto izquierdista de última hora, fue inmediatamente acusado de violar la ética médica al dar las declaraciones que dio.
Como ese es un asunto de interés general, sobre todo en tiempos en los que la ética, cualquier ética, ha sido violada tan sistemática y pertinazmente me tomé el trabajo de leer una y otra vez sus declaraciones, no ya como fueron dadas al periodista -eso nunca podremos asegurarlo- sino como éste las vertió a las páginas de la revista, para ver este asunto de la ética médica. Después de todo, todos somos, hemos sido o seremos pacientes alguna vez como para que el asunto no nos ataña personalmente.
En esas páginas Navarrete nunca dice nada que no sea de común conversación entre venezolanos y entre médicos con mayor razón. Es más, nunca dice que fue consultado en su carácter de médico para tratar el cáncer de Chávez, por lo tanto no revela algo que conocería desde esa relación, sino que propone hipótesis desde fuera de la relación médico-paciente y guiándose por lo que el mismo Chávez dice de su mal.
Pero una y otra vez Navarrete hace constar que Hugo Chávez, por ser Presidente de una nación llamada Venezuela, no puede manejar su enfermedad del modo en que lo ha estado haciendo. ¿Viola algún precepto ético por ello?
En medio de la polémica, un diputado chavista, de esos que salen a abrir el hocico sin que falta haga, salió a declarar que, "por revelar secretos de Estado (del cubano, suponemos) Navarrete debería ser encausado por alta traición". ¿En qué quedamos, no y que es falso lo que dice Navarrete? Si ha revelado secretos es porque lo que reveló es verdad, ¿o no?
Pero este sábado la BBC de Londres informaba que un "equipo de médicos colegas del declarante lo habían desmentido". Por suerte tanto este periódico como otros de Caracas sacaron la noticia este domingo. Resulta que son unos médicos "funcionarios" del Hospital Militar de Caracas, ninguno de los cuales es oncólogo.
Con una pasmosa falta de ética -parecida a la del TSJ con su oportuno "trapo rojo" del veredicto sobre López- un oftalmólogo, un gastroenterólogo y un traumatólogo que fue ministro y a quien Navarrete cita, niegan que "él tuviere acceso a la información". La pregunta es, ¿la tuvieron ellos?
Con gran desparpajo añaden que las declaraciones "carecen de bases científicas y consecuencialmente de veracidad". La verdad es que concuerdan con lo que muchos le hemos oído a importantes médicos cuyo pan no depende de la mano munificente de Chávez, ¿por qué oír a estos tres ignorantes paniaguados?
Hoy por hoy sólo el poder cubano posee la información y contra toda ética la usarán para su propio beneficio, sin contemplación alguna. Y el más interesado en que no le oculten la verdad ni jueguen con su enfermeda
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